El Lexus RX L es una variante del todoterreno RX con tres filas de asientos y siete plazas (en lugar de dos filas y cinco plazas). Para dar cabida a estos dos asientos adicionales y a sus correspondientes pasajeros, Lexus ha aumentado el voladizo posterior 11 centímetros, ha cambiado la curvatura del final del techo y ha modificado la inclinación de la luneta posterior, que está menos tendida. Está disponible únicamente con un sistema de impulsión híbrido no enchufable de 313 CV y tracción total desde 76 800 euros (todos los precios), 2000 euros más que el RX equivalente (ficha comparativa).
La longitud del RX L es 5,0 metros (11 centímetros más que el RX), por lo que se trata de una alternativa a las versiones de siete plazas de modelos como el Audi Q7 (desde 68 200 euros), el Land Rover Discovery (desde 65 621 euros) y el Volvo XC90 (desde 67 500 euros). De entre ellos, el RX L es el que tiene un precio de partida más elevado (ficha comparativa), aunque también es el más potente. El Mercedes-Benz GLS también es una posible alternativa, pero cuesta más dinero (a partir de 88 950 euros; ficha técnica comparativa).
El aumento de tamaño de la carrocería ha dado como resultado un maletero 113 litros más capaz que el del RX convencional (652 l frente a 539) y además ha permitido instalar dos asientos adicionales en una tercera fila (que son siempre de serie). No son unas plazas amplias, pero pueden ser suficientes en caso de emergencia para transportar a dos niños o a adultos de baja estatura (mediciones del interior). En la primera y sobre todo en la segunda fila de asientos, hay mucho más espacio y se puede viajar con desahogo y mucho confort. Sobre estos y otros detalles hablamos en profundidad en el apartado de impresiones del interior.
En España, el RX L solo está disponible con el mismo sistema híbrido (no enchufable) de 313 CV del RX 450h, del que se pueden leer aquí nuestras impresiones de conducción. La denominación comercial es Lexus RX 450h L. De las alternativas citadas unos párrafos más arriba, el XC90 es el único del que hay una versión híbrida, aunque es enchufable y tiene 408 CV (T8 Twin Engine; desde 79 500 euros). El Land Rover Range Rover Sport P400e también tiene un sistema de propulsión híbrido enchufable de 404 CV, pero solo se puede pedir con cinco plazas (desde 90 100 €; ficha técnica comparativa).
Como en el RX convencional, el sistema de impulsión está compuesto por un motor de gasolina —de seis cilindros en uve con 3,5 litros de cilindrada y 262 CV— y dos eléctricos: uno de 167 CV en el eje delantero y otro de 68 CV en el trasero. La potencia máxima conjunta es 313 CV. El motor de gasolina tiene un funcionamiento muy suave y silencioso, incluso cuando la demanda de potencia es grande y la carga de la batería es escasa. Además, en este modelo, el funcionamiento característico del engranaje epicicloidal —que es el elemento que hace las veces de caja de cambios—, no supone un inconveniente (o al menos no tanto como en modelos como el NX 300h o el IS 300h) porque el sonido del motor de gasolina girando a un régimen constante es agradable.
Las prestaciones que hemos medido han sido un poco peores que las del RX convencional (por un márgen muy escaso, eso sí), pero son suficientes como para circular con agilidad por todo tipo de vías incluso haciendo uso de las siete plazas. El consumo de combustible es moderado, de entre 9 y 10 l/100 km (en ciudad y vías de circunvalación puede ser un poco inferior).
Uno de los aspectos más sobresalientes del RX L, que comparte con el RX, es la fabulosa comodidad que proporciona a sus pasajeros con independencia del tipo de suspensión instalado (en función del nivel de equipamiento, puede ser de dureza fija o variable). En cambio, en carreteras con muchas curvas no se siente un coche tan preciso y directo como un Porsche Cayenne o un BMW X5 y las inercias se sienten con claridad a poco que se aumente el ritmo, aunque en todo momento proporciona una sensación de seguridad elevada (en parte, porque el control de estabilidad es muy restrictivo). El aumento de tamaño de la carrocería (y el peso) no nos parece que tengan un efecto claro sobre las reacciones del vehículo, incluso al aumentar el ritmo de conducción. Hay más detalles sobre estos y otros detalles en el apartado de Impresiones de conducción.
Hay tres niveles de equipamiento disponibles: Executive, Executive Tecno y Luxury. En todos ellos el equipamiento de serie es muy abundante. Estos son algunos de los sistemas de seguridad y ayuda a la conducción presentes: un sistema de frenada de emergencia en ciudad con detección de peatones, una alerta por cambio involuntario de carril que puede actuar sobre la dirección, un programador de velocidad activo, un detector de vehículos en el ángulo muerto, una alerta por tráfico cruzado al circular marcha atrás o un sistema de aparcamiento semi automático. También hay, entre otros elementos, un sistema de información proyectada en el parabrisas (Head-up Display), asientos ventilados y con calefacción o unos faros de ledes adaptativos.
Lexus ofrece cinco modelos de molduras decorativas para el salpicadero y las puertas: Mate Bamboo, Walnut, Dark Brown Shimamoku, 3D Film y Laser Cut Dark Wood. El sistema multimedia también es el mismo que utiliza el RX convencional y puede tener una pantalla de 8 o de 12,3 pulgadas (en función del nivel de equipamiento seleccionado) que se maneja desde unos botones y un mando selector ubicados en la consola, entre los dos asientos delanteros. Al igual que en el RX, el habitáculo transmite una calidad de fabricación excelente por los materiales empleados y por el buen ajuste y tacto de todas las piezas.
Según nuestro comparador de seguros, el precio mínimo de una póliza a todo riesgo sin franquicia para un RX L con el nivel de equipamiento intermedio (Executive Tecno) es 435 € y lo ofrece la compañia Mapfre. Es una póliza con una muy buena relación entre calidad y precio (8,51 puntos sobre 10 posibles) y de calidad buena (7,02 puntos sobre 10). El tomador que hemos elegido para este supuesto es un hombre casado de 49 años que reside en Valencia, aparca en un garaje individual y recorre unos 15 000 km al año.