Renault Austral (2023) - Prueba | Impresiones del interior

hace 2 días |Alfonso Herrero (@alf_reguart)

En la galería de fotos del interior hay una sesión del Austral que hemos probado —una versión con el nivel de equipamiento más alto: iconic— hecha en nuestro estudio. Esas imágenes son, al igual que este texto, una herramienta para conocer mejor el Renault Austral. Las inserciones de Alcantara que se ven en el volante, el salpicadero, los paneles de las puertas y los asientos forman parte del paquete opcional llamado esprit alpine que supone un desembolso de 1000 €.

Del interior del Austral hay que destacar el equipo informático que Renault ha empleado para la instrumentación y el sistema multimedia. Nos parece sobresaliente. En lo que respecta a la amplitud del habitáculo, el Austral está en un término medio (mediciones de interior), siendo sus puntos fuertes la posibilidad de deslizar longitudinalmente la fila posterior (en las versiones que tienen está función) y el espacio disponible para las piernas. El volumen del maletero está por debajo de la media (500 y 430 litros, este último valor en las versiones híbridas E-Tech debido al espacio que ocupa la batería de 12 V más la caja donde se aloja).

El salpicadero del Austral sigue las líneas maestras de diseño que Renault introdujo con el Mégane E-TECH. Es un salpicadero que está presidido por dos pantallas de gran tamaño, una de 12,3 pulgadas para la instrumentación y otra de 12,0 para el sistema de información y entretenimiento (es de 9,0 en las versiones menos equipadas). Utilizan el software OpenR Link, que está desarrollado con base Android Automotive OS e integra de forma nativa aplicaciones como el buscador de Google y Google Maps. Es compatible con Android Auto y Apple CarPlay. En información técnica damos las principales características técnicas de estas pantallas. 

La experiencia de uso es muy buena, tanto por facilidad de manejo como por calidad y fluidez de los gráficos. Como si tuviéramos una tableta buena. Es mejor que los sistemas multimedia de la mayoría de sus alternativas, por no decir de todas. Además, Renault no ha caído en la tentación de incorporar los mandos del climatizador en la pantalla, sino que estos quedan fuera, con botones mecánicos, de buen tamaño y tacto. Un acierto.

En la consola hay un soporte deslizable pensado para apoyar la mano y manejar más cómodamente la pantalla (solo sirve para tocar la zona inferior, si no hay que separar la mano del apoyo). En este soporte está localizada la bahía para la carga por inducción (imagen) de teléfonos móviles (imagen). Por debajo de él hay varios huecos de tamaño generoso para guardar objetos como botellas de medio litro, llaves o el mando del garaje. Según la posición en la que se encuentre el soporte deslizable, queda oculta la zona delantera o la trasera. El hueco que hay debajo del reposabrazos central también es amplio. Ninguno de estos espacios, ni las bolsas de las puertas están cubiertos con un fondo de goma o textil. Si se dejan unas llaves, por ejemplo, se deslizan y golpean con las paredes del hueco, haciendo ruido.

Para el cuadro de instrumentos hay cuatro visualizaciones: Clásica (dos contadores de aguja con información entre medias), Navegación (se ve la cartografía), Zen (minimalista, mínima información necesaria) y Realista (modelaje esquemático de la carretera y del tráfico alrededor del vehículo). En opción se puede pedir un sistema de proyección de información en el parabrisas. Las imágenes proyectadas son a color y ocupan un área de 9,3 pulgadas. Se ven bien y te acostumbras rápido a no mirar la velocidad en el cuadro.

El volante es pequeño (no tanto como el de un Peugeot 3008) y está achatado por arriba y por debajo (imagen). En los radios del volante están los mandos del programador de velocidad (a la izquierda) y otras funciones (en el derecho). Debajo hay un pequeño botón circular (imagen) que sirve para seleccionar los modos de conducción (MULTI-SENSE: Eco, Comfort, Sport y Perso). El equipo de sonido de maneja desde un conjunto de mandos situados a la derecha del volante, por debajo de la palanca de los limpiaparabrisas que, a su vez, está colocada justo por debajo de la palanca del cambio (imagen). Yo, tras varios días conduciendo el Austral, me he equivocado varias veces al intentar accionar los limpias (le daba a la del cambio); supongo que con más horas de uso esto no pasará.

En el techo, en el plafón de luces delantero, hay un espejo para poder vigilar a los pasajeros traseros, algo que puede ser útil si son pequeños. Es escamoteable, se puede ocultar si no se usa. Esa misma pieza sirve de portagafas (imagen). En ese plafón (imagen) sorprende la ausencia de un mando para activar a voluntad todas las luces del habitáculo; esa gestión hay que hacerla desde el sistema multimedia, es una de las pocas rarezas nada intuitivas del Austral. Ocurre lo mismo con la luz ambiental: no se configura desde el menú del interior, sino en el de los modos de conducción (imagen). Desde ahí, además de elegir el color a voluntad, se puede hacer que cambie automáticamente con los modos de conducción y según la hora del día. A pesar de los cuatro puntos de luz del techo y de las tiras de luz ambiental, la zona de los pies queda en penumbra y cuando se cae algo al suelo no es fácil encontrarlo de noche o en el garaje.

Como ya he contado, el climatizador tiene mandos físicos para su manejo. Algo que no me ha gustado es que, en días fríos, el ventilador expulsa inicialmente aire aún frío. Es cierto que el circuito de calefacción tarda poco en templarse, pero resulta desagradable ese periodo en el que en vez de recibir calor, te llega frío. En la mayoría de coches actuales, el caudal de aire está reducido al mínimo hasta que puede salir aire caliente.

El Austral transmite una sensación de calidad normal, con materiales y ajustes correctos. Hay varias piezas de plástico negro piano, ese que se ensucia con muchísima facilidad, pero casi todas son marcos y no una gran superficie. Donde quizás se nota que Renault no ha gastado mucho es en la zona del maletero, con una moqueta de calidad más bien justa.

Me ha resultado sencillo encontrar una postura de conducción adecuada y los asientos son confortables y arropan bien el cuerpo. Me ha llamado la atención que al salir del coche muchas veces se oía un ruido al rozar y engancharse ligeramente el lateral del asiento contra el embellecedor de plástico de la base (imagen). Sospecho que, con el tiempo, el tapizado se resentirá.

El acceso a las plazas traseras se hace sin dificultad. En esta fila hay más espacio para las piernas que en un Citroën C5 Aircross, un Mazda CX-5, un Opel Grandland o un Peugeot 3008, pero menos a lo ancho (de puerta a puerta). El espacio para la cabeza está en la media y es suficiente para que una persona de 1,85 metros de estatura se acomode sin sentir agobio (aunque si se estira tocará el techo con la cabeza).

La fila posterior (banqueta y respaldo) está dividida en dos partes, en una proporción 60/40. Cada una de estas partes se puede deslizar 16 centímetros a lo largo de un carril (excepto en el nivel de equipamiento más sencillo) y también es posible variar la inclinación de los respaldos (hay tres posiciones, 25, 27 y 29 grados). Esta es una función que no estaba presente en el Kadjar y que tampoco es habitual encontrarla en otros SUV de tamaño medio. La tienen el Citroën C5 Aircross, el Škoda Karoq o el Volkswagen Tiguan, pero no modelos como el KIA Sportage, el Nissan Qashqai o el Peugeot 3008.

Los pasajeros que ocupen estas plazas tendrán a su disposición dos salidas de aire en la consola central (sin posibilidad de regular la temperatura), dos tomas USB de tipo C (imagen), redecillas en los respaldos de los asientos delanteros, huecos en las puertas, asideros en el techo y puntos de luz.

Maletero

El maletero del Austral es pequeño respecto a su competencia. Los Austral híbridos ligeros tienen 500 litros de capacidad, que es menos de lo que ofrecen un Citroën C5 Aircross (580 l), un Kia Sportage (562 l), un Opel Grandland (514 l), un Peugeot 3008 (520 l) y un Volkswagen Tiguan (520 l). Si la fila posterior se avanza todo lo posible, el volumen asciende a 575 litros.

En el caso del Austral E-Tech Hybrid el volumen del maletero es de 430 litros, un valor que de nuevo es inferior al de sus alternativas, como el Toyota RAV4 Hybrid (580 l), el Kia Sportage híbrido (587 l) o el Hyundai Tucson híbrido (616 l). 

En el espacio de carga hay una balda rígida que crea un doble fondo (imagen). Es extraíble, pero no se puede colocar en una posición inferior cuando no interesa tener ese doble fondo. Tampoco es posible hacer que esta balda quede enrasada con los respaldos de los asientos posteriores cuando estos se abaten, sino que siempre queda un escalón (imagen); además los respaldos no quedan horizontales (imagen). Según el nivel de equipamiento, el portón puede tener accionamiento manual o eléctrico.