Peugeot Rifter 2019 | Impresiones del interior

02/01/2019 |Carlos Fernández (@CarlosFP_77) y Alfonso Herrero (@alf_reguart)

La principal ventaja del Rifter frente a un monovolumen se da en la altura hasta el techo y la anchura en las plazas traseras. La carrocería, diseñada para ser un vehículo comercial, es notablemente más alta y los laterales suben más cerca de la vertical, sin cerrarse tanto según se acercan al techo.

Por tanto, puede ser interesante para quien tenga varios hijos altos. O para quien tenga tres y quiera espacio suficiente para colocar tres sillitas en la segunda fila de asientos (imagen con dos sillitas), que dispone de anclajes Isofix en las tres plazas. La anchura de puerta a puerta, medida a la altura de los hombros, es 148 cm, siete más que el Peugeot 3008 y seis más que en el Citroën C4 Spacetourer (tabla comparativa de mediciones).

El Ford Tourneo Connect ofrece dos centímetros menos en esa cota que el Rifter pero nueve más para las piernas, una diferencia grande. También tiene más distancia de la banqueta al techo (tabla comparativa de mediciones).

Aunque el acceso es cómodo —el piso queda un poco más alto que un turismo— los asientos no lo son tanto como los de un Citroën C4 Spacetourer o un Peugeot 3008. No creo que esto tenga que ver por la calidad de su fabricación y del mullido, que es correcta, sino más bien por la postura, ya que se va sentado más erguido que en las alternativas mencionadas. El mecanismo que regula la inclinación del respaldo del asiento del pasajero mueve simultáneamente la banqueta hacia delante, lo que produce una sensación extraña.

Como en el resto de los modelos de Peugeot, la instrumentación se consulta por encima del volante y no a través de él. A diferencia de en otros modelos, como el 308, el tacómetro no tiene la numeración en sentido antihorario, sino que se visualiza de la forma tradicional (imagen). El volante es más pequeño de lo usual y está achatado tanto por la zona superior como la inferior (imagen); se puede regular en altura y en profundidad en cantidad generosa.

Hemos conducido el Peugeot dos probadores que medimos metro ochenta y un poco más de metro noventa, respectivamente, y no hemos tenido problemas para encontrar una posición adecuada ni tampoco para consultar la información del cuadro de instrumentos. A mí me parece que es el modelo de Peugeot en que menos molesta esta configuración, hasta el punto de haberme resultado agradable. Dicho esto, no podemos decir si un conductor de talla media o inferior encontrará en la parte superior del volante un obstáculo. Lo mejor será probarlo. 

A las plazas traseras (imagen) se accede abriendo unas puertas corredizas que dejan un vano muy amplio, ideal para colocar a un niño en su sillita con poco esfuerzo, por ejemplo. El mecanismo es siempre de tipo manual (no puede ser eléctrico). Al final de su recorrido las puertas se quedan enclavadas, de manera que en una pendiente no deberían cerrarse por si solas.



Las plazas traseras pueden ser de dos tipos. Las versiones menos equipadas tienen una banqueta de dos piezas —una con una plaza y la otra con dos— y las más costosas, como la GT Line de carrocería corta que hemos probado, tres asientos individuales —del mismo tamaño—. Estos asientos no se pueden desplazar adelante o atrás ni están diseñados para ser extraídos. Sí que se pueden abatir de tal forma que crean una superficie casi totalmente plana con el piso del maletero (imagen). 

Los asientos traseros nos han parecido suficientemente cómodos, pero también dan menos soporte que los de las alternativas mencionadas anteriormente. Además, el respaldo queda muy cerca de la vertical y no es posible reclinarlo. Dicho esto, no he viajado atrás el tiempo suficiente como para determinar si la postura cansa en viajes largos.

Los pasajeros traseros pueden disponer de cortinillas en las ventanillas (imagen), de bandejitas que se despliegan desde los respaldos de los asientos delanteros (imagen) y de salidas de aire en la consola, cuyo caudal se puede regular con unos botones (imagen). Desde estas plazas se puede, mediante dos trampillas, acceder al cajón porta objetos que va en el techo, en la zona del maletero (imagen). A este mismo espacio se llega desde la parte posterior del coche, pero, en este caso no hay trampillas, sino que se abre pivotando hacia abajo (imagen).

Con el techo panorámico de cristal (fijo, no se abre), hay una pieza que recorre longitudinalmente el coche y en la cual se pueden depositar también objetos (imagen). Este espacio tiene unas piezas divisoras que impiden que los objetos puedan moverse a lo largo del espacio. El cajón trasero, la balda superior y el techo panorámico solo pueden pedirse conjuntamente en un paquete de equipamiento; no se puede optar solo por alguno de estos elementos. El único espacio portaobjetos que va en el techo y es de serie es el que se encuentra sobre las plazas delanteras (imagen). También se pueden guardar cosas en los espacios que hay bajo los pies de los pasajeros traseros (imagen).

En la consola hay varios espacios de distinto tamaño donde dejar objetos. El primero (imagen) está por delante de la palanca o del mando giratorio (imagen) del cambio de marchas, según sea la caja manual o la automática. Este hueco se puede equipar en opción con un sistema de recarga inalámbrica de teléfonos móviles. Más atrás puede haber, en opción, un cajón muy profundo y una bandejita tapizada (imagen), ocultos tras unas tapas deslizables. Esto puede ser así con el freno de estacionamiento eléctrico (imagen), que es un elemento disponible desde el equipamiento Allure. Esta pieza central impide que el asiento del pasajero pueda abatirse hacia delante para transportar objetos largos (imagen). Con los dos niveles de equipamiento inferiores, el freno es de palanca y entre los dos asientos delanteros siempre hay un espacio libre. 

En la parte alta del salpicadero también hay varios huecos prácticos. Por ejemplo, en cada extremo lateral hay un portabebidas (imagen) y frente a la instrumentación y tras la pantalla central hay sendos lugares que resultan adecuados para colocar una libreta o un teléfono móvil (imagen e imagen). El Rifter tiene dos guanteras (imagen de la superior e imagen de la inferior) y otro hueco entre ellas en el que los objetos quedan a la vista (imagen). La guantera superior puede estar refrigerada por una salida del sistema de aire acondicionado y puede llevar una segunda toma USB (hay otra en la base de la pantalla del sistema multimedia) y una conexión de tipo aux. 

Al maletero se accede bien levantando la luneta o bien levantando todo el portón. La primera solución es muy útil si detrás del Rifter no hay espacio suficiente para que se pueda abrir el portón. Si se abre, queda a unos 2 metros del suelo; para facilitar su cierre, hay un asa de plástico que cuelga del mismo (imagen).

El maletero (imagen) tiene formas regulares, está enmoquetado e iluminado (aunque por un único punto de luz algo débil en el lateral izquierdo). En el piso hay cuatro ganchos para sujetar la carga. Con nivel de equipamiento GT Line, hay una toma de corriente de 12 V donde se puede conectar, por ejemplo, una neverita. El maletero es extremadamente fácil de cargar y descargar debido a que el borde de carga está situado a muy poca distancia del suelo (solo 58 cm, por los 61 de un Peugeot 308 SW o los 73 de un Peugeot 3008, por ejemplo). 

La bandeja cubreequipajes se puede situar a una altura intermedia para separar el maletero en dos zonas (imagen). Peugeot recomienda no cargar la bandeja con objetos que en conjunto pesen más de 25 kg para no dañarla. Moverla de una posición a otra resulta algo engorroso porque sus extremos tienden a quedar enganchados en las paredes laterales. La bandeja se puede colocar de una tercera forma, pegada contra los respaldos de los asientos traseros; esto se ha concebido para que moleste lo menos posible si se desea llevar objetos altos, por ejemplo. También se puede pedir una red que permite separar la zona de carga de la zona para pasajeros. Se puede colocar tanto entre el maletero y las plazas traseras (imagen), como entre estas y las delanteras (imagen).

La disposición de los mandos y la pantalla de la consola central es parecida a la de otros modelos de Peugeot. Algo que nos gusta es que, a diferencia de en coches como el 308 o el 3008, hay botones físicos para manejar el sistema de climatización.

Los plásticos de recubrimiento tienen una calidad normal. Son similares a los que se pueden encontrar en coches de precio bajo y peores que los que se suelen encontrar en coches como un 308. En los Rifter en los que nos subimos en la presentación internacional del modelo, encontramos los mismos defectos de ajustes: el recubrimiento de los pilares delanteros no estaba bien sujeto ni bien enrasado con el salpicadero y el plástico que cubre la zona de la ventanilla, donde van los cables del retrovisor, estaba mal ajustado. En la unidad de pruebas que hemos conducido en noviembre de 2018, estos problemas no parecían tan evidentes.