KIA Optima (2012) | Impresiones de conducción

El Optima con el motor Diesel de 136 CV tiene un funcionamiento normal. No es particularmente silencioso y el consumo de carburante que hemos medido es más alto que el de muchos de sus rivales.

El motor es algo ruidoso y vibra de forma apreciable, especialmente en frío o cuando se acelera con intensidad. En caliente mejora, pero sigue sin ser un modelo especialmente silencioso. A las velocidades normales en autopista, esta falta de suavidad pasa a un segundo plano porque el ruido del motor queda «tapado» por el aerodinámico. En todo caso, en un Citroën C5 y en un Ford Mondeo se viaja con menos ruido.

Según nuestras mediciones, su capacidad de aceleración es buena para la potencia disponible (en esta tabla comparativa, en la columna «aceleración», se puede ver los registros que hemos obtenido del KIA Optima en relación a sus alternativas).

En ocasiones, puede dar la sensación de que es más lento de lo que realmente es. Esta sensación se puede tener cuando se intenta ganar velocidad con el motor muy bajo de revoluciones (aproximadamente a menos de unas 1500 rpm) pues la respuesta se hace esperar más de lo habitual. Esa falta de potencia a bajo régimen se aprecia sobre todo en ciudad (por ejemplo a la hora de incorporarse a rotondas y moverse con agilidad entre el tráfico) y también en vías de circunvalación (donde normalmente se circula por debajo de 100 km/h en la relación más larga).

La caja de cambios automática opcional pasa con rapidez de una marcha a otra. La caja manual, que es la que hemos probado con más detenimiento, funciona generalmente bien. Cuando se trata de cambiar con mucha rapidez, aparece una resistencia en la parte final del recorrido de la palanca que ralentiza algo la selección de marchas.

La dirección tiene asistencia eléctrica y buen tacto en carretera. La suspensión es tirando a firme pero no incómoda; la de un Citroën C5 es más cómoda, pero la de un Opel Insignia no. Absorbe las irregularidades sin brusquedad y «sujeta» bien el coche para que no cabecee mucho en las frenadas o balancee en las curvas.

El KIA Optima responde con rapidez y agilidad a los movimientos con el volante. En términos generales, resulta satisfactorio por seguridad y calidad de reacciones, aunque me parece que no sobresale frente a la competencia, donde el nivel medio es muy alto. No hemos probado el Optima con equipamiento «Emotion», que lleva un paquete «Sport» que consta de una suspensión con un ajuste distinto y llantas de aleación de 18 pulgadas.

Su capacidad máxima de frenada es peor de lo normal. Ha necesitado 57 metros para detenerse desde 120 km/h, cuando lo normal para un coche de este tipo ronda los 53 metros. No sé si las ruedas de nuestra unidad de pruebas, unas Nexus CP 672a de 17”, influyen en que la frenada sea más larga de normal.

El consumo que hemos medido no es alto en términos absolutos pero está entre los más elevados que ofrecen coches parecidos. En el mismo recorrido que casi siempre hacemos en km77, que consta de 143,3 kilómetros por una autopista con fuertes desniveles y buscando una media real de 120 km/h, el Optima ha gastado 6,5 l/100 km. Como se puede ver en la siguiente tabla, los coches más económicos que hemos probado han gastado claramente menos.

De momento no hemos probado la versión del Optima de bajo consumo «Eco-Dynamics», pero el consumo en carretera no debería variar; sí será más bajo en ciudad, puesto que como principal medida para gastar menos, tiene arranque y parada automáticas del motor durante las detenciones.

En nuestro país no se comercializará el KIA Optima con motor de gasolina de 2,0 litros y 170 caballos. A finales de 2012, llegará una versión híbrida— con un motor de gasolina y otro eléctrico— de la que KIA no ha desvelado casi ningún detalle, salvo que su consumo medio oficial será de 5,4 l/100 km; es decir teóricamente más alto que el del Diesel que se vende actualmente (5,1 l/100 km).