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BMW i3 94 Ah. De Bilbao a Madrid. Placentero paseo de Valladolid a Madrid con aire acondicionado.

(Este relato de un viaje en coche eléctrico entre Madrid y Madrid pasando por Bilbao, proviene de aquí)

El recorrido de Valladolid a Madrid en un BMW i3 94 Ah es más lento que en un coche de gasolina, pero tan placentero o más porque no haces ruido, o porque haces menos ruido y porque al llegar al atasco de entrada en Madrid  consumes muy poco, tu coche no hace nada de ruido y no contaminas el aire.

Salgo de Valladolid a 700 metros de altitud según el BMW i3, casi exactamente los mismos que marca a la salida del garaje de mi casa. Por tanto, el desnivel total es nulo. Voy a ir por carretera. Pasaré por el puerto de los Leones, que no sé exactamente a qué altura está, pero me suena que sobre 1400 metros de altitud. Por la distancia a la que está desde Valladolid no me preocupa esa subida por carretera, porque puedo ir muy despacio y una vez coronado el puerto apenas necesitaré energía para bajar y para llegar hasta Galapagar (si tengo autonomía escasa) o hasta Madrid si voy sobrado.

El navegador del coche muestra los kilómetros y el horario de viaje.

Desde mi asiento del conductor me despido con una foto del poste de carga que con una potencia de 10 kW me deja salir hacia casa tras dos horas de carga.

 

Según el coche, en modo Eco Pro, el que voy a utilizar durante el viaje, sólo tengo 181 kilómetros de autonomía. Yo sé que serán más, salvo por la incertidumbre de cuánto gastaré subiendo el Puerto de los Leones.

 

Pongo todos los parámetros a cero. En modo Eco Pro+ marca 205 kilómetros de autonomía. Sé que en en modo Eco Pro puedo gastar lo mismo que en modo Eco Pro+. Llegar a Madrid me parece factible. Jesús González me recomienda que vaya por Olmedo, de cuya carretera de salida me separa sólo una manzana de naves industriales. En la primera foto del navegador se aprecia esta circunstancia.

Voy en Modo Eco Pro, por carretera nacional con una velocidad de crucero de 90 km/h. ¿Para qué utilizar el Modo Eco Pro si llevo la misma velocidad que con el modo Eco Pro+? Porque el modo Eco Pro me permite conectar el sistema automático de control de velocidad de crucero y así puedo despreocuparme del acelerador. Y, además, porque puedo conectar el aire acondicionado. Jesús González, cuando me ha llevado a comer, llevaba el aire acondicionado instalado en su BYD. Me ha sorprendido. Tan acostumbrado estaba yo a viajar sin aire acondicionado ni calefacción que me ha chocado ir en un coche eléctrico tan fresquito con el calorazo de ese día. No soy preciso porque el BMW i3 94 Ah no tiene indicador de la temperatura exterior. (Falso. Sí tiene termómetro de temperatura exterior. No fui capaz de encontrarlo en ese momento, pero sí lo tiene. Gracias, Fernando, por la corrección) Pero este lunes día 8 de mayo hace muchísimo calor en Valladolid. El aire acondicionado me va a venir muy bien.

El consumo es alto. Cerca de los 14 kWh cada 100 kilómetros, por un terreno que parece llano, pero que va subiendo. En estas condiciones de tráfico y orografía, no creo que el sistema de control de crucero automático penalice el consumo, pero algo seguro que penaliza. El aire acondicionado lo llevo a 23 grados.

En Olmedo, tras un recorrido de 40 kilómetros he subido 80 metros. Dos metros de desnivel por kilómetro. Entre Bilbao y Madrid, de media, hay menos desnivel. Parece llano, pero sube.

A este ritmo y con el aire acondicionado puesto no consigo ganarle kilómetros a la autonomía prevista en la salida. Tras 17,6 kilómetros recorridos (tres fotos más arriba) la suma entre el recorrido ya realizado y la autonomía prevista da un resultado de 180,6 kilómetros y a los 54 kilómetros (foto de abajo) ambas cifras suman 185. En los dos casos muy cerca de los 181 kilómetros de autonomía que anunciaba el coche antes de salir.

Mantengo la velocidad y el fresquito y el consumo se incrementa. Los primeros kilómetros, a la salida de Valladolid había tráfico, e iba más despacio. Por ese motivo aumenta la velocidad media y también la cifra de consumo. Además, el desnivel aumenta paulatinamente.

Unos 70 kilómetros después de salir vamos por 880 metros de altitud. Hemos pasado de 80 metros en 40 kilómetros a 100 metros en sólo 30 kilómetros. El consumo lo nota.

No hay duda, para nosotros carretera nacional.

 

Ochentayocho kilómetros después de salir las pendientes largas se hacen presentes y el consumo lo acusa.

A medida que avanzo, las pendientes se agudizan. A menos de 50 km/h el consumo instantáneo es de 48,4 kWh/100 km. Ya no voy con el sistema automático de control de velocidad. Estoy a una altitud de 1110 metros. En los últimos 35 kilómetros hemos subido 230 metros. En esta foto se ve el botón del aire acondicionado conectado, la temperatura interior a 23 grados y la velocidad del ventilador en tres puntos. Como un rey. A partir de este momento, la velocidad media decrece y el consumo aumenta. Me quedan 25 kilómetros hasta la cima del Puerto de los Leones. Son las 17:34 minutos de la tarde.

A las 17:59 corono el Puerto de los Leones. 25 minutos para recorrer los últimos 25 kilómetros. Desde Villacastín hasta el Alto del León he ido a una media de 60 km/h. El consumo ha subido hasta 14,8 kWh/100 km a pesar de la reducción de velocidad.

 

Con todo, las cifras globales me parecen magníficas. Con un desnivel de 800 metros en sólo 130 kilómetros, con un promedio de 80 km/h y el aire acondicionado puesto el consumo ha sido inferior a 15 kWh cada cien kilómetros.

Hasta el Alto del León llevo recorridos 130 kilómetros y me quedan 63 de autonomía. Poco a poco he ido ganando autonomía al calculador del coche a pesar de las condiciones adversas. Ahora suma 193 kilómetros y desde aquí hasta mi destino sólo quedan 56 kilómetros y un desnivel de 800 metros favorable a mis intereses. Empiezo el descenso y sigo fresquito con mi aire acondicionado puesto.

 

Todo va bien hasta que 45 kilómetros después del Alto de los Leones llega el atasco a la entrada de Madrid. El consumo ha bajado hasta 12,6 kWh/100 km y la velocidad media ha vuelto a situarse por encima de 80 km/h. Ya estaba llegando a casa después de casi mil kilómetros en un fin de semana en coche eléctrico entre viaje y el rally que he corrido en Bilbao. Pero el atasco a la entrada de Madrid me retrasa un poco más.

 

Un atasco muy tupido.

 

A la siete y siete minutos de la tarde llego a mi destino. La gasolinera en la que entro para lavar el coche con chorro a presión para ver si consigo sacarle todos los adhesivos. El atasco ha matado mi velocidad promedio y también me ha fastidiado el consumo. Sin atasco, por bajada, quizá hubiera llegado a los 12,0 kWh/100 kilómetros.

He recorrido 191 kilómetros en esta última etapa y todavía me quedan 49 kilómetros de autonomía. Suficiente como para empezar con mi próxima aventura en coche eléctrico. Llegará y llegará pronto.

 

Aquí termina este relato de un viaje Madrid-BilbaoMadrid en coche eléctrico que empezaba aquí.

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