Mercedes-Benz GLB (2020) | Impresiones del interior

21/11/2019 |Fernando Ríos (@RiversChains) y Alfonso Herrero (@alf_reguart)

Los GLB y el GLC son dos SUV de longitud similar, pero sus habitáculos no son igual de amplios. En el GLC hay más anchura entre puertas y en el GLB hay más espacio para las piernas y maletero (comparativa de mediciones). Esta ventaja del GLB se debe, como hemos comentado en Información general, a la disposición transversal del motor, la cual resta menos espacio que la longitudinal del GLC. Respecto al Clase B, que es un monovolumen, el GLB también es mejor por espacio para las piernas, pero tiene menos altura libre al techo (tabla comparativa).

Los asientos de la segunda fila están divididos en dos partes asimétricas (siguen la proporción 60:40), se pueden desplazar longitudinalmente 14 centímetros a lo largo de unos carriles y tienen unos respaldos con varios ajustes de inclinación (imagen). Con ellos situados en la posición más retrasada, hemos medido 78 cm de espacio para las piernas, que es mucho. Por encima de él, sólo están el Honda CR-V y el Lexus NX (mediciones del interior).

Por contra, no es uno de los vehículos más recomendables para quien necesite llevar a tres personas en las plazas traseras, indistintamente sean adultos o niños en sillitas, porque es de los que menos anchura ofrece (hemos medido 138 centímetros entre puertas). En este sentido son mejores otros modelos de tamaño similar, como el Škoda Kodiaq, el Peugeot 5008 o el Volkswagen Tiguan Allspace (143, 142 y 141 cm, respectivamente). 

La tercera fila es opcional y únicamente sirve para llevar niños o adultos de talla más bien baja durante trayectos cortos (según Mercedes-Benz, personas de hasta 1,68 metros de estatura). El sistema de acceso a la misma es muy sencillo, aunque el hueco que hay de paso es muy pequeño y de formas irregulares, por lo que exige cierta agilidad a las personas que se vayan a sentar en ella. Para acceder es necesario bascular el respaldo de la segunda fila mediante un mando que hay en la parte superior del asiento (imagen) y a continuación empujar la banqueta hacia delante (imagen).

En esta fila hay el mismo espacio para las piernas que en la tercera del Honda CR-V, menos anchura y más altura; lo mismo ocurre si se compara con la del Peugeot 5008. Como también hay anclajes isofix, algo que no es habitual, puede usarse para llevar algunos modelos de sillitas infantiles (aquellas que no son muy voluminosas) y dejar la segunda fila para adultos. Para dar uso a estas plazas por adultos es preferible un Hyundai Santa Fe o un Volkswagen Tiguan Allspace, donde hay más espacio en todas las cotas (tabla comparativa de mediciones interiores). En un BMW Serie 2 Gran Tourer, que tiene carrocería de tipo monovolumen y siete plazas, no hay más espacio ni en esta tercera fila ni en la segunda (tabla comparativa).

Los pasajeros que van en estos dos asientos tienen que llevar las rodillas muy flexionadas y los muslos poco apoyados en la banqueta porque hay poca distancia desde esta hasta el suelo. Adelantando los asientos de la segunda fila se gana espacio en la tercera, pero eso no significa que puedan viajar pasajeros de mayor estatura porque sus cabezas golpearán con el techo. Entre medias de los dos asientos hay una consola con dos portabebidas (imagen) y en cada reposabrazos lateral hay un puerto USB (imagen). Estos asientos son abatibles por separado y quedan enrasados con el piso del habitáculo cuando se pliegan (imagen).

El volumen del maletero del GLB con cinco asientos es de 570 litros (760 si se adelantan los asientos). Son 20 litros más que el del GLC y 125 más que el de un Clase B, si bien la carrocería de este último es 21,5 cm más corta. No obstante, hay modelos con carrocería todoterreno de longitud similar que tienen un maletero más capaz. Dos ejemplos son el Peugeot 5008 (702 litros de maletero) y el Toyota RAV4 (580 l, solo puede ser de cinco plazas). En el caso de tener siete plazas, el volumen del maletero si no se usa la tercera fila es de 500 litros (640 si se adelantan los asientos). Si se está utilizando, el volumen es de sólo 130 litros.

Bajo el piso hay un hueco especialmente diseñado para guardar la cortinilla cubre equipaje cuando no se usa, además del kit de reparación de neumáticos en caso de pinchazo y el altavoz de graves del equipo de sonido opcional (imagen). El borde de carga está situado a 73 centímetros del suelo, una distancia normal. 

La iluminación del hueco de carga principal es escasa (hay dos plafones, uno en la pared lateral y otro en la parte interna del propio portón), algo que tiene difícil justificación en un vehículo de planteamiento tan familiar y que además contrasta con el excelente alumbrado del resto del habitáculo, donde hay multitud de plafones con ledes muy potentes. 

El diseño de la instrumentación y de la consola central, con dos pantallas contiguas, es el mismo que Mercedes-Benz emplea en el Clase A, Clase B y CLA Coupé, entre otros. Tan solo cambia ligeramente el aspecto de la parte que queda frente al pasajero y el de los paneles de las puertas.

También comparte con estos modelos el sistema multimedia, que es el que Mercedes-Benz denomina MBUX. Como en otras ocasiones, su funcionamiento nos parece excelente tanto por rapidez de procesamiento como por resolución y visibilidad de la pantalla. La estructuración de los menús y submenús es clara y lógica, si bien es cierto que requiere de un pequeño periodo de aprendizaje porque son muchas las funciones que aglutina. El control mediante comandos vocales es uno de los mejores del mercado, si no el mejor, porque entiende perfectamente un lenguaje natural y por lo tanto, facilita mucho su manejo sin desatender la conducción.

La visibilidad desde el puesto de conducción muy buena, ya que la superficie acristalada es más amplia de lo normal (la diferencia con respecto a los Clase A, CLA Shooting Brake o incluso Clase B es enorme). Además, la cámara trasera de ayuda al estacionamiento (de serie) tiene una resolución muy buena y resulta de mucha ayuda a la hora de estacionar o maniobrar en lugares angostos (imagen).

Los materiales empleados en el habitáculo y los ajustes entre las distintas piezas son análogos a los del resto de modelos con los que comparte plataforma. Por norma general son buenos y causan una buena sensación a la vista y al tacto, pero hay detalles que, sin ser malos, no son los que uno espera de un coche cuyo precio de partida supera los 40 000 euros. Es el caso de los plásticos que hay en la parte inferior del salpicadero y las puertas (duros y poco tratados) o el tacto endeble de los mandos del climatizador.