En los próximos meses, Nissan comenzará a vender un Juke con sutiles pero numerosas modificaciones. Por fuera apenas cambia con respecto al modelo que puso a la venta a finales de 2019 (más información), sin embargo, en el interior hay un salpicadero rediseñado y el equipamiento de serie es más abundante. La gama de motores, en la que hay dos opciones —gasolina e híbrido no enchufable—, permanece sin cambios.
En el exterior solo se puede distinguir el nuevo Juke del anterior por el diseño de las llantas (las hay de hasta 19 pulgadas) y por la gama de colores (hay tres nuevos: amarillo, blanco y negro). No hay cambios que modifiquen el tamaño de la carrocería (4,21 metros de longitud) y, por tanto, sigue siendo una alternativa a modelos como el Citroën C3 Aircross, el Ford Puma, el Renault Captur (con este, además, comparte plataforma y muchos elementos mecánicos), el Škoda Kamiq o el Volkswagen T-Cross, entre otros.
Por dentro los cambios son de mayor envergadura. El salpicadero, por ejemplo, tiene un diseño distinto en la parte central, con dos salidas de aire de aspecto más convencional (antes eran tres redondas; imagen) y con una pantalla para el sistema multimedia más grande (hasta 12,3 pulgadas, por 8 del modelo anterior) que, además, está ocho grados más inclinada hacia el conductor. El propio sistema multimedia incluye un sistema operativo diferente, más rápido y fácil de utilizar según Nissan y en el que se incluye un reconocimiento de comandos vocales con lenguaje natural y conectividad con Android Auto y CarPlay sin necesidad de cables.
También es nueva la instrumentación, que ahora es mediante una pantalla de 12,3 pulgadas con resolución Full HD (1920x1080) y con la posibilidad de modificar tanto su aspecto como la información mostrada gracias a los tres «temas» predefinidos con los que cuenta. Otros cambios más o menos importantes son la instalación de nuevos asientos delanteros en casi todas las versiones (más cómodos, según Nissan), nuevos tapizados, una guantera de mayor capacidad (ahora tiene 7,8 litros), un reposabrazos central delantero con más superficie de apoyo y un cargador inalámbrico en el que caben teléfonos de hasta 6,7 pulgadas.
En cuanto al equipamiento de seguridad y los asistentes a la conducción, Nissan incluye de serie elementos como la alerta por cambio involuntario de carril (el sistema de mantenimiento en el mismo es opcional o de serie en función del acabado), una cámara trasera de ayuda al estacionamiento (además ahora con más resolución, de 1,3 megapíxeles en lugar de 0,3) o un sistema que hace parpadear las luces de freno cuando la deceleración es muy alta. Y como en el modelo anterior, también puede tener otros elementos como un sistema de cámaras que generan una vista cenital del vehículo, un detector de vehículos en el ángulo muerto o un programador de velocidad activo.
Para celebrar el lanzamiento, Nissan va a poner a la venta 300 unidades de una versión llamada IKON. Se distingue del resto porque la carrocería va pintada en el nuevo color amarillo (y el techo en negro) y porque en el interior incluye pespuntes de los tapizados de los asientos y molduras decorativas del mismo color.
La gama de motores es la misma que en el modelo al que reemplaza. La versión más sencilla (etiqueta C de la DGT) tiene un motor de de gasolina de tres cilindros con 1 litro de cilindrada y 117 caballos que puede ir asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades o a una automática de doble embrague y siete relaciones. Por otra parte, también estará disponible la versión híbrida no enchufable de 143 caballos, cuya tecnología es idéntica a la que Renault utiliza en el Captur o en el Clio (Nissan pertenece al Grupo Renault). A esta última le corresponde el distintivo medioambiental ECO de la DGT.