Mercedes-Benz CL 600 (2002) | Estable y cómodo en carreteras rápidas, y sorprendentemente ágil

28/05/2003 |Juan Manuel Pichardo

Mercedes-Benz hace muy bien varias cosas, pero lo que mejor sabe hacer son suspensiones (lo que peor hace son cambios manuales, pero eso aquí no toca).

En mayor o menor medida, cualquier Mercedes-Benz de tracción trasera tiene una sobresaliente capacidad para mantener la trayectoria en curva, una vez ha entrado en ella. Si, en una curva rápida, un Mercedes-Benz fuertemente apoyado encuentra alguna irregularidad en el suelo, sigue por donde va cuando otros coches experimentan algún movimiento de la carrocería que acaba en movimiento del volante. Ocurre lo mismo si hay alguna aceleración adicional, como frenar o girar más en medio del apoyo.

Esta cualidad, que es lo que da confianza y lo que permite circular con seguridad en carreteras rápidas, se da en el CL en mayor medida que en otros Mercedes-Benz menos grandes (aunque es notable lo cerca que está un Clase E en este sentido).

Aunque el CL es un coche de suspensión suave y mucho peso, en las condiciones reales del tráfico difícilmente puede haber algo que vaya mucho más rápido por una carretera abierta, al menos hasta los 250 km/h que tiene de velocidad máxima.

Otro factor que puede dar mucha confianza al conductor es que la carrocería se balancea muy poco. Debe ser, en parte, por el sistema de suspensión activa (ABC, que tiene de serie) y en parte por lo bien que trabaja la suspensión.

En conjunto, las reacciones del CL con esta suspensión de muelles helicoidales y amortiguadores pasivos me parecen mejores que las de coches con una suspensión total o parcialmente neumática, como la del BMW Serie 7 (que no he probado a fondo con el sistema de estabilizadoras activas) o el Volkswagen Phaeton.

En carreteras rápidas ya se nota lo poco que se balancea el coche, pero es mucho más evidente en las lentas. Posiblemente esta sea una de las causas para que el CL muestre una agilidad completamente impropia de su tamaño y peso. Solamente en los cambios de apoyo muy bruscos se llega a apreciar que el sistema tiene un cierto tiempo de reacción, pero funciona perfectamente en cualquier caso.

Es un coche subvirador. Se nota a la entrada en la curva y también en que puede tender a abrir la trayectoria cuando ya está apoyado. Me quedo con la duda de si es realmente tan subvirador como puede apreciar en la unidad de pruebas que hemos conducido, que no estaba en perfecto estado (tenía un problema de alineación, como mínimo).

Es un coche indudablemente cómodo. No obstante, algunos de los que tienen amortiguadores activos transmiten menos vibraciones a los pasajeros cuando se pasa despacio por baches, juntas u otros obstáculos pequeños.

El funcionamiento del control de estabilidad es muy bueno en sobreviraje, porque contiene muy bien al coche pero no lo frena demasiado. En subviraje no es tan bueno.

Se puede desconectar el control de estabilidad (ESP para Mercedes-Benz), algo aconsejable sólo si se circula con cadenas, en nieve profunda, arena o grava. Con el control de estabilidad desconectado, se mantiene el sistema que frena la rueda motriz que pierde más tracción al acelerar, el equivalente a un autoblocante. Quien lo desconecte en carretera y acelere sin cuidado en curva, verá que es relativamente fácil sobrevirar.

Si el control de estabilidad está desconectado, no se puede conectar el programador de velocidad adaptativo (Distronic para Mercedes-Benz). Si están conectados ambos sistemas, el Distronic queda interrumpido cada vez que el control de estabilidad tiene que hacer una corrección de la trayectoria.

Tampoco los frenos estaban en buenas condiciones, retemblaban. Incluso suponiendo que estuvieran bien, son el límite a una conducción rápida por carreteras de curvas. El CL 600 acelera mucho entre curva y curva, y pesa casi dos toneladas.

Los frenos pueden hacer la potencia necesaria para conseguir deceleraciones fuertes y tienen aguante (más, por ejemplo, que los de cualquier deportivo de BMW que yo haya conducido). Pero ponerse a hacer apuradas de frenada cada 300 m desde 160 km/h durante 10 km son ganas de estropear un coche que no está pensado para eso, por muy bien que vaya en carreteras lentas. Quien lo intente, puede acabar con los discos hechos un ocho.

En el CL 600 he podido probar detenidamente el programador de velocidad adaptativo, y me ha parecido poco útil y no siempre eficaz (más comentarios acerca de este dispositivo).