Las dos unidades que hemos probado tenían el nivel de equipamiento Style (el más alto de la gama) y la que aparece en nuestras galerías estaba profusamente equipada con muchos extras. Su coste superaba, según nuestras fichas de equipamiento, los 51 700 euros (más de 15 700 € en opciones respecto a su precio base de 34 745 euros). Me gustaría haber probado una versión básica para tener una idea más clara de cuánto influye en mi impresión del Kodiaq, que es muy buena, que su equipamiento sea tan grande.
En el diseño interior del Kodiaq ha prevalecido la funcionalidad sobre las formas, pese a que se puede obtener una presentación vistosa y con un buen nivel de lujo. Hay huecos repartidos entre el habitáculo y el maletero que aprovechan bien los rincones, soportes y sujeciones diversas y modulables, como los soportes para tabletas tras los reposacabezas delanteros (imagen). Los ajustes y los materiales plásticos son de buena calidad, mejores que en modelos de precio y tamaño parecido como el Nissan X-Trail, el Peugeot 5008 o el Toyota RAV4 (ficha comparativa).
Los materiales de recubrimiento que hay en el salpicadero y en las puertas son en su mayoría plásticos de tacto agradable, ya sea porque son blandos o porque su tacto da sensación de robustez. La guantera es doble y está cubierta de goma (la superior) y tapizada (la inferior) para evitar ruidos (además, esta guantera está iluminada y tiene salida de ventilación, mientras que la superior no). También están recubiertos de material textil los huecos que hay en las puertas, que son grandes y parecen pensados para alojar en ellos botellas grandes, al menos de litro y medio. En la consola hay dos portabotellas que, según Škoda, están diseñados para poder desenroscar el tapón con una sola mano, dado que impiden que la botella gire y, opcionalmente, una zona de recarga inalámbrica para aquellos móviles compatibles con esta función.
Las molduras decorativas del Kodiaq que probamos tenían una superficie que simulaba madera lacada de color negro (están hechas de plástico y su calidad es normal). Su denominación es Mythos Glossy Black y están incluidas dentro del «paquete LED PLUS» de iluminación ambiental. Con este paquete, además, se puede seleccionar entre diez colores distintos para las luces que embellecen la parte baja de las molduras decorativas de las puertas (imagen).
A diferencia de lo que ocurre con otros modelos de Škoda, el espacio para las piernas de los pasajeros traseros del Kodiaq no es sobresaliente. Tampoco es pequeño, simplemente es el normal en un coche de sus dimensiones (mediciones del interior).
La banqueta de la segunda fila se puede desplazar longitudinalmente unos 17 cm y sus respaldos poner con distinta inclinación. En la configuración que deja más espacio para las piernas (73 cm, con el asiento del conductor a 100 cm del pedal del freno), el Kodiaq pierde frente al Mitsubishi Outlander (77 cm) y prácticamente empata con el Hyundai Santa Fe y el Nissan X-Trail (ambos 74 cm) y el KIA Sorento (72 cm).
En esta segunda fila, la altura entre la banqueta y el techo es amplia. Con y sin techo solar, una persona de alrededor de 1,85 metros de estatura puede llevar la espalda estirada y bien pegada al respaldo sin problemas de espacio para la cabeza. La anchura entre puertas es 142 centímetros, igual que la del Outlander y un poco mejor que la del X-Trail (140 cm).
A la tercera fila se accede adelantando el asiento de la segunda. El hueco que queda para pasar no es grande, así que exige cierta agilidad en el caso de un adulto. Una vez sentado en ella, hay espacio para que viaje alguien de estatura media, si bien es necesario adelantar algo los asientos de la segunda para que quepan las piernas. Dejando los asientos de la segunda fila en una posición intermedia de compromiso, atrás pueden viajar dos adultos de hasta 1,75 m de estatura sin rozar con la cabeza en el techo.
El maletero es muy grande. El del Kodiaq de cinco plazas tiene 650 litros de capacidad (un Outlander tiene 550 l y un Honda CR-V 2015, 589 l). En la variante de siete plazas el maletero tiene un volumen de 270 litros o de 560 —en función de si se emplean o se pliegan los asientos de la tercera fila—. Estas medidas en el Outlander son 145 y 519 litros respectivamente y en el Sorento, 142 y 605 litros.
Las versiones de cinco plazas pueden llevar un kit de reparación de pinchazos o una rueda de repuesto. Si llevan esta última, el maletero no tiene un segundo compartimento por debajo del piso (cuando se levanta el piso se ve directamente la rueda y las herramientas para cambiarla). Si no llevan la rueda de repuesto, hay un doble fondo de 94 centímetros de longitud, 99 cm de anchura y 18 cm de altura. Los estantes que ocultan el doble fondo son dos, extraíbles y se pueden colocar en vertical para compartimentar el espacio de carga.
En el maletero del Kodiaq de siete plazas hay unos pequeños cajones en los extremos más próximos al portón (imagen) y un espacio bajo el piso para guardar el carrete de la bandeja cubre equipaje cuando no se utiliza. En el lateral del maletero puede haber una linterna extraíble que hace las veces de foco, con una de sus caras imantadas para que pueda dejarse en la carrocería sin caerse (es opcional, cuesta 15 euros; imagen).
El portón del maletero queda lejos del suelo una vez abierto, por lo que solo aquellas personas que superen el metro noventa de altura podrán llegar a golpear con el cierre, que es lo que más sobresale. Existe la opción de un mecanismo motorizado de apertura y cierre (cuesta 450 euros); también la posibilidad de activarlo mediante un movimiento del pie, una pequeña patada al aire, debajo del paragolpes; así, cuando se lleva las manos ocupadas, resulta mucho más sencillo abrir y cerrar las puertas.
Algunos elementos llamativos son los paraguas alojados en unos huecos específicos de las dos puertas delanteras (imagen), la rasqueta para quitar el hielo (está en la cara interior de la tapa del depósito de combustible) o un conjunto de una manta y unas orejeras que sujetan la cabeza para evitar que se caiga hacia los laterales si se va dormido en las plazas traseras.
Los asientos delanteros, al menos los del Kodiaq en el que nos hemos subido recogen muy bien la espalda y pueden tener ventilación y calefacción (elemento, este último, que también está disponible para el volante). La regulación eléctrica de que disponían, con tres memorias de posición para el asiento del conductor, es una opción que cuesta 1075 euros y sólo está disponible con el nivel de equipamiento Style. Otro accesorio equipado en la unidad que probamos era la calefacción estacionaria con control remoto (1135 euros), que se puede activar mediante un mando a distancia adicional (que hace algo aparatoso el llavero del coche) a una distancia mínima de dos metros del coche (activa la última configuración ajustada antes de apagar el coche).
Škoda solo ofrece anclajes ISOFIX (válidos para las sillas iSize) en las dos plazas laterales de la segunda fila de asientos. El espacio entre medias es el mismo que hay en el Santa Fe (45 cm de anclaje a anclaje) e inferior al de un Ford Kuga o un Peugeot 5008. En el Peugeot existe, además, la posibilidad de mover los tres asientos longitudinalmente de forma independiente, tiene tres ISOFIX y, por tanto, se puede llevar tres sillas infantiles en la segunda fila.
Para evitar que los niños puedan abrir las puertas desde el interior, hay unos pulsadores en la puerta del conductor que bloquean las cerraduras (no es un sistema nuevo, por ejemplo Ford lo utiliza desde hace tiempo, pero es más cómodo que el habitual mecanismo manual que suele haber en la propia puerta).
El cuadro de instrumentos es convencional (de indicadores de aguja complementados por una pantalla en el medio; imagen). La información se ve al primer vistazo. No hay disponible una pantalla al estilo de la que puede tener el Volkswagen Tiguan en opción (imagen) o el Peugeot 5008 de serie (imagen).
Škoda ofrece la posibilidad de tener distintos sistemas multimedia con pantallas de 6,5 y 8 pulgadas y manejo táctil. Los dos más avanzados tienen de serie los sistemas operativos Android Auto de Google, CarPlay de Apple y MirrorLink, mientras que para el más sencillo es una opción. Algunos de ellos también pueden tener (bien de serie o bien opcionalmente) conexión a Internet mediante redes 4G y permiten asociar dispositivos móviles mediante una red WiFi.
Hemos probado la de 8” asociada al sistema de navegación COLUMBUS y su respuesta a la presión de los dedos ha sido rápida y siempre a la primera. Es una pantalla que funciona muy bien (mejor que la de la mayoría de competidores del Kodiaq), que no es muy propensa a acumular suciedad en su superficie y que no produce apenas reflejos. Los botones laterales también son táctiles (a mí me parece más acertado que haya botones físicos, como en el SEAT Ateca, como se ve en esta imagen) y rinden igual de bien que la pantalla. Esta pantalla tiene una superficie en acabado brillante, mientras que la que utiliza SEAT tiene un acabado mate.
El Kodiaq dispone de una función que a través de micrófonos y de los altavoces amplifica la voz de los pasajeros para que estos puedan conversar desde cualquier asiento sin tener que elevar el tono de la voz para que se le escuche. Es muy eficaz porque, en efecto, se puede charlar a volumen normal y todos los pasajeros se escuchan entre sí. Sin embargo, si el volumen del sistema está ajustado alto (se puede modificar desde el menú del sistema multimedia), se produce un efecto de eco que incomoda y resulta algo desconcertante.