El primer Jaguar de tracción delantera es un coche bueno desde el punto de vista dinámico, y superior a otros muchos Jaguar anteriores de tracción trasera. Tiene un cierto tacto deportivo, por la agilidad con que responde, y no es incómodo.
Jaguar ha sabido aprovechar las ventajas de la tracción delantera y esquivar algunos de sus inconvenientes. El resultado es un coche que, por lo que he apreciado en una primera toma de contacto, va tan bien o mejor que un tracción delantera, como el Audi A4, o un trasera, como el BMW Serie 3.
El nuevo motor de 2,1 litros de cilindrada es más potente que elástico. Vibra poco y tiene un ruido peculiar. Ni sus prestaciones me parecen sobresalientes (aún no las hemos medido) ni tiene un consumo al nivel de los coches de esta potencia con motor de cuatro cilindros.
Hay tres versiones que se distinguen por equipamiento. La más barata cuesta 30.950 €, 3.160 menos que el X-Type con motor de 196 CV, tracción total y ciertos elementos que le faltan al X-Type básico, como llantas de aleación.
Con ese precio, el X-Type V6 2.0 queda al nivel de otras berlinas ligeramente más potentes y mejor equipadas, como el Volvo S60 de 170 CV o el Volkswagen Passat V5. También es más caro que un Audi A4 con motor de 150 CV o un BMW 318 de 143 CV. Estos dos últimos tienen control de estabilidad de serie, en el X-Type es opcional.