Glosario | Capacidad de la batería

Se entiende por capacidad de la batería la cantidad de energía que puede almacenar. La unidad de medida es el kilovatio hora (kWh), siendo 1 kWh la energía que se necesita para proporcionar 1 kilovatio (kW) de potencia durante 1 hora (h).

Los kilovatios hora son a una batería lo que los litros de carburante a un depósito. Aunque técnicamente esto no es así, pues una batería cargada no es equiparable a un depósito de carburante lleno. Los fabricantes no dejan al usuario utilizar toda la capacidad de la batería con el objetivo de aminorar la degradación de los sucesivos procesos de carga y descarga. Es decir, la batería de un vehículo eléctrico no se puede cargar al 100 % ni descargar totalmente.

Por este motivo, cuando hablamos de la capacidad de una batería siempre diferenciamos entre «capacidad bruta o total» y «capacidad útil o aprovechable». Por ejemplo, un Renault ZOE (2020) tiene una batería de 54,66 kWh de capacidad bruta y, sin embargo, Renault permite al usuario utilizar un máximo de 52 kWh, que es la capacidad útil.

Ahora bien, el símil de la capacidad de una batería y el depósito de combustible sí es perfectamente aplicable al hecho de que una batería con más capacidad no implica necesariamente una autonomía mayor cuando se comparan modelos de coche distintos. La autonomía también depende del consumo, que en los coches eléctricos se mide en kWh/100 km (en los coches con motor de combustión en l/100 km). 

Por tanto, las comparaciones entre capacidades de baterías sirven para establecer una relación entre la cantidad de energía que puede almacenar cada una. A grandes rasgos, la capacidad de una batería suele ser proporcional a su peso y sus dimensiones, pero esto tampoco es estrictamente cierto, pues no todas las baterías tienen la misma densidad energética (es decir, hay baterías que pueden almacenar más energía que otras pesando ambas lo mismo). 

A fecha de agosto de 2020, los coches eléctricos de producción que pueden tener una batería de mayor capacidad son los Tesla Model S y Model X, con 100 kWh. Los que tienen la batería menos capaz son los smart EQ fortwo y forfour, con 17,6 kWh. 

El kWh también se utiliza comúnmente para reflejar el gasto energético de los hogares. En otras baterías, como las de 12 V, es habitual el uso de la unidad de medida amperio hora (Ah), que se refiere a la intensidad de corriente (en amperios) que puede suministrar durante una hora hasta su descarga.

Son varios los motivos por los que resulta mucho más adecuado el kWh que el Ah para catalogar la capacidad de las baterías de los coches eléctricos. En primer lugar, el Ah no refleja la capacidad de una batería en sí mismo: solo es útil si también se conoce el voltaje. Esto es porque la potencia eléctrica (o dicho de otra forma, la cantidad de energía entregada por la batería en un momento determinado) es una unidad dependiente de la intensidad y el voltaje:

Potencia (W) = Voltaje (V) x Intensidad (A)

A diferencia de las habituales baterías de automoción de 12 V, el voltaje de las baterías de los coches eléctricos no está estandarizado. Un usuario puede saber que su batería es de 80 Ah, pero la capacidad de esta es muy distinta si, por ejemplo, el voltaje es 400 V (32 kWh) o si es 800 V (64 kWh). En cambio, un usuario que sabe que su batería es de 60 kWh, también sabe que dispone de la misma capacidad que cualquier otra batería de 60 kWh.

Además, el kWh hace que resulte sencillo calcular tiempos aproximados de recarga, pues los cargadores se catalogan según su potencia (en kW). Así, teóricamente, una batería de 100 kWh tardará dos horas en cargarse completamente en un cargador de 50 kW, por ejemplo.