Toyota Land Cruiser (2003) | Impresiones de conducción

04/12/2002 |Enrique Calle

El Land Cruiser me ha sorprendido gratamente por dos cosas: primero, por lo bien que está aislado el interior de los ruidos aerodinámicos, de rodadura y del motor; segundo, lo cómoda que es la suspensión electrónica TEMS con la opción muelles neumáticos, que fue la versión que pude probar. Todas las apreciaciones que a continuación se pueden leer se refieren a un Land Cruiser con esta configuración (carrocería de cinco puertas).

Tanto al ralentí como una vez en marcha hay muy pocas vibraciones en el volante o en los pedales. El motor Diesel de 163 CV me ha parecido muy silencioso, incluso en frío y con el acelerador muy pisado (una vez caliente). Además, es un motor con fuerza desde muy bajo régimen y con una entrada de potencia muy progresiva. Aunque su potencia máxima se obtiene a un régimen bajo, su margen de utilización es bueno.

A gran velocidad, el Land Cruiser no tiene los ruidos aerodinámicos propios de otros vehículos de este tipo, con unos espejos retrovisores tan grandes.

La suspensión es cómoda en todas las circunstancias. En carretera y autovía me parece que lo más recomendable es poner la suspensión de la dureza media hacia arriba. Así, se limitan los eventuales movimientos de cabeceo y balanceo de la carrocería, favoreciendo la comodidad de los ocupantes. Incluso en su posición más dura, no es una suspensión incómoda.

Teniendo en cuenta su condición de todo terreno me ha parecido satisfactorio por su manera de moverse a gran velocidad por autovía. Parece que los movimientos de la carrocería están muy bien contenidos, que junto con el buen tacto de la dirección, da confianza a aquel conductor que quiera conducir a un buen ritmo. En carreteras más lentas se nota más su condición de todo terreno, pero no llega a ser muy lento de reacciones. Tiene un control de estabilidad de segunda generación (frena dos ruedas traseras y la delantera del exterior de la curva) que puede llegar a emitir un pitido si la pérdida de adherencia, por sobreviraje o subviraje, es grande.

Para caminos muy rotos o en circulación todo terreno y con la suspensión en las posiciones más blandas (que es lo más recomendable), la capacidad de absorción que tiene la suspensión es extraordinaria, aisla muy bien vibraciones de las ruedas en el interior, y los movimientos de la carrocería no son secos ni muy rápidos.