El Tesla Model Y es un SUV eléctrico basado en el Tesla Model 3, modelo al que aventaja en espacio interior, capacidad de carga y versatilidad. De momento solo se puede pedir con cinco plazas, pero más adelante, en una fecha aún por definir, Tesla dará la opción de pedirlo con siete. Algunas de sus alternativas son el BMW iX3, el Ford Mustang Mach-E y el Kia EV6.
Hay dos versiones —Gran Autonomía (351 CV) y Performance (480 CV)—, que están en venta por 64 000 y 70 000 euros respectivamente. La autonomía homologada WLTP de la primera es 507 km y la de la segunda, 480. Ambas tienen dos motores, tracción a las cuatro ruedas y una batería de 75 kWh de capacidad útil. Más adelante habrá una tercera versión con un solo motor trasero.
El Model Y Gran Autonomía es claramente más costoso que las versiones semejantes del Kia EV6 y el Hyundai IONIQ 5 (entre 6000 y 7000 euros más), pero puede recorrer más kilómetros con una batería de similar capacidad. Es decir, el Tesla es más eficiente (ficha comparativa). Un Ford Mustang Mach-E es 963 euros más caro que un Model Y Gran Autonomía, aunque tiene 33 km más de autonomía, si bien el Tesla es de nuevo más eficiente porque esos kilómetros extra que consigue el Ford es gracias a una batería de mayor capacidad (ficha comparativa).
La batería es de iones de litio y está refrigerada por líquido. Se puede recargar a un máximo de 250 kW con corriente continua y a 11 kW con alterna. Un elemento que ayuda a mejorar el consumo de energía, especialmente en los días más fríos, es la calefacción del habitáculo mediante bomba de calor (de serie). En este vídeo os enseñamos el incremento de consumo que supone calentar un habitáculo en un día de invierno en un coche eléctrico sin bomba de calor.
El diseño del interior es prácticamente idéntico al del Tesla Model 3 y como en este se puede pedir en color negro o blanco. El elemento que quizás más llama la atención es la pantalla central de 15 pulgadas, que es desde donde se controlan casi todas las funciones del vehículo. Su manejo es sencillo y muy satisfactorio, si bien no está exenta de aspectos que creemos mejorables y, como es normal, exige un cierto periodo de aprendizaje. De estos y otros asuntos, hablamos en profundidad en el apartado impresiones del interior.
Tanto el acceso al interior como el espacio disponible para los pasajeros es mejor que en el Model 3 (mediciones del interior). Además, como la superficie acristalada es mayor, el habitáculo resulta más luminoso. A ello también contribuye el techo de cristal (de serie), que no tiene una cortinilla para reducir el paso de la radiación solar pero sí un tratamiento destinado a reducir sus efectos. En términos generales no suele haber problemas de recalentamiento del interior, pero en días de verano en los que el sol está en lo alto y pega directamente sobre el habitáculo, sí que puede haberlos y no viajar cómodo.
Tiene dos maleteros, uno delante y otro detrás. Tesla dice que el trasero tiene 854 litros de capacidad, pero ese dato no es comparable al de otros fabricantes porque está medido hasta el techo, no hasta la cortinilla cubre equipaje (que por cierto, no tiene; ni siquiera de manera opcional). El delantero tiene 117 litros y es útil para, por ejemplo, guardar los cables de recarga.
Dinámicamente, el Model Y es muy parecido al Model 3, es decir, excepcional. Es preciso, ágil y tiene unas reacciones nobles y seguras, incluso ante maniobras bruscas. La suspensión es firme, pero se siente de calidad porque tiene una buena capacidad de absorción. Hay modelos que son más cómodos, como el Škoda Enyaq, pero pocos tienen un equilibrio tan bien conseguido entre agilidad y confort de marcha.
Las prestaciones que hemos medido en la versión de 351 CV han sido sobresalientes. Pero bajo mi punto de vista, la suavidad con la que funcionan los dos motores y la instantánea e intensa aceleración que proporcionan ante el menor movimiento sobre el acelerador, son aún mejores. Eso sí, hemos medido un consumo energético sensiblemente más alto que en el Model 3 y, por lo tanto, su autonomía en condiciones equivalentes de circulación, es menor. Hay muchos detalles sobre estos temas en el apartado de impresiones de conducción.
La carrocería del Model Y mide 4,75 metros de longitud, 1,92 m de anchura y 1,62 m de altura. Es, por tanto, 6 centímetros más larga, 7 cm más ancha y 18 cm más alta que la de un Model 3; además la distancia entre ejes es 1,5 cm mayor (ficha comparativa). Se puede pintar en blanco, negro, gris, azul o rojo. Las llantas son de 19 o 20 pulgadas de diámetro en el Gran Autonomía y de 21 en el Performance. La altura libre al suelo es de 16,7 centímetros, dos centímetros más que la de un Mustang Mach-E.
Hay pocas opciones más allá de la pintura exterior, las llantas y el color del interior. Quizás la más relevante sea el sistema denominado Autopilot. Bajo esta denominación Tesla agrupa una serie de sensores alrededor del coche (doce cámaras, un radar frontal y doce sensores ultrasónicos) que permiten llevar a cabo funciones relacionadas con la asistencia a la conducción. Entre otras cosas, da al vehículo una cierta capacidad para circular sin necesidad de que el conductor toque el volante o los pedales. Pero es una capacidad limitada por tiempo (aproximadamente 10-15 segundos) y habilidad del sistema para ejecutar algunas acciones (por ejemplo, tomar curvas cerradas). En definitiva, no es un piloto automático, sino lo que se conoce como un sistema de asistencia a la conducción de nivel 2 (aquí explicamos cuáles son los niveles y qué implica cada uno de ellos). El conductor no puede desentenderse en ningún momento de la conducción.
Relacionado con lo anterior, hay dos posibilidades: «Piloto automático mejorado» (3800 euros) y «Capacidad de conducción autónoma total» (7500 euros). Recordamos que por mucho que el nombre lo indique, el Model Y no tiene piloto automático ni es un vehículo autónomo.
Con la primera opción (Piloto automático mejorado) se incluye el ya citado sistema de mantenimiento de carril, la función de cambio automático de carril cuando se le indica con el intermitente, el sistema de aparcamiento automático y la posibilidad de manejar el coche desde el smartphone (solo para maniobras a muy baja velocidad, por ejemplo, para sacar el coche de una plaza de aparcamiento estrecha).
La opción «Capacidad de conducción autónoma total» añade a lo anterior la función de «control de semáforos y señales de stop» (el sistema reduce la velocidad hasta detenerse cuando reconoce semáforos en rojo y señales de STOP si el control de crucero está activo. Si el semáforo está verde, intermitente o con las luces apagadas, reduce la velocidad) y la de «conducción automática en vías urbanas» (por el momento es solo una promesa, la del que el coche podrá conducir sin intervención del conductor por ciudad).