Opel Zafira Tourer (2012) | Impresiones de conducción

15/01/2013 |Alfonso Herrero

Por sus reacciones y confort, el Zafira Tourer me ha parecido satisfactorio. Su mayor altura, respecto a un turismo, no lo hace torpe ni provoca movimientos de carrocería amplios que puedan resultar incómodos a los pasajeros. Esto es así, al menos, con la suspensión opcional «Flexride» que tiene unos amortiguadores de dureza variable.

La batalla es algo mayor que la del Insignia y la anchura de vías similar, pero se trata de plataformas distintas (Epsilon II y Delta II). Ambos modelos no comparten suspensión, ya que la trasera es estructuralmente distinta y del mismo tipo que la que Opel usa en el Astra —un eje de torsión con un paralelogramo de Watts (más información)—.

El Zafira Tourer entra bien en las curvas y no tiene reacciones que sorprendan al conductor ni que sucedan con excesiva rapidez, algo que si puede ocurrir en un Renault Grand Scénic cuando se levanta bruscamente el pié del acelerador con el coche apoyado en una curva.

Los tres ajustes de la suspensión se seleccionan mediante dos botones marcados como «Sport» y «Tourer»; el nivel intermedio se activa deseleccionando los otros dos. Además de actuar sobre la dureza de los amortiguadores, lo hace sobre la asistencia de la dirección y sobre la respuesta del motor (para un mismo recorrido del pedal del acelerador se consigue una mayor o menor aceleración pero las prestaciones, si se acelera a fondo, son exactamente las mismas).

Al principio, no me parecía que la diferencia entre los tres niveles fuese grande y pensaba que Opel podría haber prescindido del ajuste intermedio. Según he ido haciendo kilómetros, he encontrado situaciones a las que se adecuaban cada uno de los tres austes.

En general, el modo más blando —«Tourer»— es el más idóneo porque es el que mejor aisla de la carretera y además hay que hacer poco esfuerzo sobre el volante para maniobrar. Viajando por carretera, puede ser preferible seleccionar el modo intermedio para que la carrocería quede más sujeta en las curvas y la dirección no sea tan sensible (así hay que corregir menos la trayectoria) y la pérdida de comodidad es poca. El nivel «Sport» sólo lo he empleado al probar el coche en carretera de muchas curvas aunque, a diferencia de lo que ocurre en otros coches con un ajuste deportivo para la suspensión, en el Zafira se puede emplear en cualquier tipo de carretera porque ni se vuelve incomodísimo ni las ruedas rebotan en las irregularidades.

Es el mejor monovolumen al que le hemos medido la frenada de 120 a 0 km/h. Ha necesitado recorrer 50,3 metros hasta detenerse, una distancia que no consiguen ni modelos deportivos como el BMW M5. Su resistencia ante un uso exigente es correcta.

2.0 CDTI 165 CV

Para redondear la parte dinámica, Opel debería mejorar el funcionamiento del motor Diesel. En carretera es agradable pero en ciudad funciona con aspereza y es ruidoso cada vez que se inicia la marcha. Además, es un motor poco elástico, con una respuesta pobre —comparada con la de otros motores Diesel de potencia semejante que utilizan otras marcas— a menos de 1800 rpm y que impide incorporarse en los cruces, a los que se llega en movimiento, en segunda, haciendo necesario engranar primera. En carretera los inconvenientes desaparecen: el motor apenas se oye y su funcionamiento es más refinado.

No es un motor con una respuesta brillante a altas revoluciones. En la medición de aceleración que hacemos de 80 a 120 km/h (simula un adelantamiento) hemos comprobado que no merece la pena apurar por encima de 3700 rpm. Si se cambia de marcha pasado ese punto, la aceleración empeora: Cambiando a 3700 rpm tarda 7,7 segundos; si se hace el cambio a 4000 rpm tarda 8,0; Y si se apura hasta unas 4400 rpm, el tiempo aumenta hasta 8,2 s.

Un Volkswagen Touran en su versión 2.0 TDI de 170 CV es más rápido en esa misma medición, mientras que el Peugeot 5008 en su variante HDi de 163 CV fue más lento. Las diferencias acelerando y recuperando con respecto al Chevrolet Orlando —con el mismo motor que el Opel pero 2 CV menos— son pequeñas, pero siempre a favor del Orlando (tabla de prestaciones).

El consumo es bajo en términos absolutos y normal comparado con los modelos que hemos citado anteriormente. En la siguiente tabla se pueden ver los datos de prestaciones, consumo y frenada, además de ver la relación entre peso y potencia de cada uno.

Datos de consumo. Mediciones de km77.com
Coche
Potencia
(CV)
Peso/Potencia
(Kg/CV)
Aceleración
80-120 km/h (s)

Recuperación 6ª
80-120 km/h (s)

Desarrollo 6ª
(km/h x 1000 rpm)
Frenada
(m)
Consumo
(l/100 km)
Opel Zafira Tourer CDTi
165
10,74
7,7
14,2
54,3
50,3
6,8
Chevrolet Orlando CDTi
163
10,15
7,5
13,9
54,4
58
6,9
Peugeot 5008 HDI CMP
163
10,20
8,6
14,6
49,9
54,9
7,4
Volkswagen Touran TDI DSG
170
9,48
7,1
12,6
50,5
54,6
6,9


Nosotros hemos probado la versión con cambio manual de seis relaciones —hay una variante con cambio automático—. Aunque en ciudad, donde hay que cambiar de marcha constantemente, se agradecería que se manejase con más suavidad, es un buen cambio por que es rápido y los recorridos están bien definidos, por lo que difícilmente se puede equivocar uno al meter una marcha.