Del Škoda Octavia RS hay tres versiones: gasolina de 245 CV, Diesel de 200 CV e híbrida enchufable de 245 CV. Sus precios de venta parten de 34 912, 35 532 y 38 120 euros respectivamente (ficha comparativa). En este texto nos centramos en las dos primeras, mientras que la híbrida enchufable, cuya denominación comercial es Octavia RS iV, la tratamos por separado en esta sección.
El precio es prácticamente el mismo con la carrocería berlina y familiar (Combi); hay una diferencia de unos 70 euros entre ellas (no es el caso del Octavia RS iV, que es 700 euros más caro en formato Combi). En la actualidad, es el vehículo más barato de entre los de características similares (listado comparativo).
Los Octavia RS se distinguen del resto de versiones de Octavia no solo por ser los más potentes, sino también por tener una puesta a punto encaminada a ofrecer mejores cualidades dinámicas en conducción deportiva, algo que se nota.
Škoda consigue con el Octavia RS lo que Volkswagen logra con el Golf GTI: un vehículo de tacto firme y directo, de reacciones neutras, con mucho agarre en curva, una buena agilidad y con el que moverse con comodidad a diario y en los viajes largos con la familia. Es una opción muy recomendable para aquellos que disfruten conduciendo rápido, sobre todo en carreteras de montaña, y que quieran a la vez un vehículo práctico (el habitáculo y el maletero son idénticos por tamaño al del cualquier otro Octavia). Ahora bien, si lo que se busca es algo divertido y emocionante, que transmita sensaciones más intensas, hay alternativas por un precio similar que cumplen mejor con ese cometido, como el Ford Focus ST; eso sí, a cambio de perder espacio (es más pequeño) y confort de marcha.
Tanto el motor de gasolina como el Diesel tienen cuatro cilindros y dos litros de cilindrada. La caja de cambios es siempre automática de siete relaciones (de doble embrague, modelo DQ 381) y la tracción en las ruedas delanteras. En otros mercados hay disponible un cambio manual y un sistema de tracción a las cuatro ruedas.
Con el de gasolina (245 CV) es un coche veloz, que acelera con rapidez (0 a 100 km/h en 6,7 s), pero que no apabulla. El cambio de marchas funciona generalmente bien en modo automático y hace que uno se olvide de manejarlo manualmente mediante unas pequeñas levas de plástico que hay tras el volante. En los modos de conducción Eco y Normal tiene función de avance por inercia.
Los muelles son más cortos que los que llevan los Octavia convencionales y reducen 15 milímetros la altura al suelo de la carrocería. Los amortiguadores tienen un ajuste más firme y pueden ser de dureza fija o regulable. Los fijos me parece que están muy bien calibrados porque el confort de marcha apenas empeora con respecto a un Octavia normal y los movimientos de balanceo se reducen mucho. La dinámica en curva mejora sustancialmente, el coche apoya con mayor rapidez y se nota más ágil y eficaz.
Los amortiguadores regulables son una opción conocida como DCC (Dynamic Chassis Control) que en estos momentos Škoda está equipando de serie como campaña promocional. No los he probado.
En las impresiones de conducción que Javier Moltó escribió sobre el Octavia RS iV puede leerse que «No es por tanto un coche cómodo de suspensión...» (el resto del texto está disponible aquí). Yo he probado el RS con el motor de gasolina, no el iV, así que no puedo contrastar esa información, pero es importante señalar que el ajuste de la suspensión no es idéntico en estas dos versiones. Entre otras cosas, porque la del RS iV tiene que soportar 175 kilogramos extra y no tiene los muelles recortados de los demás Octavia RS (su altura libre al suelo es la misma que la de un Octavia convencional; los muelles sí son más firmes).
Otro punto de diferenciación entre los Octavia RS y los que no lo son está en la dirección. Las ruedas tuercen lo mismo (el diámetro de giro no cambia, es de 10,4 metros entre bordillos), pero hay que girar menos el volante para llegar de un extremo a otro de la cremallera de la dirección. No disponemos de los datos de desmultiplicación para cada caso, pero sí de las vueltas de volante que hay entre topes: 2,1 en los Octavia RS y 2,7 en los demás Octavia. De esta manera, para una misma curva, en un Octavia RS hay que mover menos volante, algo que se agradece cuando se conduce rápido y hay que enlazar giros.
Los discos de freno del Octavia RS con motor Diesel son más pequeños que los de la versión de gasolina. En el Diesel los delanteros tienen un diámetro de 312 milímetros y los traseros, de 272. En el RS de gasolina las dimensiones son 340 y 310 mm respectivamente. Donde no hay cambios es en las pinzas, que son siempre de un pistón y van pintadas de rojo (imagen). Las llantas de serie son de 18 pulgadas (tamaño del neumático: 225/45) y, en opción, de 19 (tamaño del neumático: 225/40).
Para distinguir visualmente las versiones RS del resto, Škoda ha pintado numerosas partes en color negro, como la parrilla (imagen), las carcasas de los retrovisores (imagen), el marco de las ventanillas (imagen), el alerón posterior (imagen) y el difusor (imagen). En el habitáculo, los asientos delanteros tienen un diseño deportivo, con el reposacabezas formando una pieza única con el respaldo (imagen). La tapicería es negra y tiene pespuntes en color rojo, mientras que las molduras decorativas son negras (imagen). El espacio para los pasajeros y el volumen del maletero (600 litros con la carrocería berlina y 625 con la familiar) son iguales que en cualquier otro Octavia.
Esta es la cuarta generación del Škoda Octavia RS. La primera data del año 2000 y estaba disponible con un motor de gasolina de 180 CV. La segunda apareció en 2006 y se podía adquirir con un motor de gasolina de 200 CV y con uno Diesel de 170. La tercera salió al mercado en 2013 y tenía dos motores disponibles: uno de gasolina de 220 CV (230 o 245 CV desde 2017) y otro Diesel de 184.