Toyota Celica Sport 1.8 VVTL-i (2000) | Detalles deportivos y un buen puesto de conducción”

02/08/2001 |Víctor M. Fernández

El Celica Toyota Sport no destaca por su habitabilidad, algo que entra dentro de lo corriente en un cupé de sus características. Sin embargo, las plazas traseras permiten viajar bien con dos niños o acomodar a adultos de hasta 1,70 m para trayectos cortos. Lo peor es el acceso, pequeño e incómodo, sobre todo por el lado del conductor, en donde sólo se mueve el respaldo (en el asiento del acompañante se desplaza también la banqueta). Además, el respaldo de los asientos delanteros no recupera su posición original y obliga a regularlos de nuevo cada vez que los abatimos.

Delante no hay problemas de espacio, el puesto de conducción es muy cómodo y la visibilidad hacia atrás es buena a pesar de la inclinación de la luna trasera. Tanto el volante como el asiento se regulan en altura y permiten encontrar fácilmente la posición adecuada. Los asientos bacquet son muy ergonómicos y confortables, recogen bien el cuerpo y ofrecen una excelente sujeción lateral.

El volante está forrado en piel y tiene un corte muy deportivo (más grueso en la posición «10 y 10»), al igual que la palanca de cambios. Todos los mandos se encuentran al alcance del conductor y son fáciles de accionar, incluido el climatizador automático que tiene de serie; solamente los aireadores están un poco lejos. También resulta muy cómodo el manejo del cargador de 6 CD´s que la marca ofrece como accesorio y está situado en el salpicadero. Además, hay suficientes guanteras para dejar todo tipo de objetos pequeños y un reposavasos.

Desentona la instrumentación por falta de información. Tiene cuatro indicadores analógicos, dos de aguja (velocímetro y cuentavueltas) y dos de cristal líquido (temperatura del agua y nivel de combustible). Los pedales están realizados en aluminio y rematados con pequeños tacos de goma antideslizantes, incluido el reposapiés. El del acelerador tiene forma de «L» invertida para facilitar el punta-tacón, aunque el pedal queda un poco lejos del freno.

La presentación interior es atractiva, todo está bien ajustado y el remate es bueno, pero los plásticos duros que se utilizan en los guarnecidos de las puertas y el salpicadero son mejorables en un coche de su precio. La consola central está acabada con un color gris metalizado (estilo titanio) y la instrumentación tiene los números y las rayas en naranja. El equipamiento de serie lleva todo lo esperado, aunque sin elementos como un navegador o control de estabilidad. Sus luces, con faros de doble parábola, son potentes, pero la amplitud de visión es mejorable. Por el contrario, los antiniebla delanteros son pobres en iluminación y apenas sirven para ver más.