Kia Sportage (2022) - Prueba | Impresiones del interior

03/05/2022 |Pablo David González (@PD_Gonzalez) y Carlos Fernández (@CarlosFP_77)

Se nota un progreso muy grande en la presentación del interior con respecto al anterior Sportage. No solo tiene un aspecto mucho más moderno, sino que transmite una sensación de calidad superior (salpicadero Sportage 2022 y salpicadero Sportage 2016). La mayor crítica que hacemos es la abundante cantidad de plástico negrobrillante que hay en la consola central, sobre todo en las versiones con cambio automático. Este tipo de plástico es muy difícil mantenerlo limpio a la vista (se ve todo el polvo que se acumula sobre él) y se raya con mucha facilidad. 

Las dos pantallas del salpicadero (ambas de 12,3 pulgadas desde el nivel de equipamiento Drive) están colocadas una justo al lado de la otra, bajo una misma cubierta, para dar la impresión de ser una sola, muy a la tendencia actual (imagen). La instrumentación da abundante información, la navegación por sus menús es sencilla y la visibilidad de la pantalla es buena. Los gráficos de la instrumentación cambian de diseño según se activa un modo de conducción u otro (imagen), pero no existen grandes posibilidades de personalización.

El sistema multimedia tiene una calidad gráfica normal y una distribución de las funciones adecuada para que en poco tiempo uno aprenda dónde está cada cosa. Responde con rapidez a las pulsaciones y los menús fluyen con suavidad. Es compatible con Android Auto y Apple CarPlay, lo que resulta de mucha utilidad de cara a evitar el navegador del coche. Este funciona bien, es perfectamente utilizable, pero no hace los cálculos de ruta tan bien como las aplicaciones de teléfono dedicadas a este menester, como Google Maps o Waze. La calidad de imagen de las cámaras exteriores es buena (imagen) y no pierden mucha definición cuando el entorno está oscuro, como en un garaje. Con la barra de menú que aparece en el lado izquierdo es posible cambiar la vista de una cámara a otra (imagen e imagen).

Los botones de uso más frecuente quedan a mano y están colocados de manera lógica, como es habitual en los coches de Kia. Otros de utilización más esporádica, como el del freno de estacionamiento eléctrico (que se activa y desactiva automáticamente) o la desconexión del control de estabilidad, están algo escondidos a la izquierda del volante (imagen). En la consola hay varios huecos para depositar botellas y los pequeños objetos cotidianos. El cargador inalámbrico para teléfonos móviles es de serie con los equipamientos Tech y GT-Line (imagen).

La palanca selectora del cambio de marchas no tiene una conexión física con la transmisión, sino que el accionamiento es electrónico mediante una rueda (de buen tacto y fácil manejo) que va ubicada entre los botones de la parte baja de la consola (imagen).

Por debajo de la salidas centrales de aire hay un panel táctil con un par de ruletas para el climatizador (imagen). Nos parece un acierto que para el manejo de este sistema no haya que acudir a la pantalla central, aunque desde ella también se pueden realizar ajustes (imagen). Este panel táctil es curioso: al toque de un botón cambian sus funciones y pasa de ser el centro de control de climatizador a mostrar comandos relacionados con el sistema multimedia (imagen).

Los asientos de los Sportage GT-Line (son los que hemos probado; imagen) son confortables y dan una buena sujeción del cuerpo. Tienen regulación eléctrica (también los del nivel Tech) y dos memorias de posición para el conductor (solo en GT-Line; imagen). Van calefactados (en Tech y GT-Line) y ventilados (solo en GT-Line; imagen). El volante también puede estar calefactado.

El acceso a la fila posterior es sencillo por el generoso ángulo de apertura de las puertas y su tamaño. En esta fila hay mucho espacio para las rodillas y un buen hueco por debajo del asiento para meter los pies. Una persona de 1,85 metros viaja detrás de otra de la misma estatura sin ningún problema de piernas. Comparativamente, la altura hasta el techo no es tan cuantiosa, al menos si el Sportage lleva el techo solar de cristal (no hemos medido uno sin él). Ese mismo sujeto de 1,85 metros no podrá estirarse del todo sin antes tocar con el guarnecido interior, aunque si adopta una postura más relajada no irá incómodo. La plaza central trasera, como es habitual, es más incómoda que las laterales. El mullido es más duro y la anchura entre puertas, como sucede en sus alternativas, no da para que tres adultos corpulentos viajen con desahogo.

Como se puede observar en esta tabla comparativa de mediciones del interior, el Sportage es un poco menos amplio que un Ford Kuga, pero más que un Citroën C5 Aircross, un Peugeot 3008 y un Renault Kadjar.

Los respaldos de esta fila son reclinables, pero la banqueta es fija. Un Citroën C5 Aircross, un Ford Kuga y un Skoda Karoq cuentan con ambas posibilidades de ajuste. Los pasajeros traseros pueden disponer de elementos que hacen su viaje más agradable, como huecos portaobjetos en las puertas (imagen), mandos de regulación del climatizador y salidas de aire en la consola central (imagen), tomas USB C (ubicadas en los respaldos de los asientos delanteros; imagen), perchas (imagen) y calefacción para las plazas laterales.

El volumen del maletero cambia en función de la versión. En el peor de los casos, la versión 1.6 CRDi MHEV de 136 CV, tiene 526 litros. En el mejor, 1.6 T-GDi de 150 CV, llega a 591 litros. El de esta foto, por ejemplo, tiene 562 litros, que es que corresponde a la versión 1.6 T-GDi MHEV 180 CV 4x4. En cualquier caso, es un volumen grande en relación a la competencia (listado de SUV de tamaño medio ordenados por volumen de maletero). Es posible abatir los respaldos de los asientos posteriores, que vienen de serie partidos en tres, en una proporción 40:20:40 (imagen).

En el espacio de carga hay un punto de iluminación (imagen), una toma de 12 voltios (imagen) y una serie de argollas para sujetar una red. El piso no se pude colocar a distintas alturas, pero sí se puede levantar para acceder a una pequeño espacio donde está el equipo para la reparación de pinchazos y unos compartimentos de pequeño tamaño que pueden utilizarse para guardar algo del tamaño de un bolso de mano (imagen).