Mercedes-Benz Clase E (2002) | Impresiones de conducción

14/02/2002 |Juan Manuel Pichardo

He conducido tres versiones: E 220 CDI y E 270CDI, ambos con suspensión mecánica y caja de cambios manual, y E 500 con suspensión neumática y cambio automático.

El E 220 ha bajado en ruido y —sobre todo— en vibraciones. No es un motor particularmente silencioso, pero tampoco es de los peores. Por lo que he visto en el Clase E, lo más positivo de este motor es que tiene una forma muy progresiva de dar fuerza. Sólo cuando se acelera a fondo en marchas cortas se nota un cierto punto de inflexión a unas 1.700 rpm. No se nota el fuerte empujón que da el motor TDI de Volkswagen o —en menor medida— el 2 litros de BMW.

Lo he conducido sólo y sin equipaje. En esas condiciones, el coche era perfectamente capaz de mantener un ritmo de viaje muy alto, incluso cuando en la carretera había fuertes rampas o curvas que obligaban a bajar mucho la velocidad.

El E 270 no lo he conducido mucho. En toma de contacto muy breve, me ha parecido más suave y silencioso que el E 220 o, al menos, con un sonido menos «Diesel». Me parece que, por ruido y vibraciones, está más cerca del cuatro cilindros que del seis cilindros que tenía el anterior E 320 (y que tendrá el nuevo Clase E próximamente). Sin medir las prestaciones es difícil comparar al 220 y al 270 pero, por este primer vistazo, diría que las del 220 pueden ser satisfactorias para la mayoría de los usuarios, salvo aquellos que tomen como referencia a algún otro Diesel en torno a 180 CV.

El V8 del E 500 me ha parecido un motor sobresaliente por prestaciones. No sé cuánto puede gastar, pero me parece que el E 500 acelera más a cualquier régimen que el A6 4.2 o el BMW 540i con cambio automático (no he llevado aún el S-Type 4.2 ni el Lexus GS 430). Es uno de esos motores con los que se siente una gran cantidad de fuerza bajo el pedal a cualquier régimen. Además, cuando gira rápido, tiene un sonido que algunos usuarios encontrarán cautivador (y que le falta a otras berlinas de lujo con motor V8).

La estabilidad de las versiones con suspensión mecánica me ha parecido muy buena, pero no sabría decir si mejor que la del anterior Clase E, que era ya un coche extraordinario en este sentido. El que más he conducido con esta suspensión ha sido el E 220 CDI, y he visto las dos cualidades que distinguían al anterior Clase E: en carretera rápida, una extraordinaria capacidad para mantener la trayectoria; en carretera lenta, una agilidad que hace que parezca un coche más pequeño de lo que es.

Curiosamente, el E 500 me ha parecido un coche tanto o más ágil que el E 220 CDI, pero no igual de estable en recta. Puede que sea un error de apreciación porque el E 500 lo he conducido con viento, o puede que la diferencia de ruedas tenga algún efecto. El E 220 lo he conducido con ruedas opcionales (225/55 16) y el E 500 con las de serie (245/45 17).

Creo que se puede decir que el E 500 tiene un tacto deportivo, muy raro de ver en otros coches de este tipo. La respuesta de la dirección y la agilidad de la carrocería es magnífica. Puede que tenga mucho que ver con esto la suspensión neumática que lleva. Mercedes-Benz le ha sacado mucho partido al control doble (muelles y amortiguadores) de la suspensión. En la posición más flexible, el Clase E es más cómodo que cualquier otro Clase E anterior; en la posición menos flexible, tiene la suspensión más dura que ha usado Mercedes-Benz en un coche como éste.

Lo mejor de todo es que, incluso en la posición más dura, el coche mantiene una gran capacidad para absorber irregularidades. Esta posición dura se puede seleccionar para que esté continuamente conectada, pero creo que el sistema que la conecta automáticamente funciona muy bien.

Me parece que el control de estabilidad funciona mejor que antes. Contiene el sobreviraje igual de bien, pero parecía más capaz de limitar el subviraje.

El sistema de frenos SBC me ha parecido sencillamente magnífico desde el punto de vista de la seguridad. Su puede entrar en las curvas frenando mucho o tocar el freno en medio de un fuerte apoyo y el coche reacciona muy bien, sin amago de sobreviraje.

Después de circular por carreteras lentas frenando muy frecuentemente desde una velocidad grande con el E 500, no he apreciado síntomas de fatiga en los frenos. La duda que me queda es si con este tipo de frenos se puede llegar a notar que el líquido está demasiado caliente. Para quien esté acostumbrado a sentir la vibración del ABS puede ser algo chocante al principio, porque con el SBC no se nota esa vibración. Al frenar fuerte, el pedal no vibra y, si el agarre es suficiente, se oye perfectamente el deslizamiento de la rueda. En las primeras frenadas fuertes levantaba el pie del freno porque, al oir el ruido y no sentir la vibración, me parecía que iba a bloquear (cosa que no sucede, claro).

Otra función del SBC es eliminar el tironcito final que puede dar el coche al pararlo del todo. En eso no he notado diferencia con unos frenos normales.