El Jeep Hurricane es un prototipo posiblemente irrealizable, pero con algunas ideas mecánicas interesantes.
Está hecho para que tenga una capacidad para circular por terreno agreste como ningún otro todo terreno. Para eso tiene cuatro ruedas motrices y directrices, un sistema de tracción dividido en dos (uno para cada lado del coche) y una suspensión con un recorrido de rueda muy grande. También tiene dos motores.
Lo más llamativo de este prototipo es que tiene dos árboles de transmisión, uno para las ruedas de la derecha y el otro para las de la izquierda. La fuerza de cada motor converge en un diferencial central. Ese diferencial no divide la fuerza entre las ruedas delanteras y traseras (como ocurre en cualquier coche de tracción total), sino que lo hace entre las del lado izquierdo y las del derecho.
Por tanto, en lugar de un diferencial delantero y uno trasero, hay uno derecho y uno izquierdo. Cada uno de los diferenciales laterales tiene dos semiejes, uno para la rueda delantera y otro para la trasera. Este sistema es mecánico, no electrónico.
Una ventaja adicional de este sistema es que, cuando hay una cierta diferencia de giro entre el semieje delantero y el trasero (ambos del mismo lado), en una de las dos ruedas no se produce una cierta fuerza hacia arriba. Eso ocurre en el diferencial normal de un eje, si hay una diferencia de giro entre sus semiejes.
También mecánicamente es posible que las ruedas de un lado hagan fuerza en un sentido, y las del otro en el sentido inverso, como ocurre en los vehículos propulsados por orugas o en los que no tienen dirección.
Esta posibilidad se utiliza conjuntamente con la dirección en las cuatro ruedas para que el coche gire sobre su propio eje (imagen). La dirección hace que las ruedas delanteras tomen una alineación convergente en el sentido de la marcha, y las traseras divergente. De esa forma la rueda queda en una posición casi tangente a la circunferencia que describen cuando el coche gira sobre sí mismo.
La dirección también puede hacer que todas las ruedas doblen en el mismo sentido. En tal caso, el coche se mueve oblicuamente con relación a la dirección que llevaba.
Además de las capacidades que le dan la dirección en las cuatro ruedas y este tipo de tracción total, el resultado en todo terreno sería bueno porque la altura libre sobre el suelo es 363 mm, cuando un todo terreno normal tiene unos 200 mm. Los ángulos de ataque y salida también son extraordinarios: 64,0º y 86,7º, respectivamente. Es decir, marcha atrás puede encarar una pared prácticamente vertical.
Las ruedas tienen 508 mm de recorrido entre topes, mucho más que cualquier todo terreno. La suspensión es independiente en los dos ejes, por paralelogramo deformable con triángulos superpuestos. Los muelles son helicoidales y los amortiguadores tienen depósitos de aceite separados.
Lleva dos motores V8 de 5,7 l de cilindrada. Entre los dos pueden dar 670 CV de potencia y 1.003 Nm de par.
Cada motor tiene un sistema de desconexión de cilindros e incluso se pueden detener independientemente. De esta manera, el coche puede funcionar con cuatro, ocho, doce o dieciséis cilindros.
La caja de cambios es automática de cinco velocidades. Dentro de la caja de transferencia hay dos reductoras, una de 2 a 1 (lo normal en un todo terreno) y otra de 4 a 1.
Otra peculiaridad de este prototipo es que tiene los frenos en los semiejes de transmisión, a la salida del diferencial, como tenían anteriormente algunos coches de tracción trasera. Lo singular del Hurricane es que, como los semiejes no son perpendiculares a la dirección de la marcha sino paralelos, el eje de los discos también es paralelo (están cruzados con relación a unos discos normales).
Es un coche relativamente corto de longitud pero muy largo de batalla (tabla de dimensiones); los motores están en posición central delantera y central trasera. La carrocería está hecha de fibra de carbono.
Si tenemos en cuenta que tiene dos motores V8 y un sistema de transmisión doblado, el peso no es muy alto: 1.746 kg.