Las reducidas dimensiones del iQ —2,99 m de longitud y 2,0 m de distancia entre ejes— han llevado a Toyota a optimizar al máximo el espacio.

Por ejemplo, para que el voladizo delantero fuera lo más corto posible, el diferencial va colocado por delante del motor y de la caja de cambios. Por lo tanto, el motor queda completamente por detrás del eje delantero.

Dada esta ubicación, Toyota ha necesitado colocar el sistema de dirección en la parte superior del vano delantero y las bieletas de dirección salen desde el punto central de la cremallera (imagen). En un Toyota Yaris, por ejemplo, el sistema de dirección va colocado a la altura del eje de las ruedas delanteras.

La suspensión es independiente de tipo McPherson delante y de brazo tirado con eje transversal de torsión detrás. El coeficiente aerodinámico es 0,30 Cx, un valor muy bueno para tratarse de un coche de sus dimensiones.

Además, técnicamente tiene otras soluciones interesantes para ganar espacio, como que el depósito de combustible (32 litros) es plano y está colocado debajo del asiento del conductor (imagen).

1.33 VVT-i de 98 CV

El iQ está disponible motor de gasolina de 1,33 l de cilindrada y 98 CV. Es una variante del 1,33 l de 101 CV que llevan otros modelos de Toyota. Da 3 CV menos por modificaciones en el sistema de escape.

Tiene 123 Nm de par máximo a 4.400 rpm, es decir, da menos par y a un régimen más alto que la variante de 101 CV.

Tiene cuatro cilindros, culata de 16 válvulas, inyección indirecta y distribución variable (VVT-i). Es un motor atmosférico, sin turbocompresor. Según Toyota, tiene un tamaño similar al de un tres cilindros de 1,0 l.

Su relación de compresión es de 11,5 a 1, que es muy elevada; no obstante, está preparado para consumir gasolina de octano 95 sin que se produzca detonación.

Tiene diferentes medidas para que la fricción de algunos de sus órganos internos sea baja; así, los pistones están diseñados para que su área de contacto con las paredes del bloque sea pequeña. Otra medida para reducir el rozamiento es que los balancines que empujan las válvulas son de rodillos. Cada pistón va refrigerado por un chorro de aceite.

Otra solución interesante para reducir el consumo de combustible es que cuando el coche está acelerando, la generación de electricidad -por medio del alternador —disminuye, y cuando el vehículo está desacelerando, aumenta—.