El cambio automático Easytronic está previsto para que cambien a una marcha superior lo antes posible (salvo que el acelerador este muy pisado). Esto, unido a que los desarrollos de transmisión son muy largos para la potencia disponible (da la velocidad máxima en cuarta y por debajo del régimen de potencia máxima), hace que su capacidad de respuesta en la marcha más larga sea más lenta de lo normal, e insuficiente para afrontar repechos.
Por ello, el Opel Corsa Eco es recomendable para quien haga muchos kilómetros por carreteras despejadas, con poco tráfico y valore en un coche de este tamaño y potencia el cambio automático con posibilidad de manejo secuencial. En carreteras más complicadas la ventaja del Corsa Eco es más pequeña con respecto al modelo manual (a igualdad de velocidad), porque para mantener un ritmo similar hay que reducir de marcha más a menudo o pisar más el acelerador.
Como en otros cambios de este tipo (estructuralmente como un cambio manual, pero automatizado), me ha parecido mejorable el ligero bamboleo que da justo en el momento de tránsito entre una marcha corta y la siguiente más larga; este movimiento se nota menos cuando se cambia en modo secuencial. En el resto de las ocasiones funciona bien.
Cuando se maneja manualmente con el mando secuencial va más rápido que el automático. Es capaz de apurar las marchas hasta unas 6.600 rpm (si se pisa el acelerador a fondo) momento en el cual cambia a una marcha superior. En las reducciones acelera un poco el motor, aunque menos que otros cambios de este tipo (como el Selespeed de Alfa Romeo).
En el Opel Corsa Eco a pesar de que la suspensión está rebajada con respecto al 1.0 «no Eco», no es apreciablemente más dura, como ocurre en las versiones Sport.