Volkswagen Golf R (2010) | Impresiones de conducción

06/04/2010 |Enrique Calle

El Golf R tiene un motor turboalimentado como el de la mayor parte de los coches de tamaño y potencia parecida, salvo el BMW 130i, que lo lleva atmosférico.

Los motores turboalimentados se caracterizan porque dan una respuesta muy intensa a medio régimen. Eso se traduce en que, en ocasiones, no hace falta preocuparse por elegir la marcha más adecuada si se necesita gran empuje, por ejemplo al salir de una curva lenta o para ganar velocidad cuando un vehículo lento se ha apartado.

Lo que distingue el funcionamiento del motor del Golf R es que tiene una respuesta muy directa al acelerador; hay un intervalo de tiempo muy corto entre que el conductor pisa el acelerador ligeramente y el Golf R empieza a ganar fuerza con solvencia. Eso hace muy cómoda la conducción a ritmo tranquilo porque permite circular en ciudad en marchas largas con la seguridad de que cada movimiento sobre el acelerador se traduce en una respuesta inmediata.

El Golf R (al menos con cambio manual que es como lo hemos probado) tiene una capacidad de aceleración muy grande. Según nuestra medición de aceleración (que consiste en ganar velocidad de 80 a 120 km/h en la marcha o marchas más adecuadas para conseguir realizar la maniobra en el mínimo tiempo posible, en este caso en tercera velocidad) ha necesitado 3,7 segundos que es muy poco. Es un dato muy bueno; por ejemplo, un Focus RS de 305 CV ha sido igual de rápido y eso que tiene más potencia. Sin embargo, un SEAT León CUPRA R, más ligero que ambos, necesitó todavía menos tiempo: 3,3 segundos. Un Audi S3 que tiene un peso parecido al Golf R ha sido prácticamente igual de veloz.

El Golf R tiene un peso relativamente alto (todas las versiones superan 1.500 kg en condiciones de homologación) en parte porque tiene un sistema de tracción a las cuatro ruedas. Nuestra medición de aceleración (que simula una maniobra de adelantamiento) favorece a los coches ligeros, no a los que tienen buena motricidad, dado que no la hacemos ni en superficies mojadas, ni desde parado (porque no es parte de una utilización normal).

He probado el Golf R en carreteras de curvas lentas (con el asfalto muy mojado) donde también he conducido otros coches potentes de sólo dos ruedas motrices. La sensación que me ha dejado es que es muy fácil de llevar. La mayor ventaja que da su sistema de tracción se da a la salida de las curvas porque el Golf R sigue con gran precisión la dirección que marcan las ruedas delanteras aunque se pise mucho el acelerador. En los coches de un solo eje motriz en ocasiones hay que modular más la fuerza del motor o corregir más el volante para ir por la trayectoria deseada.

La facilidad de conducción es la nota predominante del Golf R aunque puede que no sea tan ágil como el Volkswagen Scirocco R, algo que quizá sólo se aprecie en un circuito de velocidad. Cuando conduje los dos vehículos en circuito escribí «un Scirocco R me parece superior que el Golf R para circular a la mayor velocidad posible. Esta afirmación está basada en sensaciones, porque no he tomado el tiempo por vuelta en cada caso. En el Scirocco R, el intervalo entre que el conductor mueve el volante y el coche empieza a cambiar de dirección es más breve que en el Golf R. Además, en el Golf R el movimiento de balanceo de la carrocería es mayor (muy poco). La sensación que me ha quedado es que al Scirocco R le cuesta menos entrar en las curvas más cerradas y que es más preciso porque responde mejor a los movimientos de volante».

También me parece que el Golf R es más confortable de suspensión, aunque tampoco mucho. De hecho, a mi juicio es el mayor inconveniente para un uso cotidiano. La sensación de incomodidad se mitiga en parte si se recurre a la opción de amortiguación variable «DCC», que permite elegir entre tres programas de dureza.

El resto de cualidades dinámicas del Golf R no van en detrimento de la comodidad en el uso diario, a diferencia de algunos coches con un planteamiento tan deportivo. No necesita mucho espacio para maniobrar, ni es apreciablemente ruidoso. Tiene un sonido de escape notorio, pero sólo se escucha apreciablemente desde el exterior. Nuestro fotógrafo dijo a la persona encargada de conducir durante la sesión de fotografía «no te oigo venir [en una carretera de curvas sin visibilidad], pero cuando pasas escucho mucho el ruido del escape».

El consumo de este modelo es elevado incluso en una utilización a ritmo suave. Bajar de 9,0 l es difícil salvo que se circule a velocidad sostenida por debajo de la máxima permitida en España. En mi recorrido de consumo gastó 9,8 l/100 km para hacer una media de 120 km/h en un recorrido de ida y vuelta por autovía (más información). No hay grandes diferencias de consumo respecto a otros coches parecidos. Un Ford Focus RS necesitó en el mismo recorrido (aunque a una media ligeramente mayor, 123 km/h) 9,6 l/100 km y un SEAT León CUPRA R 9,6 l/100 km. Para quien pueda ceder algo de aceleración por un consumo más bajo puede elegir un Volkswagen Golf GTI: en el mismo recorrido (y media de 124 km/h) necesitó 8,7 l/100 km.

Con un consumo que casi siempre es alto el depósito de 60 l se puede quedar algo escaso si se desea parar poco a repostar.