Omoda 5 (2022) - Prueba | Impresiones de conducción

23/02/2024 |Pablo David González (@PD_Gonzalez)

El Omoda 5 1.6 TGDI 7DCT (Omoda también se refiere a este coche como 290T, donde la cifra hace referencia al par máximo que tiene el motor y la T a que es turboalimentado) que he probado no es exactamente el mismo vehículo que recibirán los clientes, pues hay algunos componentes que serán ajustados para mejorar la experiencia de conducción. Entre ellos está la dirección, cuya asistencia le da un tacto excesivamente artificial y malo.

La suspensión es blanda y confortable en términos generales. El Omoda 5 se «traga» bien los baches y badenes de la ciudad. Es posiblemente en entornos urbanos donde mejor se desenvuelve este coche. En autopista, a alta velocidad, he echado en falta más aislamiento acústico, tanto de motor como de ruido aerodinámico. Un Hyundai Kona, por ejemplo, es más silencioso. Este es un punto en el que Omoda también dice que mejorará, junto con el tacto de la dirección.

En carretera de curvas no sobresale por ser ágil. La carrocería se balancea en una cantidad razonable, no excesiva, pero definitivamente no va plano y si se fuerza la situación el control de estabilidad está presto para intervenir al momento y evitar cualquier desmán. Reacciona con seguridad y eso es probablemente lo más importante para el usuario de un vehículo sin ningún tipo de componente pasional. Creo, no obstante, que algunas de las cualidades dinámicas del Omoda 5 mejorarán con unos neumáticos de más calidad que los Giti Comfort F50 (215/55 R18; imagen) que llevaba la unidad que he conducido.

El motor de gasolina de 186 CV tiene cuatro cilindros y un turbocompresor. Su suavidad de funcionamiento y sonido son ordinarios. Mueve el coche sin problema y permite ganar velocidad con buena rapidez. Según Omoda, bastan 7,8 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, que es menos de lo que tarda un Mazda CX-30 de la misma potencia (8,6 s) y lo mismo que requiere un Hyundai Kona de 198 CV. Hay tres modos de conducción: Eco, Normal y Sport.

El cambio automático de doble embrague y siete relaciones (de GETRAG) es mejorable. En una conducción normal y tranquila hace su trabajo sin molestar, de manera correcta, pero se trastabilla y responde con lentitud e indecisión en cuanto se le exige un poco por encima de lo «normal», bien sea al realizar una conducción más animada o porque se le pilla con el paso cambiado (por ejemplo, si justo cuando ha subido de marcha pisamos a fondo porque necesitamos adelantar).