MINI Countryman (2024) - Prueba | Impresiones del interior

10/05/2024 |Alfonso Herrero (@alf_reguart)

Hay muchas cosas distintas en esta nueva generación del MINI Countryman respecto al anterior. Una de las que pueden ser útiles es la mayor altura al techo en las plazas traseras, que antes era justa para adultos por encima de la media y ahora caben aquellos que midan poco más de metro noventa (hemos medido 94 cm de la banqueta al techo en vez de los 88 de la generación anterior).

La anchura es similar al Countryman 2021 y, por tanto, no es un coche aconsejable para llevar tres ocupantes detrás, da igual que sean tres adultos, tres niños en sillitas o dos sillitas y un niño. La excepción es la habitual, tres niños podrán acomodarse y tres adultos podrán ir en trayectos que no sean largos. Mediciones del interior. Además de los anclajes Isofix traseros (imagen) para dos sillitas, los hay en la plaza del acompañante delantero.

Un elemento diferenciador del Coutryman es que esa segunda fila de asientos se puede desplazar longitudinalmente (en dos partes, el recorrido es de 12 cm; imagen) y esto permite dar mayor espacio al equipaje si las plazas traseras no se ocupan o quienes las ocupan no necesitan mucho espacio para sus piernas. Los respaldos tienen seis posiciones de inclinación, con una diferencia de 12 grados entre las posiciones más extremas (imagen).

El acceso a las plazas posteriores es mejorable porque las puertas no abren en un ángulo grande. En la consola central hay salidas de aire orientables y un par de conexiones USB de tipo C (imagen).

En las plazas delanteras, el Countryman da sensación de amplitud. A ello contribuye el diseño exterior —con un parabrisas menos inclinado de lo que es habitual— y el diseño interior —la consola no es voluminosa, el salpicadero no «invade» espacio que ocupan las rodillas, el tapizado es claro y el techo panorámico aporta mucha luz—.

La primera vez que me subí a este MINI me llamó la atención que, tras subir bastante el pie, el asiento no quedaba tan alto como esperaba. En otros SUV hay más correlación entre el primer movimiento y el de la cadera para sentarse. A partir de ese momento ya me ha pasado desapercibido, si bien sentarse me parece más cómodo en aquellos modelos que tienen el piso a la misma altura que el umbral de la puerta y no por debajo. Un inconveniente a la hora de salir del coche es que es muy difícil no rozar con la pierna contra la parte inferior de la carrocería, que suele estar sucia; en otros modelos, esa parte la cubre la puerta y mancharse no es tan sencillo.

La posición al volante es con las piernas poco estiradas, dado que el asiento no queda cerca del suelo. Yo me he sentido muy cómodo y los dos pies quedaban perfectamente colocados respecto a los pedales y al reposapiés. Los asientos no me han llamado la atención para bien ni para mal. El mullido es firme y sujetan adecuadamente el cuerpo. La tapicería de nuestra unidad era de piel artificial clara (imagen).

La protagonista del interior es sin ninguna duda la gran pantalla circular que está colocada en el centro del salpicadero. Protagonista y única, dado que no hay más pantallas en el coche. Sí puede tener un sistema de proyección de información del que la imagen no se refleja en el parabrisas, sino en una lámina plástica que hay en el salpicadero (emerge al dar al contacto; imagen). Yo soy partidario de los sistemas de proyección porque, por regla general, me acostumbro rápido a consultar la información de la velocidad en ellos. En este caso me ha ocurrido lo contrario; la vista busca siempre el velocímetro del cuadro. Mi impresión es que esto ocurre por dos motivos: el primero es la ubicación de la lámina de policarbonato, que a mí al menos me quedaba muy abajo; el segundo es que la velocidad se muestra en la pantalla en la parte superior y a un tamaño grande (imagen), así que la vista no tiene que hacer mucho trabajo para verla. 

No sé si al propietario de este coche le ocurrirá, pero yo me he dejado en muchas ocasiones los intermitentes activados porque el sonido apenas se oye si se está escuchando música o hablando con otros pasajeros; además, como los testigos luminosos no están tras el volante sino en la pantalla, es fácil que pasen desapercibidos.

La pantalla mide 240 mm de diámetro (imagen) y como ya he dicho, es el principal punto de comunicación con el vehículo, el medio a través del cual se realizan y configuran prácticamente todas las funciones (ejemplos). Es de tipo OLEDse ve muy bien, tiene gráficos modernos y animaciones fluidas.

Funciona bajo el sistema operativo «MINI Operating System 9», el más reciente y basado en Android. La cantidad de información disponible y la navegación por los menús abruma al principio, en parte porque hay muchas combinaciones de visualización posibles (ejemplos) y hay que hacerse a los atajos. Por ejemplo, al pulsar sobre la velocidad se accede a la visualización de un cuadro de instrumentos clásico y al hacerlo sobre la cifra de autonomía a la pantalla del ordenador de viaje.

Este sistema operativo está conectado de manera permanente a internet, lo que permite la recepción de actualizaciones inalámbricas (OTA) y de datos en tiempo real sobre el estado del tráfico (los mapas están alojados en «la nube») o sobre la distancia y la ocupación de los puntos de recarga cercanos en el caso de la versión eléctrica. También permite el acceso a una tienda de aplicaciones, donde hay juegos o reproductores de video en streaming, entre otras cosas. Es compatible con Android Auto y CarPlay de Apple de forma inalámbrica.

MINI ha llamado Spyke a su asistente de voz. Más allá del nombre y del personaje que MINI ha diseñado no tiene nada de especial respecto cualquier otro asistente avanzado de voz. Se le puede preguntar, por ejemplo «¿Qué tiempo hace en Zaragoza?», «¿Cómo se va a Cuenca?», «Cuéntame un chiste» o «Necesito un café» y obtener respuestas coherentes.

Debajo de la pantalla central hay un conjunto de palancas y botones (imagen). Estos, junto a las palancas de la dirección y los mandos del volante y las puertas son los únicos mandos no-virtuales. Las palancas, tres, están relacionadas con la conducción: selector del cambio, arranque y los modos de conducción —MINI Modes según el manual, aunque en el salpicadero el mando está señalizado como Experiences— que combinan tres tradicionales (Green, Core y Go-kart) con otros cinco que solo cambian «la puesta en escena de toda la experiencia en el interior». Bajo esa fila de mandos hay varios pulsadores, uno de ellos es un acceso rápido para la desconexión de los avisos de exceso de velocidad y de salida del carril, el freno automático (Hold) y la ayuda al arranque sobre superficies deslizantes.

Con una pantalla que aglutina casi todas las funciones del coche, MINI ha podido hacer un diseño muy limpio del salpicadero en el que, de noche, llama la atención los patrones luminosos que aparecen bajo el tapizado (ejemplo de cuando se activa el modo Go-kart). Pero a mí lo que me parece importante para el día a día es que se ha resuelto muy bien la consola entre los asientos (imagen), con distintos espacios —uno de ellos cerrados; imagen— en los que dejar cosas, que estás queden siempre al alcance (aborrezco las consolas «puente» con una zona de almacenaje inferior inútil) y que no salgan despedidas en las curvas.

Gran parte del salpicadero, el panel superior de las puertas y algunas piezas de la consola están recubiertos de poliéster reciclado. Es un material de apariencia textil, con un patrón de rejilla y de distintos colores (ejemplo). Al tacto es un tanto basto. Para el resto, MINI ha optado por un plástico duro, de buen aspecto.

Este MINI no da la sensación de un coche lujoso, pero tampoco de uno simplón o barato (que no lo es). De hecho, el maletero no es una zona descuidada. Está completamente tapizado con una moqueta de buen aspecto y bien iluminado.

El volumen del maletero del Countryman con los motores Diesel y de gasolina asociados a un sistema de hibridación ligera (163, 170 y 218 CV) es de 450 litros. En el caso del John Cooper Works ALL4 de 300 CV es de 440 litros por el espacio que ocupa el sistema de escape. Las variantes eléctricas tienen uno de 460 litros. El maletero de un Audi Q3 (hasta 530 litros) y un BMW X1 (hasta 540 litros) es más grande, el de un CUPRA Formentor (hasta 450 litros) y un Volvo XC40 (hasta 483 litros) es parecido y el de un Lexus UX (hasta 367 litros) y un Toyota Corolla Cross (hasta 414 litros) es más pequeño. 

Para ganar espacio de carga es posible abatir los respaldos de la fila posterior, que están divididos en tres partes independientes. Debajo del piso del maletero hay un hueco en el que es posible introducir una mochila (tiene 34 cm de profundidad, 88 cm de anchura y 21 cm de altura). El portón tiene accionamiento eléctrico de serie.