Mercedes-Benz Clase T (2022) - Prueba | Impresiones del interior

24/05/2022 |Pablo David González (@PD_Gonzalez)

A las plazas delanteras se accede a través de unas puertas que abren 90 grados. Esto facilita la entrada y salida de personas con movilidad reducida y la colocación de sillas infantiles (la plaza del acompañante tiene anclajes ISOFIX). Al volante se adopta la típica postura de furgoneta: con las piernas flexionadas, casi como si se estuviera sentado en una silla. El Clase T no abruma al conductor con mil y un botones y pantallas gigantescas. Al contrario. La instrumentación es tradicional, con dos grandes indicadores de aguja y una pantalla central multifunción de 5,5 pulgadas. Muy fácil de leer y manejar. No hace falta más.

En el centro del salpicadero hay una pantalla de 7 pulgadas, que se ve pequeña para los estándares actuales. Se echa de menos una o dos pulgadas más, no solo para ver todo más grande, sino también para reducir el grueso marco de plástico negro brillante que la rodea (imagen). Utiliza el sistema multimedia MBUX, que es compatible con Android Auto y CarPlay. La navegación por los menús es sencilla. Se puede hacer tocando directamente sobre la pantalla, con unos mandos físicos que hay por debajo de esta y con los botones del radio derecho del volante. También cuenta con el sistema de reconocimiento de voz «Hey Mercedes», que es de los mejores actualmente en el mercado.

Los espacios portaobjetos son cuantiosos y amplios. Además de los habituales en las puertas y en la zona que queda entre los asientos, hay uno muy grande en el techo, que se extiende a lo ancho por encima de los parasoles y el plafón de luces (imagen). La guantera también es de generoso tamaño, pero la caída no amortiguada de la tapa es un detalle impropio de Mercedes-Benz.

El salpicadero tiene el mismo diseño que el del Citan Tourer, aunque algunos tapizados son de mayor calidad, como el NEOTEX que recubre la visera de la instrumentación y los paños de las puertas. El NEOTEX  es un material que «combina el tacto de la piel y el neopreno». No hay plásticos de tacto blando, son todos duros, excepto en los puntos de apoyo de los codos (reposabrazos de la puertas delanteras y de la consola central). Para los asientos hay disponible un cuero artificial (Artico leather). Además, tanto el piso del habitáculo como el del compartimiento de carga están forrados con moqueta, un elemento que no está presente en todas las versiones del Citan.

Las dos puertas laterales correderas traseras son de serie. Su accionamiento es manual, no hay posibilidad de que sea eléctrico. Desde fuera se abren y cierran sin esfuerzo. Desde dentro, puede que asirlas para tirar de ellas y cerrarlas sea un problema para niños o adultos con poca movilidad. Esto les obligará a pedir ayuda para que alguien de fuera las cierre por ellos.

Las tres plazas posteriores son idénticas por anchura y, como ya me sucedió con el Renault Kangoo Combi, la central es la que me parece más cómoda porque el asiento da un mejor soporte a los muslos. El asiento de las plazas laterales es más blando en la parte externa (la que da hacia las puertas) que en la interna y se hunde al apoyar la pierna. Además, en las plazas laterales el hombro choca con el plástico del pilar C (imagen) y la puerta no sirve para apoyar el brazo (porque no hay apoyabrazos y además, la puerta queda lejos). Debido a estas características y a que la anchura entre puertas no es especialmente generosa (135 cm), estas son unas plazas pensadas más para llevar sillas de bebé o adolescentes, que para transportar a tres adultos de corpulencia media o superior.

Dado que el Clase T es un vehículo para familias, echo en falta que la fila posterior pueda deslizarse longitudinalmente y que los respaldos se puedan regular en inclinación, detalles que son habituales encontrar en los monovolúmenes.

El espacio para las piernas es correcto, sin más (61 cm entre respaldos). Da para que alguien de 1,85 metros de estatura viaje relativamente bien detrás de otra de la misma talla, pero el espacio en esa dirección no abunda. En lo que es imposible poner alguna queja es en altura hasta el techo. Es simplemente enorme (112 cm).

El portón del maletero se abre de abajo hacia arriba. Es un portón de grandes dimensiones, así que hay que dejar espacio por detrás para poder abrirlo y tener cuidado al hacerlo de no golpearnos con él. Como sucede con las puertas correderas, su accionamiento es manual y no hay posibilidad de que esté automatizado. Opcionalmente se puede sustituir este portón por una puerta de doble hoja con apertura lateral, aunque este tipo de apertura es más típica de furgonetas destinadas a un uso profesional que a uno particular.

El volumen de carga es de 520 litros (entre el piso y la bandeja cubreequipajes). Es complicado comparar este dato con el de sus alternativas porque no hay unanimidad entre los fabricantes a la hora de dar este dato y cada uno da el que más le conviene. Unos miden hasta la bandeja, otros hasta el techo y otros ni siquiera lo especifican. En caso de necesitar más espacio es posible abatir los respaldos posteriores, que están divididos en dos porciones (60/40). Con ellos tumbados queda una superficie horizontal y continua.