El motor Diesel de 116 caballos es el más ruidoso de todos en circulación urbana y con el que resulta más difícil salir desde parado (para hacerlo con agilidad hay que hacer patinar el embrague más de lo normal). Fuera de entornos urbanos nos ha gustado más porque responde de forma inmediata y suficientemente intensa al acelerador y gasta poco carburante. El gasolina de 116 caballos también da buenas prestaciones, pero quizá su empuje en carretera no sea tan contundente ni inmediato como el del Diesel. A cambio es más agradable en ciudad porque inicia la marcha con más agilidad y es menos ruidoso.
Durante la presentación del Q2 hicimos el mismo recorrido con las dos versiones. Este transcurría por vías secundarias, tenía varias pendientes grandes y varios pasos por poblaciones. El ritmo de marcha ha sido similar. El Diesel de 116 caballos consumió, según el ordenador de viaje, 6,4 l/100 km y el gasolina de la misma potencia, 7,4 l/100 km. Por lo tanto, el de gasolina puede ser más adecuado para quien suela circular por la ciudad; el Diesel puede ser mejor opción para quien use principalmente el coche fuera de la ciudad y haga suficientes kilómetros para compensar su mayor precio. No nos parecen buenas opciones para transportar habitualmente a tres o más ocupantes, porque su respuesta, especialmente en áreas con desniveles, es algo escasa.
El motor de gasolina de 1,4 litros y 150 caballos es excelente por el silencio y la suavidad con que funciona y por la presteza con que responde a cada solicitud de aceleración. Lo hemos probado en una versión con tracción delantera. Con este motor la conducción es placentera ya se viaje a ritmo relajado como veloz. No hemos probado el gasolina de 190 caballos, pero creemos que el de 150 satisfará a la mayor parte de los clientes que busquen buena capacidad de aceleración y el tacto de un buen motor de gasolina. No habrá muchas ocasiones donde haga falta la aceleración extra que da el más potente.
El Q2 con este motor, es el coche con este tipo de carrocería (de menos de 4,30 m) más rápido que hemos probado, pero también es el más potente (tabla comparativa de aceleración, recuperación y frenada). Comparado con los que tienen carrocería de turismo y potencia parecida, también es rápido: un Opel Astra Sports Tourer de 150 CV, acelera de 80 a 120 km/h en 6,5 s, frente a los 6,0 del Q2.
En nuestra prueba de consumo —un recorrido de 143,3 km por autovía, con desniveles grandes, conduciendo con suavidad y buscando una media real de 120 km/h— el Q2 1.4 TFSI CoD 140 S tronic ha gastado 7,3 l/100 km, que es un valor normal tirando a bajo. Un Ford Kuga, que es un modelo más grande y pesado pero el único todoterreno de gasolina con la misma potencia del que tenemos mediciones, gastó 9,9 l/100 km.
El Diesel de 190 caballos está asociado exclusivamente al cambio automático de doble embrague y siete relaciones y a la tracción a las cuatro ruedas. Su funcionamiento es más silencioso que el del Diesel de 116 caballos y su empuje, mucho más contundente. A diferencia del SEAT Ateca (que es un poco más grande y pesado), en el Q2 esta combinación de motor y cambio es satisfactoria por la elección de los desarrollos, que son notablemente más cortos en las marchas más largas y que no le restan agilidad en trayectos con fuertes pendientes (ficha comparativa).
El cambio automático es de doble embrague. No hay peros que ponerle por su rapidez pero sí se echa en falta un funcionamiento más suave en algunas ocasiones, principalmente al maniobrar a muy baja velocidad. En esta situación, no es dificil mover el coche a tirones, con poca fluidez. Además, nos ha dado la sensación, en todas las versiones que hemos conducido, de que el acelerador tiene una calibración poco precisa. Es difícil modular la aceleración porque da muy poca respuesta en la primera mitad de recorrido y mucha respuesta en la segunda mitad. Esta imprecisión se agrava si se emplea el modo de conducción Efficiency y apenas mejora si se usa el modo Sport. De esta forma, es habitual verse dando acelerones en situaciones en las que se quiere acelerar con suavidad y quedándose rezagado en momentos que se requiere algo de viveza. Es de suponer que con algo más de tiempo, se le acabe de coger el tranquillo.
La estructura de la suspensión trasera puede ser de dos tipos. En las versiones de tracción delantera, es de ruedas tiradas unidas por eje de torsión. En las versiones con tracción total, es de paralelogramo deformable (imagen). Hemos conducido el Audi Q2 con ambas combinaciones a un ritmo suave —no lento— y no hemos apreciado ninguna diferencia significativa de reacciones o tacto de conducción. Con cualquiera de las dos, los amortiguadores pueden ser de dureza fija o de dureza variable. Con ambas el Q2 es un coche confortable. Los amortiguadores de dureza variable permiten elegir entre un ajuste más confortable del que se consigue con los normales y uno más duro, según convenga en cada caso.
La conducción del Audi Q2 es parecida a la de un turismo normal como puede ser un Audi A3 con la suspensión de serie porque responde con inmediatez a los movimientos del volante y con poco balancero de la carrocería. Sí hay diferencia en una conducción rápida por curvas, pero no en el resto de las circunstancias. La suspensión da un nivel de confort muy parecido y el aislamiento acústico es muy bueno, especialmente de los ruidos aerodinámicos y de rodadura.
Ante una maniobra de emergencia, como la que realizamos en la prueba de esquiva, el Q2 no tiene reacciones bruscas. El control de estabilidad actúa pronto y de manera contundente, frenando mucho el coche. Así se evita un posible deslizamiento incontrolado y también hace que retornar al carril inicial sea un proceso lento.
Como en otros modelos de Audi, el Q2 puede tener el sistema «drive select», con el que el conductor puede elegir entre varios modos de conducción predefinidos y uno personalizable. Este sistema modifica el funcionamiento de la dirección, del cambio automático y de la suspensión adaptativa (si la tiene instalada). Además, cuenta con un modo específico para circular por vías no asfaltadas —off-road— que cambia el funcionamiento del control de tracción. En las versiones con cambio automático existe un modo de conducción Efficiency que permite el avance por inercia.
La carrocería del Q2 deja 147 mm de altura libre al suelo. Es escasa para aventurarse por pistas que no sean poco más que un camino en buen estado. De hecho, según nos han informado en Audi, un A3 tiene más altura (160 mm).
Los faros de ledes opcionales dan un resultado excelente en conducción durante la noche y con condiciones adversas (lluvia intensa) porque producen un haz de luz muy potente y uniforme.