Una consulta en nuestra base de datos muestra que sólo hay tres coches con el tamaño y la potencia del Panda 1.2 que cuesten menos que él: el Daewoo Matiz 1.0 SE, Hyundai Atos Prime 1.1 GLS y el Peugeot 106 3p Max 1.1.
Hay también algunos coches algo más costosos que el Panda y con características similares, como el Opel Agila Essentia 1.0 12V o el Renault Twingo 1.2 Authentique.
Todos los modelos citados llevan mucho tiempo en el mercado y no están a su altura en equipamiento de seguridad y confort. Si consideramos otras variables, como la relación entre tamaño y espacio, la funcionalidad, la relación entre prestaciones y consumo, o la seguridad activa, el Panda también es el mejor o uno de los mejores.
En consecuencia, me parece el coche más recomendable salvo para quien valore especialmente el menor tamaño del Matiz o del Twingo, las mejores prestaciones y estabilidad del 106, o el mayor espacio interior de un Agila.
Como, de momento, la versión 1.1 del Panda no puede tener aire acondicionado, creo que este 1.2 es el mínimo recomendable. En un coche con tanto cristal es incómodo ir sin aire acondicionado, bien por el calor o bien por la humedad (que los empaña).
Tiene de serie muchos elementos que no son ni opcionales en la mayoría de sus competidores, como el ordenador, el alumbrado de acompañamiento y varias funciones programables. También tiene opcionalmente elementos propios de coches de más tamaño y precio, como el control de estabilidad o los airbags de cabeza.
Además de su equipamiento de serie y opcional, el Panda se distingue porque es más silencioso que otros coches de este tipo, porque es muy maniobrable (principalmente a causa de su dirección muy suave) y porque tiene buena visibilidad.
No cabe esperar buenas prestaciones de su motor de 60 CV en términos absolutos, aunque en términos relativos no es peor que otros coches de este tipo. Tampoco es particularmente bueno el consumo, que resulta semejante al de utiltarios con un motor más potente.
Sí se distingue de otros coches de su tamaño y potencia porque resulta silencioso, en ciudad o en carretera.
La suspensión hace de él un coche cómodo, pero algunos conductores pueden encontrarla demasiado blanda en carretera.
El control de estabilidad hace que tenga una seguridad activa superior a la de los modelos que no lo pueden llevar. En esta versión es opcional y cuesta 400 €.
Lo peor del Panda es la calidad de acabado. No es que sea inferior a la de otros coches de su precio (de hecho, es mejor que la de algunos), pero no está al nivel de otras cualidades del coche ni de otros Fiat modernos. Como ocurre en casi todos los coches de este precio, los materiales son bastos y el ajuste no es tan bueno como el de coches más caros.
Entre los coches de su tamaño hay algunos de cinco puertas y con una altura semejante a la del Panda, como el Opel Agila o el Hyundai Atos Prime. También hay otros que solo pueden tener tres puertas y son más bajos, como el Citroën C2 o el Ford Ka.