Saab 9-3 (2002) | Impresiones de conducción del 2.0 t de 175 CV

17/07/2002 |Víctor M. Fernández

Durante la presentación del 9-3 he tenido ocasión de conducir la versión 2.0 t de 175 CV con acabado «Arc» y «Vector», este último con una suspensión deportiva que es opcional (similar a la del Aero).

En el Saab 9-3 2.0 t Arc, las primeras sensaciones que me ha dado es de coche rápido, cómodo, agradable de conducir, de reacciones muy predecibles y con poca agilidad en curva. En condiciones de uso normal, puede transmitir sensación de seguridad. Quien intente realizar un uso «deportivo» en zona de curvas, encontrará una acusada tendencia a subvirar. En cambios de apoyo fuertes se aprecia también el balanceo de la carrocería y puede llegar a descolocarse ligeramente del eje trasero (de forma muy progresiva). Me parece muy recomendable el control de estabilidad (opcional)

La cosa cambia notablemente en el 2.0 t Vector, con neumáticos más grandes (215/50 R17 91 W) y suspensiones más duras. Este coche me ha parecido que tiene un mejor compromiso entre estabilidad y confort, porque sigue siendo muy cómodo. Es menos subvirador que el «Arc», y también es menos ágil que otros coches de talante deportivo, como el Mazda6 Sportive o el Jaguar X-Type en versión «Sport».

En Saab afirman que el tiempo completo en el que todo el chasis del 9-3 responde a una «orden» de la dirección es un 30 % más rápido que la media de este segmento de vehículos. Imagino que se referirán a las versiones «Vector» y «Aero», porque en las «Arc» resulta difícil de creer. Un Ford Mondeo o un Mercedes Clase C (por poner dos ejemplos) tienen una estabilidad superior y reacciones más rápidas.

Las unidades que he probado tenían control de estabilidad (ESP). Como en la mayor parte de los casos, resulta muy eficaz en sobreviraje, pero escasamente útil en subviraje. El ESP (opcional) también incluye un control de tracción (TCS) que actúa con suavidad al ser el acelerador electrónico el que dosifica la potencia del motor para que las ruedas no tengan un deslizamiento excesivo al acelerar.

El motor 2.0 t de 175 CV me ha parecido una de las mejores cosas del coche, con una respuesta muy enérgica y progresiva desde muy bajo régimen. Empieza a empujar con fuerza desde 1.500 rpm y llega bien hasta 6.500 rpm (zona roja del cuentavueltas). No tiene un corte de inyección al llegar a ese régimen, es el acelerador eléctrónico lo que limita la carga para no sobrepasarlo.

El tacto de la dirección y los frenos (la frenada parece potente y equilibrada) es bueno; y el cambio, suave. Los desarrollos de transmisión son largos, pero el coche no parece lento por ello.

También he probado una versión «Arc» con la caja automática de cinco marchas y mando secuencial en la palanca de cambios. Me parece suave de funcionamiento y en el manejo en modo secuencial resulta muy cómodo: empujando hacia delante cambia y hacia atrás reduce. En el manejo «manual» no cambia automáticamente a la marcha superior al llegar al máximo régimen. Es un cambio moderno y agradable en el uso habitual, está en la línea de otros cambios automáticos similares.