BMW X7 (2019) | Impresiones de conducción

23/08/2019 |Enrique Calle (@QuiqueCalle)

El BMW X7 es un buen coche para hacer viajes muy largos por vías amplias, porque se siente muy poco el paso de los kilómetros. La suspensión es blanda y mantiene los ocupantes muy al margen del estado del piso.

Es uno de los coches más silenciosos que he conducido. A veces, uno no tiene muy claro si va a 80 o a 140 km/h, salvo si mira la instrumentación. En dos ocasiones me ha ocurrido que, circulando por la ciudad y, con la radio a una cuarta parte de su volumen, apenas oía las sirenas de las ambulancias hasta que estaban muy cerca. Tanto el parabrisas como los cristales laterales de serie tienen la denominación de «acústicos» (en otros modelos de BMW son parte del equipamiento opcional), por lo que ayudan a reducir el ruido que proviene del exterior.

Me ha llamado la atención la facilidad que el X7 tiene para ganar velocidad en las cuestas abajo, aun cuando no se pisa el acelerador. Eso se debe, al menos en parte, a su elevada masa (con el motor Diesel de 265 caballos pesa 2445 kg sin opciones) y relativa buena aerodinámica.

El X7 luce mucho más en las vías amplias que en las lentas. El conductor del X7 advierte con mayor claridad que va a los mandos de un coche grande y pesado, a medida que las carreteras se estrechan y el trazado se retuerce.

Eso no significa que no se pueda ir deprisa. En absoluto. Si se conduce bien, anticipando el giro lo necesario para que el coche se apoye bien en las curvas, es perfectamente posible circular a gran velocidad con gran sensación de control. El peso se nota, por ejemplo, cuando hay que hacer alguna correción más o menos brusca, pues al X7 le cuesta un poco cambiar de trayectoria.

Si se selecciona el modo más duro de la suspensión neumática, los movimientos de la carrocería son más cortos y rápidos. La denominación «Sport» puede llevar a la confusión porque no reduce la comodidad de marcha de forma dramática. De hecho, es fácil olvidar que se lleva activada. En opción hay unas barras estabilizadoras activas que no he probado, pero quizá ayuden a dar al vehículo un punto extra de agilidad y precisión. También hay disponible un diferencial autoblocante M Sport, de serie en la versión M50d y opcional en la xDrive40i.

La suspensión neumática es de serie. Tiene varias funciones, como cambiar la dureza de la amortiguación y variar la distancia de la carrocería al suelo en hasta 80 mm (el valor máximo de altura libre al suelo 221 mm). Por ejemplo, si se va a transitar por una zona sin asfaltar, el conductor puede elevar a voluntad la carrocería hasta 40 mm en dos etapas. También es posible bajar la suspensión 40 mm (que no cambia mucho las cosas) para facilitar el acceso de personas con poca movilidad o la tarea de introducir y sacar objetos del maletero (imagen del X7 con la suspensión elevada y rebajada al máximo e imagen del mando que permite variar la altura de la carrocería). Esta operación también se puede realizar desde el mando a distancia, que como en otros BMW recientes, dispone de una pantalla táctil que permite realizar varias funciones (más información en el apartado de algunos elementos de equipamiento del BMW Serie 7). Adicionalmente, la altura de la carrocería se reduce automáticamente en 20 mm al seleccionar el modo de conducción Sport o al sobrepasar la velocidad de 138 km/h.

Es posible que el X7 xDrive30d de 265 caballos sea la alternativa más interesante de la gama por su relación entre consumo y prestaciones. No acelera mucho desde parado, pero sí gana velocidad con soltura cuando ya se circula deprisa. Según nuestras mediciones ha necesitado 5,7 segundos para pasar de 80 a 120 km/h, que son 0,5 segundos más que un Audi Q7 Diesel de 272 CV de la gama 2015 (aun no hemos probado el nuevo: información del Audi Q7 2020) y 1,4 segundos más (un 33 %) que el BMW Serie 7 de la carrocería larga y el mismo motor de 265 CV. 

El cambio automático funciona muy bien tanto en ámbito urbano (pues permite maniobrar y avanzar con total suavidad), como en carretera (pues no le falta rapidez).

El consumo minino que he conseguido ha sido a velocidad sostenida en autopista. En concreto, en nuestro recorrido por autovía a una media de 120 km/h ha gastado 7,4 l/100 kms (está medido en el modo de conducción Eco Pro, que, entre otras cosas, puede apagar el motor en las cuestas abajo). Acercarse a este valor es imposible en un uso variado, donde el gasto medio está sobre los 10 l/100 km.

No he probado el X7 fuera de la carretera, porque no me parece un vehículo indicado para circular por vías si asfaltar, por mucho que su carrocería encuadre en la categoría «todoterreno». Sin embargo, todo los X7 (salvo la versión M50d) disponen en opción de un paquete opcional Off-Road que mejora la capacidad de avance fuera del asfalto. Con él se incluye un mando adicional en la consola central que permite elegir entre cuatro modos de funcionamiento: xSand (arena), xGravel (grava), xRocks (rocas) y xSnow (nieve). Estos modos alteran individualmente la altura libre de la carrocería, el funcionamiento del sistema de tracción total, la actuación del control de estabilidad y el nivel de respuesta del pedal del acelerador y de la transimisión. La profundidad máxima de vadeo es 50 cm.

Los frenos de serie (hay unos opcionales denominados «Frenos deportivos M») cumplen bien su cometido pues detienen al X7 en distancias razonables y mantienen buena capacidad para seguir cumpliendo su función aunque se frene de forma frecuente y más o menos intensa.