El Nissan Qashqai 2017 reemplaza al Qashqai 2014, del que se diferencia por pequeños detalles estéticos y de equipamiento y por un reajuste de la suspensión. Este todoterreno mide 4,39 metros de longitud y está en venta por 22 000 euros (precios de todas las versiones), un precio similar al de modelos como el Ford Kuga, el SEAT Ateca y Škoda Karoq (ficha comparativa). Otras alternativas son el Hyundai Tucson, el KIA Sportage y el Peugeot 3008.
Hemos probado las versiones 1.2 DIG-T 116 CV (gasolina) y 1.6 dCi 130 CV (Diesel) y creemos que esta última da un resultado más satisfactorio. El motor Diesel es más ruidoso que el de gasolina, pero consume menos carburante y tiene mucha más fuerza a bajo régimen, por lo que su conducción es más cómoda al no ser tan dependiente del cambio para dar una aceleración razonablemente rápida. En las impresiones de conducción hay más información al respecto, así como mediciones propias de prestaciones y consumo de cada versión.
El Qashqai 2017 está disponible, además, con otro motor de gasolina —1.6 DIG-T 163 CV— y otro Diesel —1.5 dCi 110 CV—. De ambos damos información más detallada, incluidos datos propios de prestaciones y consumo, en las impresiones de conducción del Qashqai 2014, que son aplicables a las del modelo 2017 porque los motores son exactamente los mismos.
Todas los Qashqai tienen de serie un cambio manual de seis velocidades, aunque con el motor 1.2 DIG-T y 1.6 dCi se puede pedir uno automático de tipo variador contínuo (XTRONIC). La tracción es en las ruedas delanteras, excepto en la versión 1.6 dCi que, por 2500 euros, puede tener un sistema de tracción total (de tipo conectable). Por el momento, no es posible pedir un Qashqai con cambio automático y tracción total.
Con respecto al Qashqai 2014, la suspensión del Qashqai 2017 es menos rígida y la barra estabilizadora delantera es más gruesa. Son cambios que son poco evidentes a la hora de conducir y que no parecen afectar a las cualidades dinámicas. El Qashqai 2017, como el modelo anterior, es un vehículo cómodo y silencioso y, por lo tanto, muy recomendable para realizar grandes trayectos por autopista, donde sus ocupantes acusarán poco el paso de los kilómetros.
Su conducción por carreteras con muchas curvas no resulta gratificante en tanto que no es un coche que se sienta particularmente ágil. Sus reacciones son seguras, en parte porque las ayudas electrónicas intervienen con mucha antelación y de manera muy tajante. Nissan ha modificado la dirección para que tenga un tacto más preciso y para que la tendencia al autocentrado sea más natural. Impresiones de conducción.
Los cambios en el habitáculo son de poca importancia. Hay un nuevo volante achatado en su parte inferior (imagen) con el que Nissan dice que el acceso es más cómodo —nosotros no hemos notado nada al respecto, se accede igual de bien que con el redondo que había antes—, hay nuevos recubrimientos para las salidas de ventilación centrales y los asientos delanteros son distintos porque la banqueta es un poco más larga y los laterales un poco más prominentes (imagen). Estos nuevos asientos están disponibles a partir del nivel de equipamiento N-Connecta, son un poco más confortables que los anteriores y dan una sujeción ligeramente mayor.
Todos los materiales con los que está fabricado el habitáculo, así como los ajustes entre las distintas piezas que lo componen, causan una buena impresión de calidad. Durante el tiempo que hemos probado el Qashqai no hemos escuchado ruidos que delataran deficiencias en el encaje de las piezas. El espacio disponible para los pasajeros es el mismo que había en el modelo de 2014. No destaca en ninguna de las cotas, pero tiene sitio suficiente para acomodar a dos personas de 1,85 metros de estatura que viajen detrás de otras dos que midan más o menos lo mismo (tabla comparativa mediciones del interior).
El volumen del maletero es el mismo en las versiones con tracción delantera y total. Su capacidad es 430 litros (imagen), por lo que es inferior a la de la mayoría de sus alternativas. Un Škoda Karoq tiene 521 litros, un Peugeot 3008 tiene 520 l, un Hyundai Tucson 513 l (488 las versiones con tracción total), un Ateca 510 l (485 con tracción total), un KIA Sportage 503 l y un Ford Kuga 456 l. El maletero del Mitsubishi ASX es más pequeño (406 litros).
Los cambios de diseño más importantes afectan, sobre todo, a la parte frontal del vehículo. Son nuevos el parachoques, la parrilla, el capó, los faros principales (que opcionalmente pueden tener la función de iluminación adaptativa) y los faros antiniebla. En la parte posterior también es ligeramente diferente el parachoques (ahora tiene dos molduras decorativas en color plata; imagen) y los pilotos. Además, hay dos nuevos colores para la carrocería (Azul Vivid y Bronce Chestnut, ambos se pueden ver en esta galería de imágenes) y varios modelos de llantas de aleación que no estaban disponibles en el modelo anterior.
Los niveles de equipamiento se llaman Visia, Acenta, N-Connecta, Tekna y Tekna+. Tekna+ no estaba disponible en el Qashqai 2014 y pasa a ser el más equipado de la gama. Incluye de serie elementos como unos asientos eléctricos con dos memorias (imagen) y tapizados en piel Nappa (imagen), un techo solar panorámico de cristal (fijo, no se abre), un parabrisas térmico (imagen del botón que lo activa) y diversas partes de la carrocería pintadas en color gris, como las carcasas de los retrovisores exteriores (imagen) y las barras de techo (imagen). En esta tabla comparativa se puede ver en un listado los elementos de serie y opcionales que comprende cada nivel de equipamiento.
Hay dos sistemas multimedia. El que viene de serie con los niveles Visia y Acenta tiene una pantalla monocroma y cuatro altavoces, mientras que el de los niveles N-Connecta, Tekna y Tekna+ consiste en una pantalla táctil a color de 7 pulgadas y un conjunto de 6 altavoces (NissanConnect; imagen). Nissan ha actualizado el interfaz del sistema NissanConnect con respecto al que tenía el Qashqai 2014, aunque los cambios son mínimos (imagen del sistema 2017 y del sistema 2014). Opcionalmente se puede mejorar el sistema de sonido con un equipo de siete altavoces del especialista BOSE (imagen). Por el momento, ninguno de los sistemas multimedia es compatible con Andorid Auto o Apple CarPlay.
Como en el modelo anterior, todos los Qashqai incluyen de serie lo que Nissan denomina Chassis Control. Este sistema está compuesto por el «Control inteligente de la calzada» (un sistema que reduce el cabeceo de la carrocería actuando sobre los frenos), el «Control inteligente de la trazada» (corrige el subviraje mediante los frenos antes de que entre el funcionamiento el control de estabilidad) y el «Freno motor activo XTRONIC» (reduce la velocidad a la que circula el vehículo en pendientes descendientes aplicando freno motor; sólo está disponible en combinación con el cambio automático).
Nissan ha mejorado algunos de los elementos de seguridad con respecto a los que tenía el Qashqai 2014. Por ejemplo, ahora el servofreno de emergencia con detección de obstáculos también detecta peatones (antes no lo hacía). Otros dispositivos que ya estaban disponibles con anterioridad son el reconocimiento de señales de tráfico, el asistente de aparcamiento, un circuito de cámaras que genera una visión cenital del coche, el avisador de obstáculos en el ángulo muerto de los retrovisores exteriores y la alerta por cambio involuntario de carril (es solo una alerta, no mueve el volante).
En primavera de 2018, Nissan añadirá a la gama el ProPILOT 1.0, un sistema que aúna en una misma función el sistema de mantenimiento de carril y el programador de velocidad activo con asistente en atascos (ninguno de estos sistemas está actualmente disponible en el Qashqai). Con este sistema, Nissan asegura que el Qashqai tendrá capacidad para controlar la dirección, el acelerador y los frenos al circular por atascos o incluso por autopista.
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