Lo primero que me ha llamado la atención al entrar a las plazas delanteras del Renault Clio es el propio diseño del salpicadero, delgado y no muy prominente. Esto ayuda a que quede despejada la zona de las rodillas tanto del conductor como, especialmente, del acompañante. También hace que, en un primer momento, el Renault Clio dé sensación de amplitud.
Hay mucho espacio en sentido longitudinal porque los asientos delanteros se pueden adelantar o retrasar mucho sobre su carril. Además, la altura disponible hasta el techo es correcta. Donde falla el Clio, sin duda, es en la cota de anchura entre puertas, donde se sitúa entre los más pequeños dentro de su categoría. Esto se traduce en que los ocupantes delanteros van relativamente cerca entre sí.
En lo que respecta a la posición de conducción, Renault dice que no ha hecho ningún cambio respecto al modelo precedente. Asientos, volante y pedales están en la misma ubicación y, en general, me parece que se puede conseguir una postura cómoda. Los asientos sí han cambiado. No dan un resultado tan bueno como su aspecto deportivo y vistoso parece indicar. Son cómodos, pero tienen un relleno de espuma muy blando —en particular en los pétalos laterales— que cede con facilidad al peso del cuerpo.
El salpicadero tiene un claro parecido con el de otros modelos de Renault que han aparecido hace poco. Hay dos pantallas contiguas, un volante de formas que se asemejan a un rectángulo (imagen) en cuyos brazos hay unos botones que parecen táctiles pero son mecánicos) y tres palancas gruesas que salen de la zona derecha de la columna de la dirección. Estas son, de abajo hacia arriba, la que sirve para controlar las funciones más importantes del sistema de sonido (muy práctica, aunque hay quien la encuentra anticuada), la habitual de los limpiaparabrisas (innecesariamente gruesa) y la que sirve para seleccionar las posiciones de marcha (imagen). Esta última no resulta del todo cómoda porque queda algo lejos de la mano derecha del conductor.
Muchos fabricantes colocan la palanca selectora de la transmisión entre los asientos, generalmente con buen resultado. La solución de Renault tiene sus desventajas pero también sus puntos positivos, como que ha conseguido despejar completamente la consola que queda entre los asientos para colocar varios huecos de almacenamiento (imagen). El más grande va cubierto por unas tablillas plegables y magnéticas al estilo de las fundas de algunas tabletas. Justo por delante está el hueco destinado a transportar el teléfono móvil (y a recargarlo en el caso de que el coche esté equipado con recarga inalámbrica, imagen), el cual queda en una posición que impide verlo mientras se conduce (lo cual tendrá sus detractores y defensores). Justo en la parte trasera de esa consola, a la altura de los codos de los ocupantes anteriores, hay un reposabrazos abatible que oculta otro hueco.
La versión más equipada, esprit Alpine, se diferencia de la techno porque tiene unos materiales ornamentales más ricos (por ejemplo, algunas algunas superficies van recubiertas en una especie de piel vuelta y hay molduras con un acabado más sofisticado).
A las plazas posteriores del Renault Clio se accede a través de unas puertas de tamaño medio y similares a las de un Peugeot 208 o un Opel Corsa. El espacio para las piernas en estos asientos sigue siendo de 64 cm, que es un dato normal. Lo peor en relación a la competencia es la anchura entre puertas, pues solo hay 123 centímetros a la altura de los hombros (7 menos que el modelo precedente). Por su parte, la altura libre al techo es correcta. Por lo tanto, este Renault Clio no cumple tan bien como otros coches de entorno a cuatro metros, para una utilización familiar. Si se necesita más espacio atrás hay otros coches más satisfactorios, como un Škoda Fabia o un SEAT Ibiza, que además tienen ventanillas más grandes que dejan pasar más luz.
El maletero de la versión híbrida tiene 261 litros de capacidad. No tiene un doble fondo que se pueda colocar a dos alturas, aunque sí tiene argollas para fijar correctamente la carga mediante redes o cinchas. En la unidad que he visto no había rueda de repuesto, pero existe la posibilidad de montar una del mismo tamaño que las otras cuatro, con una reducción en el volumen de carga. El maletero de menor tamaño lo tendrá la futura versión que puede funcionar con GLP ya que se queda en 215 l y no existirá posibilidad de poner rueda de repuesto.


