Porsche Cayenne (2024) | Impresiones de conducción

22/04/2024 |Javier Moltó

En km77 dividimos la información entre las versiones híbridas y las no híbridas. Aquí publico las impresiones generales de conducción del Cayenne y en el apartado que dedicamos a los híbridos hay información específica de conducción del sistema híbrido.

La primera unidad en la que me he subido ha sido un Cayenne S con su motor de ocho cilindros y 475 caballos de potencia. Los neumáticos de esta unidad eran un Pirelli P ZERO, en medidas 285/45 ZR 21 en el eje delantero y de 315/40 ZR 21. El número de vueltas del volante entre topes es de 2,2, que anuncia una dirección rápida. Todos los coches de esta presentación estaban equipados con la suspensión neumática, opcional.

La principal característica del Cayenne es la capacidad de pasar muy rápido en curvas. Tan rápido que resulta poco sensato saber cómo se mueve el coche cerca del límite.

En esta unidad tanto mi compañero de pruebas como yo condujimos todo el recorrido en modo normal. En los coches no híbridos, el conductor puede elegir entre «Todo terreno», «Normal», «Sport» y «Sport Plus». En modo «Normal», el balance entre comodidad y respuesta en curvas es muy bueno. El Cayenne no es un coche de suspensión blanda en ninguna circunstancia. La suspensión es firme, pero no incómoda porque resulta progresiva.

Las relaciones de cambio pueden manejarse desde las levas situadas detrás del volante. En modo automático se puede recurrir a las levas para subir o bajar marcha en cualquier momento. El sistema regresa al modo automático, tras un breve periodo de tiempo o cuando se llega al tope de revoluciones. En modo manual, el sistema no cambia de forma autónoma en ningúna situación. Las levas — son de plástico (detrás) y metal (delante), de tamaño medio— giran con el volante y en conducción por curvas no siempre se encuentran en el momento adecuado en el que quieres cambiar de marcha. No es un problema menor, porque cuando más sentido tiene utilizar el modo manual del cambio es en carretera de curvas, a mi juicio. En rectas, en autovías en ciudad y en atascos el modo manual del cambio carece de sentido.

La solución con el cambio, en carretera de curvas, si quieres practicar conducción deportiva consiste en seleccionar los modos «Sport» o «Sport Plus», en los que el cambio automático selecciona las relaciones de cambio para favorecer este tipo de conducción. Así he conducido el Cayenne V6 de 354 caballos. Esta unidad llevaba unas llantas de 22 pulgadas, con neumáticos Pirelli P ZERO, en medidas 285/40 ZR 22 en el eje delantero y de 315/35 ZR 22 en el eje posterior. Es decir, neumáticos de la misma anchura que el Cayenne S, con una llanta de mayor diámetro y perfil más bajo.

En esta unidad, la menos potente de toda la gama Cayenne, la velocidad de paso por curva es inimaginable. Con la suspensión neumática y con estas ruedas de perfil bajo, sobre buen asfalto y en modo «Sport Plus» el coche va como sobre raíles. En carretera abierta de curvas amplias no parece haber límite. Supongo que en carreteras de montaña, más estrechas y con curvas más lentas, puede llegar a apreciarse la diferencia de aceleración que aporta el motor con dos cilindros más, pero en la mayoría de situaciones esa potencia es inaprovechable. La versión Turbo E-Hybrid de 740 caballos debe de volar.

El tacto de la dirección y de los frenos es delicioso. A mí me gustaría un volante ligeramente más grueso para que el conjunto fuera perfecto.