Peugeot 408 (2023) - Prueba | Impresiones de conducción

08/02/2024 |Enrique Calle

La versión del Peugeot 408 que hemos probado es la que tiene motor de gasolina de 131 caballos y  cambio automático de ocho relaciones. Su equilibrio entre capacidad de aceleración y consumo es bueno.

Según nuestras mediciones, puede acelerar desde 80 a 120 km/h en 8,1 segundos, que es un tiempo normal para un vehículo de su tamaño, tipo de carrocería y potencia. Un Renault Arkana EDC Micro Híbrido de 140 caballos fue algo más veloz (7,2 s) y un CUPRA Formentor 1.5 TSI 110 kW (150 CV) DSG 7 vel. lo fue mucho más (6,1 s), aunque también es mucho más potente. Un Kia XCeed 1.0 T-GDi de 120 caballos, que es más ligero que el 408 y pequeño, empleó prácticamente el mismo tiempo (8,2 s).

Aunque no es un coche rápido, la capacidad de aceleración del Peugeot 408 resulta suficiente en la mayor parte de los casos, salvo si se circula con carga por carreteras de doble sentido y especialmente si es necesario adelantar con frecuencia a otros vehículos. En tal caso, con este Peugeot 408 es importante preparar un poco esa maniobra para no estar más de la cuenta en el carril contrario. No es el motor ideal para quien necesite mucha aceleración en cualquier circunstancia o para quien le guste notar un fuerte empujón al pisar el pedal derecho, pero sí es un motor razonable y suficiente en la mayor parte de los casos. 

Este motor funciona, por lo general, muy desahogado y produce poco ruido en vías rápidas. Se debe principalmente a que las últimas dos marchas de la caja de cambios son muy largas. Por ejemplo, a 120 kilómetros por hora en octava relación, el motor gira a solo 2100 rpm (aproximadamente, porque el cuentarevoluciones no es muy preciso) y en séptima a 2500.

El ruido que produce el motor es muy bajo a velocidad más o menos constante. No lo es tanto cuando se pisa mucho el acelerador, ya que vibra un poco y hace un ruido grave, similar al de otros motores de tres cilindros. Hay a quien este ruido no le resulta agradable (he escuchado a quien lo define como «de cafetera»), pero tampoco llega a ser molesto. 

En condiciones de viaje por vías rápidas el consumo del Peugeot 408 de gasolina y 131 caballos normalmente está entre 6,0 y 7,0 litros de media. En nuestro recorrido por autovía, que completamos a una velocidad media de 120 km/h, consumió 6,5 l/100 km que se puede considerar un buen dato (el Renault Arkana microhíbrido de 140 caballos gastó 6,9 y el Cupra Formentor 150 caballos DSG, 7,5 l/100 km). Quien viaje a 120 kilómetros por hora constantes de marcador obtendrá valores más bajos, de entorno a 6,0 l/100 km. Como el depósito de carburante es de 52 litros, la autonomía suele ser elevada en la mayor parte de los casos.

El cambio de marchas automático funciona bien: hace su función con rapidez y suavidad. Sólo me parece mejorable en las maniobras. Al igual que ocurre con otros cambios automáticos, a veces el coche se mueve a pequeños trompicones en las maniobras de aparcamiento (se nota, sobre todo, cuando el sitio disponible es muy escaso). 

Detrás del volante (imagen) hay unas levas que permiten seleccionar marchas y que vienen muy bien para, por ejemplo, preparar un adelantamiento o para que a la salida de las curvas el cambio ya haya engranado la marcha que deseamos. Adicionalmente, desde el botón selector de las posiciones de marcha (P, R, N, D y M, imagen) es posible elegir un modo de funcionamiento manual (posición M) que sirve para que el cambio mantenga la relación que el conductor ha elegido, salvo que pise la última parte del recorrido del acelerador (se distingue al tacto porque tiene una resistencia añadida) en cuyo caso engrana la marcha que da más aceleración.

El Peugeot 408 es un coche cómodo, pero no tiene una suspensión tan suave como por ejemplo un Citroën C5 X. La carrocería del Peugeot 408 está a unos 188 mm del suelo que es prácticamente la altura de un SUV. Esta distancia tiene ventajas (ya que la carrocería queda alejada de pequeños obstáculos y, por ejemplo, no roza en las rampas de los aparcamientos aunque sean muy pronunciadas) y pocos inconvenientes. Entre los posibles puntos negativos está que no es tan preciso ni ágil en curvas lentas como un Peugeot 308 o un 508. La carrocería del Peugeot 408 se balancea de forma apreciable (no exagerada) si se circula rápido por zonas de curvas o hay que hacer un movimiento brusco con el volante. A mi me parece algo poco relevante porque sólo sale a relucir de forma muy puntual y pasará desapercibido para la mayor parte de las personas. En todo caso, incluso en condiciones muy desfavorables, el 408 es fácil de conducir y tiene reacciones seguras. Eso lo hemos comprobado en nuestra maniobra de esquiva en circuito.

Según nuestras mediciones, ha necesitado 53,0 metros para detenerse desde 120 kilómetros por hora, que es un dato normal tirando a malo. Las ruedas de nuestra unidad de pruebas eran unas 205/55 R19 (Michelin e-Primacy), que son estrechas para los estándares actuales y de mucho diámetro. 

Versión híbrida de 224 CV

También hemos conducido brevemente la versión híbrida más potente, la de 224 CV. El sistema conjunto de motor de gasolina y eléctrico da unas prestaciones más que suficientes y cuenta con las posibilidades habituales en este tipo de coches: conducción híbrida o eléctrica y función de mantenimiento/recarga de la batería durante la conducción. El pedal del freno tiene un tacto duro y sensible desde el primer centímetro de recorrido; hay que adaptarse a él para frenar con suavidad.