La principal diferencia entre el habitáculo del Ibiza de 2015 y el de 2012 se halla en el salpicadero, donde la pantalla del sistema multimedia ahora está completamente integrada y puede ser de hasta 6,5 pulgadas (la de serie es de 5,0 pulgadas). También es diferente la configuración de botones del climatizador automático, del cuadro de instrumentos y del volante (estos dos últimos son similares a los empleados en el León).
Los nuevos sistemas multimedia se pueden completar con una función, denominada genéricamente como «Mirror Link», que permite ver en la pantalla de la consola la misma información que aparece en la pantalla de nuestro teléfono móvil inteligente. Para ello, previamente, se ha de conectar mediante un cable (que es el propio del teléfono, no requiere ningún adaptador). También es compatible con teléfonos Android y Apple mediante los protocolos de comunicación Android Auto y Apple CarPlay respectivamente. Además SEAT ha colaborado con el fabricante SAMSUNG en el desarrollado un sistema más completo en el que ofrecen al cliente un teléfono inteligente SAMSUNG Galaxy A3 con la aplicación «SEAT Connect» preinstalada.
El funcionamiento del sistema más completo (que es el que tenía la unidad probada) me ha parecido muy bueno porque tiene unos menús muy bien estructurados y reacciona con precisión a las pulsaciones de los dedos. Además siguen existiendo botones «físicos» que dan acceso a las principales funciones del sistema (imagen de la pantalla actual y de la del modelo 2012), por lo que se reduce el tiempo en el que el conductor tiene que apartar la vista de la carretera.
Hay algunos materiales de recubrimiento son distintos a los del modelo anterior. La parte superior de la consola, por ejemplo, está fabricada con un plástico blando que da más sensación de calidad que antes, pero la inferior sigue siendo de plástico duro con un aspecto poco cuidado. En cualquier caso, los ajustes entre las distintas piezas parecen precisos y da la sensación de que todo el conjunto forma un bloque sólido porque no se escuchan ruidos o crujidos al circular por carreteras en mal estado.
De acuerdo con nuestras mediciones, el SEAT Ibiza de 5 puertas tiene un habitáculo normal en lo que a espacio se refiere. En las plazas traseras hay 91 centímetros de altura libre hasta el techo, suficiente para que personas de hasta 185 cm puedan ir sentadas con la espalda pegada al respaldo (que es como deben ir). La anchura en esta misma fila de asientos es mejor que la de algunos competidores, como el Peugeot 208, el Renault Clio o el KIA Rio, pero no es suficiente para que tres personas viajen de manera confortable. Los tres reposacabezas tienen un ajuste en altura, pero muy limitado (el central es opcional), por lo que es posible que queden bajos a personas de talla elevada. En las plazas delanteras no hay problemas para que se acomoden dos adultos de hasta 190 cm de altura aproximadamente.
El puesto de conducción me ha parecido muy bueno porque tanto los ajustes del volante (en altura y profundidad) como los del asiento son muy amplios. La consola está ligeramente orientada hacia el conductor y todos los mandos están cerca de la mano. El único aspecto negativo es que los cinturones carecen de ajuste en altura, por lo que es posible que no queden bien situados para algunas personas (a mí, que mido 183 cm, me quedaban bien). Por comparación, si es la primera vez que conducimos este modelo, puede resultar más sencillo adaptarnos a sus controles que, por ejemplo, subiéndonos por primera vez en un DS 3 o en un Peugeot 208. La visibilidad es buena en general y la maniobrabilidad, correcta. Su radio de giro entre paredes es 10,0 m, uno de los más bajos de entre sus alternativas (ficha comparativa).
Los asientos delanteros de serie son cómodos y proporcionan una buena sujeción del cuerpo en las curvas, pero resultan un poco estrechos en la parte superior y no tienen ajuste del apoyo lumbar. No he probado los deportivos (de serie en FR y opcionales en Style), por lo que no puedo dar una opinión sobre ellos.
El maletero de la variante de 5 puertas, con 292 litros de capacidad, es uno de los puntos fuertes de Ibiza. No es el que más volumen tiene (un Škoda Fabia y un Hyundai i20 tienen más, por ejemplo), pero sus formas regulares permiten aprovechar muy bien el espacio disponible. Hay varios elementos para fijar la carga, como cuatro ganchos en cada una de las esquinas, una redecilla en la pared izquierda o un par de perchas. Bajo el piso del maletero hay espacio para guardar una rueda del mismo tamaño que las otras cuatro, aunque de serie viene un con kit de reparación de pinchazos. Para obtener el mayor volumen de carga disponible, primero hay que hacer bascular las banquetas de los asientos posteriores hacia delante y luego sus respectivos respaldos (imagen). De esta manera se obtienen 938 litros de capacidad, pero la superficie restante queda unos 7 centímetros por encima del piso del maletero.
No hay muchos huecos portaobjetos repartidos por el habitáculo, pero son suficientes para guardar los objetos cotidianos que normalmente se llevan encima, como por ejemplo una cartera, un teléfono móvil o unas llaves. La guantera que hay frente al asiento del pasajero está iluminada (imagen), pero sus formas no son muy regulares porque en ella se encuentra el módulo de CD y las entradas de tarjetas SD del sistema multimedia (que se encuentran ocultas detrás de una tapa; en esta imagen la tapa está levantada).