Ford Grand C-MAX (2011) | Impresiones del interior

01/02/2013 |Enrique Calle

Las puertas deslizantes del Grand C-MAX tienen ventajas frente a unas normales. La mayor ventaja es que no necesitan mucho espacio lateral para abrirse (aproximadamente sobresalen unos 30 cm del contorno de la carrocería) y cuando se abren dejan un hueco de acceso grande y despejado.

Un inconveniente es que sólo se quedan enclavadas cuando están completamente abiertas. Si se dejan a medio abrir en cualquiera de sus puntos intermedios, se «caen» si el coche se encuentra en pendiente. Ford no ofrece la posibilidad de que vayan accionadas con un motor eléctrico. En otros vehículos donde sí es posible esta opción se puede frenar su movimiento en cualquier punto intermedio del recorrido.

Segunda fila de asientos

El Grand C-MAX me parece muy adecuado para transportar frecuentemente a dos ocupantes en la segunda fila de asientos. No es especialmente apropiado para tres porque la distancia entre puertas a la altura de los hombros es más bien reducida. Es 3 cm más ancho en esa medición que el C-MAX, pero no es una diferencia determinante.

Otra razón por la que no es especialmente adecuado para transportar a tres adultos es que la plaza central es más estrecha (imagen) e incómoda que las dos. Un Volkswagen Touran, un Citroën C4 Grand Picasso un Renault Grand Scénic tienen estas tres plazas del mismo tamaño. También hay monovolúmenes con una plaza central peor que la del Grand C-MAX, aunque son los que menos, como por ejemplo el Mazda 5.


Si no se tiene pensado utilizar esa plaza central es posible recogerla de tal modo que no ocupe sitio. Esta operación se realiza mediante un proceso similar al del Mazda5: la banqueta y el respaldo de esa plaza central se guardan debajo de los otros dos asientos. El proceso es rápido. Al eliminar esa plaza aumenta la sensación de desahogo de los ocupantes de las otras dos y se crea una especie de pasillo (imagen) para acceder a las plazas traseras. Lo que no es posible hacer cuando se ha eliminado la plaza central, es alejar las dos laterales de las puertas (sí se puede hacer en el C-MAX).

Los tres asientos de la segunda fila se pueden deslizar 15 cm sobre un carril (función que viene bien para aumentar el espacio para las piernas de los ocupantes de las dos pequeñas plazas traseras adicionales). También es posible regular la inclinación del respaldo de cada una de las plazas de la segunda fila y plegar cada una de forma independiente para aumentar el espacio de carga.

Ford ha conseguido que todo el proceso de plegado se haga en pocos pasos y de forma rápida, pero algunas palancas van duras y para mover los asientos hay que hacer una cantidad de fuerza que algunas personas consideran excesiva.

En la segunda fila de asientos hay pocos sitios para guardar objetos. En las puertas sólo hay  unos pequeños receptáculos para transportar, si acaso, envases de bebida pero no valen para llevar un mapa de carreteras, por ejemplo. Tampoco es posible guardar objetos en el piso (donde los ocupantes ponen los pies) cosa que sí es posible hacer en, por ejemplo, un Renault Grand Scénic.

Tercera fila de asientos

Las últimas dos plazas (imagen) pueden ser suficientes para una persona de hasta 1,75 m. El tiempo en el que se puede viajar cómodamente en estas plazas es inferior que en cualquiera de las otras dos filas de asientos. El principal problema para viajar ahí es que las banquetas quedan muy cerca del suelo, lo que obliga a los ocupantes a llevar las piernas muy altas respecto al pecho. Tampoco hay mucho espacio para las piernas, aunque se puede solucionar adelantando un poco los asientos de la fila anterior (que es posible hacerlo hasta 15 cm).

Las diferencias de espacio y comodidad entre la última fila de asientos del Grand C-MAX y los vehículos de tamaño similar no es grande. Para encontrar monovolumenes con siete plazas confortables para viajes largos hay que buscar modelos mucho más grandes, como un SEAT Alhambra o un KIA Carnival.


En el Grand C-MAX el acceso y salida de la última fila no está perfectamente resuelto. El problema es que aunque las puertas correderas dejan un hueco amplio, justo por donde pasa el cuerpo la carrocería tiene una protuberancia que dificulta la maniobra (en esta fotografía, se puede apreciar un poco ese saliente en la carrocería).

Maletero

Con las siete plazas en posición de servicio, en el maletero que queda apenas cabe una bolsa de deporte de tamaño mediano (imagen) pues su profundidad es de sólo 26 cm. Con cinco plazas en posición de servicio la profundidad del maletero es de entre 95 y 110 cm, en función de la posición de los asientos de la segunda fila.

Para aumentar más el espacio de carga, se pueden plegar por completo los asientos de la segunda y tercera fila (imagen). Cuando están abatidos, los huecos que quedan entre ellos se salvan con unas tablillas que los cubren hasta formar una superficie de carga casi plana. Digo «casi» porque la parte del maletero más próxima al portón queda en ligera pendiente. Por esa razón, si se transporta algo que rueda con facilidad es muy posible que se caiga al abrir el maletero.

He echado en falta un sitio para guardar la cortinilla que cubre el maletero cuando no se usa. El Grand C-MAX lleva de serie un kit de reparación de pinchazos. Opcionalmente puede llevar una rueda de repuesto de emergencia, pero no es posible una del mismo tamaño que las otras cuatro.

Puesto de conducción

El puesto de conducción del Grand C-MAX me ha parecido prácticamente idéntico al del C-MAX. El conductor puede regular su asiento para que vaya relativamente cerca del suelo para lo que es normal en este tipo de coches. Aunque se puede ir más bien cerca de la carretera (más que en un Renault Grand Scénic), como los pedales quedan cerca del asiento, el conductor lleva las rodillas con una flexión próxima a 90º. En un Mercedes-Benz Clase B ocurre todo lo contrario; el asiento va más lejos de la carretera pero se va con las piernas mucho más estiradas porque los pedales quedan más lejos.

Los asientos delanteros son muy buenos porque recogen perfectamente el cuerpo y son cómodos para hacer largos desplazamientos. Esta sensación la hemos tenido tanto los que llevan las versiones «Trend» como «Titanium».

La visibilidad en todas las direcciones es muy buena. Los montantes, a pesar de ser gruesos, no restan mucha visibilidad en los giros más cerrados (a diferencia de lo que ocurre en muchos coches de este tipo). También se ve relativamente bien hacia detrás y en tres cuartos trasero.

En función del equipamiento la consola puede ser de dos tipos. Esta es la de serie y esta la opcional. Desde el punto de vista del manejo la primera es más sencilla de utilizar porque tiene los botones ordenados de una manera más lógica. La segunda es más vistosa.

En los dos modelos el volante está repleto de botones (imagen), pero bien ordenados para que se puedan manejar con facilidad. Con los mandos que hay sobre el brazo izquierdo se consulta y maneja la información que da la pantalla que hay detrás del volante. Desde el grupo de mandos que hay sobre el brazo derecho es posible acceder a las funciones que muestra la pantalla de la consola. Por ejemplo, se puede introducir una dirección en el navegador o hacer una llamada telefónica.

La pantalla de la consola del Grand C-MAX es de reducidas dimensiones (5") dado lo que viene siendo habitual hoy en día. Quizá se insuficiente para consultar con facilidad la información que ofrece el sistema de navegación. Ford dice que durante 2011 introducirá una de mayores dimensiones.