Audi e-tron (2019) - Prueba | km77.com | Impresiones del interior

24/03/2022 |Pablo David González (@PD_Gonzalez)

El habitáculo del e-tron está al nivel de cualquier otro Audi de precio semejante por presentación, tipo de materiales y la calidad de los ajustes. Su condición de vehículo eléctrico no lo hace distinto, ni mejor ni peor. Por lo tanto, es un coche que se percibe de alta calidad, tanto por los materiales de recubrimiento que quedan al alcance de los pasajeros como por la solidez con la que las diferentes piezas están encajadas.

El salpicadero tiene un diseño similar al del Audi Q7 y Q8 y se caracteriza por tener tres pantallas de gran tamaño y pocos mandos físicos. Hay una pantalla de 12,3 pulgadas (1920 por 720 píxeles) que hace de cuadro de instrumentos (imagen, imagen e imagen), otra de 10,1 pulgadas (1540 por 720 píxeles) que muestra la información del sistema de infoentretenimiento (navegación, multimedia, teléfono y ordenadores de viaje entre otros, imagen, imagen e imagen) y una tercera de 8,6 pulgadas (1280 por 660 píxeles) que se usa para manejar la climatización y algunas otras funciones (imagen).

La cantidad de equipamiento puede ser tan grande que acostumbrarse a encontrar desde donde se gestiona cada cosa requiere, sin duda, un periodo de adaptación. Para lo básico, no; pero para sacar partido a todo, es imprescindible. No obstante, es un proceso mucho más rápido e intuitivo que en un Jaguar I-PACE, que también tiene tres pantallas distribuidas de forma parecida, aunque de distinto tamaño (imagen). El Jaguar tiene además otra desventaja con respecto al Audi, y es que su sistema informático es más lento. Se observa, por ejemplo, en que tarda más en reaccionar a las pulsaciones sobre la pantalla y, en ocasiones, en que la aguja del potenciómetro de la instrumentación se mueve con poca fluidez, como con pequeños saltos.

Puede ocurrir que haya personas que acostumbradas a la sencillez otros coches, como un Tesla Model 3, les resulte abrumadora tal cantidad de pantallas y lugares a los que mirar y presionar. Y lo mismo sucede en el sentido inverso, que quien pase de un Audi e-tron a otro coche con un diseño más minimalista le cueste horrores encontrar muchas funciones y le resulte un engorro peligroso hacerlo en movimiento.

En todo caso, la disposición del Audi me parece acertada porque permite hacer determinadas acciones con rapidez y poca distracción (como un pequeño ajuste de los retrovisores, un cambio de temperatura del climatizador o mover las rejillas de ventilación) y ver mucha información al mismo tiempo (se puede ver el mapa del navegador con las indicaciones en la instrumentación, la música que se está escuchando en la pantalla central y ver los ajustes del climatizador en la inferior).

Los elementos que quizás más llaman la atención por ser únicos, al menos de momento, del e-tron son la forma del selector del cambio (imagen e imagen de este en un Q7), la iluminación de las hebillas de los cinturones de seguridad (imagen) y, sobre todo, las pantallas que hay en cada una de las puertas delanteras donde se visualizan las imágenes que captan las cámaras que hacen de espejos retrovisores (imagen). Estos retrovisores-cámara, a los que Audi se refiere como «Audi Virtual Mirrors» cuestan 1810 euros y no los recomendamos porque aportan más desventajas que ventajas (más información en las impresiones de conducción). En caso de tener los espejos retrovisores tradicionales, en vez de pantallas en las puertas hay una superficie de plástico negro y liso.

El e-tron es un coche amplio. Los asientos están a una altura parecida a la de un Q8 y no tan alta como en un Q7. Resulta muy cómodo entrar y salir del habitáculo, no sólo por la distancia al suelo, sino porque el vano de las puertas es muy grande y apenas hay que agachar la cabeza para entrar sin golpearla con el marco superior, incluso aunque la estatura de la persona sea de casi dos metros. Las regulaciones de los asientos delanteros son manuales de serie y eléctricas en opción y, en ambos casos, son extensas y facilitan encontrar la postura idónea al volante. El e-tron que hemos probado más tiempo ha sido una unidad con el nivel de equipamiento «sport», que incluye los asientos «deportivos» (imagen). Son grandes, tienen un mullido firme y recogen bien el cuerpo.

Entre los asientos delanteros hay dos huecos. El de mayor tamaño y más fácil acceso no tiene los laterales completamente cerrados, por lo que puede darse el caso de que al dar una curva algo se cuele por las aberturas (imagen). Está dividido en dos compartimentos, uno más estrecho, pensado para depositar y cargar sin cables un teléfono móvil compatible con la tecnología Qi (imagen). El otro, es más grande y tiene una tapa deslizable para que no se vea lo que hay dentro (imagen) o para hacer sitio a dos botellas (imagen). Además de estos dos compartimentos, en este espacio central hay una toma de corriente de tipo mechero de 12 voltios, dos puertos USB, una ranura para introducir una tarjeta SIM y otra para una tarjeta SD (imagen e imagen). El otro hueco central está debajo del reposabrazos y es más pequeño (imagen).

A la izquierda del volante hay una pequeña guantera (imagen) y enfrente del acompañante está la guantera tradicional con espacio de sobra para guardar en ella el manual de instrucción del vehículo, la documentación y un chaleco de alta visibilidad (imagen). Los huecos de las puertas delanteras tienen un tamaño generoso y en ellos se pueden introducir botellas de 1,5 litros (imagen).

El acceso a las plazas posteriores es bueno, mejor que en un Jaguar I-PACE porque el hueco que despejan las puertas al abrirlas es mayor. Dentro, sus ocupantes disponen de más espacio que en el Jaguar, en todas las direcciones: hay más espacio para las piernas, más anchura entre puertas y más distancia entre la banqueta y el techo. Una persona de 1,85 metros de estatura se puede sentar detrás de otra de la misma altura con total confort. Además, la banqueta y el respaldo del Audi son más cómodos. En esta tabla comparativa se pueden ver nuestras mediciones enfrentadas con las del Jaguar I-PACE.

La anchura entre puertas es suficiente para que quepan tres adultos de talla media con relativo confort. Que quepa uno entre dos sillitas infantiles dependerá del tamaño de las sillas. La plaza central es incómoda porque el mullido es duro y se va sentado más alto que las plazas laterales. En esta fila hay salidas de aire en los pilares centrales y también al final de la consola central (además de las habituales para los pies), mandos para el climatizador (si está equipado con el de cuatro zonas, imagen), dos tomas USB y una de 12 voltios. Los huecos de las puertas son amplios y los respaldos delanteros tienen redes para poder dejar ahí algún objeto pequeño o una revista, por ejemplo (imagen).

El maletero tiene 600 litros de capacidad (imagen), prácticamente lo mismo que el del Q8 (605 l), 95 más que el del I-PACE y 100 más que el del Mercedes-Benz EQC. Es muy profundo (103 cm en el lugar que menos lo es) y no muy alto (45 cm). Está perfectamente enmoquetado e iluminado a ambos lados con sendas tiras de ledes. Hay ganchos (dos), redes y argollas (cuatro) para sujetar la carga. También hay una toma de 12 voltios (imagen). El equipaje va oculto bajo una cortina enrollable que, a diferencia de otros Audi, no se desplaza automáticamente por unas guías, sino que hay que acompañar con la mano (no hay posibilidad de que sea eléctrica). Bajo el piso, que no se puede colocar a distintas alturas, hay un espacio donde cabe una rueda de emergencia y algún bulto (imagen). El portón está motorizado desde la versión menos costosa.

El respaldo de la fila posterior está dividido en tres partes, en una proporción 40:20:40, cada una de ellas abatible individualmente (imagen e imagen). Para abatirlas se pueden utilizar las palancas que hay a cada lado del maletero (imagen e imagen), o bien, recurriendo a los pulsadores situados en la parte superior de los mismos respaldos (imagen). Una vez abatidos, los respaldos forman una superficie continua con el piso del maletero, si bien no perfectamente horizontal (imagen). En el techo hay unos anclajes para colocar una red de separación de carga. Hay cuatro de estos anclajes, dos para colocar la red justo por detrás de la fila delantera y otros dos para hacerlo por detrás de la fila trasera.

Bajo el capó delantero está uno de los motores eléctrico y otro espacio para dejar cosas. Es pequeño, de 60 litros de capacidad, pero resulta útil para dejar ahí el cargador y los cables (imagen). Tiene una tapa de plástico que se siente algo endeble cuando se maneja (imagen).