El Hyundai Santa Fe de quinta generación tiene un aspecto completamente distinto al del modelo que reemplaza, que lleva en el mercado desde el año 2018 (con una actualización en 2021). Mide 4,83 metros de longitud (6 centímetros más que antes; ficha comparativa). En España tiene siempre siete plazas, dos sistemas híbridos distintos y tracción total; está disponible desde un mínimo de 58 020 euros hasta 68 370 (listado de precios).
Es un modelo que ofrece algunas características de los coches de precio alto: un buen nivel de confort y mucho equipamiento. Además tiene un habitáculo amplio y siete plazas que se pueden usar, aunque para entrar y salir de las traseras hace falta o ser ágil o relativamente menudo. También hay detalles que lo diferencian de los que cuestan varios miles de euros más, como es el empleo de materiales de recubrimiento más sencillos o una menor sofisticación mecánica en algunos componentes del chasis.
El habitáculo tiene muchas cosas buenas: la sensación de amplitud, la cantidad de huecos de almacenamiento y la presencia de elementos que hacen de él un coche muy interesante para un uso familiar —como las distintas tomas de corriente bien sean USB, de 12 voltios o de 230 voltios—. En las impresiones del interior ahondamos en estos y otros aspectos.
La gama de motores es distinta a la del modelo anterior. El Santa Fe está disponible con un sistema híbrido no enchufable de 215 CV (etiqueta ECO de la DGT) y con uno híbrido enchufable de 253 CV (etiqueta 0 emisiones de la DGT). Ambos tienen en común un motor de gasolina de 1,6 litros de cilindrada con turbocompresor y una caja de cambios automática cuyo selector está colocado en la columna de la dirección.
He conducido las dos versiones. A efectos prácticos las principales diferencias entre ambas son la cantidad de tiempo que pueden circular en modo eléctrico y que cuentan con distinta etiqueta medioambiental —Eco y 0 emisiones— porque en marcha la diferencia de aceleración es muy pequeña; incluso el que no es enchufable responde con mayor inmediatez ante una solicitud repentina de aceleración. En el enchufable hay un retraso mayor entre que se hunde el pie en el pedal del acelerador y el sistema híbrido actúa como se espera.
En ambas versiones el motor de gasolina suele pasar desapercibido mientras se circula a velocidad constante, si bien el enchufable, incluso cuando la batería está descargada según el indicador de la pantalla, es capaz de avanzar más tiempo con el motor de combustión apagado.
La carrocería es más grande que antes y sus proporciones son distintas debido a que la batalla es más amplia (2,815 metros, por 2,765 del anterior Santa Fe), el voladizo delantero es más corto y el trasero más largo. Algunos de los rasgos de diseño más distintivos del Santa Fe 2024 son los faros y los pilotos, que tienen forma de «H» —en alusión a la primera letra de la palabra Hyundai—, los arcos de las ruedas, con líneas muy angulosas, y el mencionado aspecto «cuadrado» que, en general, tiene la carrocería. Las llantas pueden ser de hasta 21 pulgadas de diámetro.
Técnicamente la suspensión —MacPherson delantero y multibrazo trasero— es «básica» porque no hay opción de contar con muelles neumáticos o unos amortiguadores de dureza seleccionable por el conductor. Tampoco puede tener dirección en las cuatro ruedas, un elemento que siempre es una ayuda a la hora de maniobrar con coches de este tamaño. A pesar de lo anterior, mi sensación durante esta toma de contacto es que el Santa Fe 2024 tiene una calidad de rodadura buena —sin alcanza el nivel de otros modelos de tamaño parecido y siete plazas que cuestan (mucho) más, como puede ser un BMW X5— es un coche claramente cómodo —aunque no tanto como puede serlo el mencionado X5—.
Sus alternativas siguen siendo los Kia Sorento, Škoda Kodiaq o SEAT Tarraco, entre otros (listado de todas ellas). Quien busque un SUV de tamaño parecido e híbrido de más de 185 CV sólo encontrará más barato el Kia Sorento (que comparte plataforma y otros elementos con el Santa Fe). Si lo que se quiere es un sistema híbrido enchufable, la opción de menor coste es el Peugeot 5008 (listado).
Los asistentes a la conducción del Santa Fe 2024 son muy numerosos, pero no hay ninguno especialmente novedoso o llamativo. Puede tener, entre otros, los siguientes: un sistema que combina el programador de velocidad activo con el de mantenimiento de carril para ofrecer un guiado automático (puede incluso «ayudar» en los cambios de carril), uno de frenada automática de emergencia en ciudad con reconocimiento de peatones, una alerta por distracciones del conductor, otra por tráfico cruzado al circular marcha atrás, un sistema de aparcamiento semi-automático, uno de salida segura del habitáculo o un conjunto de cámaras que generan una vista cenital del vehículo.
Muchos de los materiales de recubrimiento del habitáculo son respetuosos con el medio ambiente. Así, Hyundai ha utilizado gamuza para el techo, plástico reciclado para las alfombrillas y los respaldos de la segunda y tercera fila de asientos y cuero sintético para los paneles de las puertas. No obstante, también hay materiales más «sofisticados», como el cuero Nappa (asientos) o la madera (molduras decorativas).
La carrocería del Santa Fe 2024 puede ir pintada en 10 colores distintos: Abyss Black Pearl, Creamy White Pearl, Creamy White Matte, Typhoon Silver Metallic, Magnetic Gray Metallic, Ocado Green Pearl, Terracotta Orange, Cyber Sage Pearl, Earthy Brass Metallic Matte y Pebble Blue Pearl.