Citroën Grand C4 Picasso (2007) | Impresiones de conducción

08/06/2010 |Enrique Calle

Hemos podido probar con detenimiento el Grand C4 Picasso HDi de 136 CV con cambio automático CMP de seis velocidades. Este motor da un capacidad de aceleración más bien lenta para su potencia (más información); hay monovolúmenes de su potencia que aceleran claramente más. El consumo que hemos medido en una conducción normal por todo tipo de carreteras y ciudad ha sido 7,2 l/100 km, que está bien para un coche de este tamaño y peso.

El funcionamiento del cambio automático CMP, muy bueno en cualquier caso, nos ha parecido un poco más satisfactorio en la versión Diesel de 109 CV, que también pudimos probar. Con el de 136 CV no siempre es fácil moverse muy lentamente teniendo un perfecto control con el acelerador de los movimientos que hace el coche, por ejemplo al aparcar en sitios reducidos.

Por lo demás, el funcionamiento de esta caja es muy bueno porque tiene la capacidad de interpretar bien las condiciones de conducción y de la carretera para ir en la marcha más adecuada en cada momento. Es decir, no tiende a poner marchas muy largas cada vez que el conductor levanta el pie del acelerador (que es lo que suelen hacer los cambios automáticos malos) , y si hay un descenso acusado, el cambio suele engranar la marcha adecuada para favorecer la retención (información técnica).


El Grand C4 Picasso es confortable de suspensión y rueda con mucha suavidad incluso a una velocidad elevada. El interior está bien aislado del ruido aerodinámico del motor. Desde un punto de vista amplio, creo que no hay otro monovolumen de las características del C4 Picasso que sea más cómodo.

Es un monovolumen que va bien en carreteras rápidas. En las lentas no es ágil en la medida que lo es un Volkswagen Touran o un Ford S-Max, pero mantiene bien la trayectoria una vez que está apoyado. Aunque da la sensación de ser un coche relativamente alto y pesado, la carrocería no tiene movimientos de balanceo lentos en exceso que puedan molestar, aunque tampoco tiene un balanceo muy reducido. Al principio, la suavidad de la suspensión puede restar confianza, pero lo cierto es que el coche no tiene tendencia a reaccionar bruscamente, ni a perder la trayectoria. También es muy seguro porque es capaz de frenar en distancias cortas

La versión del C4 Grand Picasso que más hemos conducido tenía neumáticos opcionales de 18 pulgadas. Incluso con estos neumáticos de escaso perfil, la suspensión es capaz de transmitir poco a los ocupantes el estado de la carretera. Con todo, estos neumáticos no son los más adecuados para un uso normal, ni para carreteras que tenga baches —a menor perfil, más facilidad de dañar el neumático—.

La suspensión de serie tiene muelles helicoidales en los dos ejes. La suspensión delantera es de tipo McPherson, mientras que la trasera está formada por un brazo tirado con barra de torsión. Algunas versiones tienen suspensión trasera neumática que, según Citroën, da más confort a los ocupantes de las plazas posteriores.

Ayuda al aparcamiento


Opcionalmente puede tener un sistema de alerta de cambio involuntario de carril y un sistema de ayuda al aparcamiento lateral. Este dispositivo ayuda al conductor en las maniobras de aparcamiento en línea tanto al lado derecho como al izquierdo (imagen). Avisa si una plaza de aparcamiento es adecuada al tamaño del coche o no, en tres niveles: estacionamiento posible, difícil y desaconsejado.

Este sistema se conecta desde un mando específico en el volante. Para que haga la medición hay que ir a menos de 20 km/h y activar los intermitentes de un lado o de otro. El sistema no tiene en cuenta los huecos de menos de 4 m o de más de 7 m. Consta de cuatro sensores de ultrasonidos, situados en cada uno de los extremos de los paragolpes delantero y trasero.

A diferencia de otros sistemas más avanzados de asistencia al aparcamiento, como el que puede llevar el Toyota Prius o el Volkswagen Touran, el del C4 Picasso no puede aparcar el coche automáticamente.