Capítulo IV. Jaén

La historia es la historia de las herramientas

La evolución de las sociedades siempre ha ido en paralelo a la evolución de sus herramientas. Es curioso que cuando hablamos del paleolítico y del neolítico hablamos casi exclusivamente de sus herramientas. Quizá exagero, pero creo que no.

Sin embargo, al adentrarnos en la época moderna, hablamos de reyes, de guerras, de fechas, de organización social y las herramientas se quedan a un lado. Sorprendentemente, hay toda una cultura que habla constantemente de las herramientas de la guerra. Las armas. Por las armas, por su evolución, sus cambios y perfeccionamientos sí parecen integradas en el material didáctico histórico y, sin embargo, a las herramientas de producción y de transporte se les presta poca atención.

Más almazaras y menos armaduras, más carros de transporte y menos cañones, más molinos y menos lanzas.

En Mengíbar, Eulogio Calleja, extremeño de nacimiento, dedicó buena parte del tiempo de su jubilación a estudiar la historia de las herramientas que han servido históricamente para producir aceite. No sólo las estudió, sino que las reprodujo en miniatura y ahora están expuestas en una sala de un edificio municipal.

Mengíbar. Exposición de Eulogio Calleja. Maqueta de una almazara romana

Eulogio Calleja, amor por el conocimiento

Me duele que Eulogio Calleja haya muerto en la primera mitad de este año 2021, porque si llega a estar vivo busco su casa y lo saco a hombros. Qué trabajo maravilloso ha realizado este hombre para que todos podamos conocer de forma sencilla cómo han sido históricamente los procesos de obtención del aceite.

Desconozco el rigor histórico de las reproducciones. Pero, sea cómo sea, el trabajo de Eulogio Calleja es de un valor enorme, especialmente en un Jaén que tiene poco expuestas sus herramientas históricas de capital mundial del aceite.

Eulogio Calleja merece una calle, no sólo en Mengíbar, sino en Jaén capital. Pocas personas habrán dedicado tanto esfuerzo por conocer el funcionamiento de las herramientas y habrán hecho tanto esfuerzo por reproducirlas para que todos podamos formarnos una idea de cómo se realizaba el trabajo.

Es una pena que un material tan cuidado esté escondido en una sala del ayuntamiento de Mengíbar mal iluminada y sin información en la página web. Las fotografías de estas maquetas tendrían que estar publicadas en alta resolución y su funcionamiento grabado en vídeo para regocijo y conocimiento de todos.

La historia de las herramientas es la verdadera historia. La revolución industrial no es más que una parte de la historia de las herramientas. Hay mucha más información histórica en cualquier almazara que en los Códices Matritenses. Las miniaturas de Eulogio Calleja son dignas de otorgarle un doctorado, de nombrar calles en su honor y de sacarle a hombros de su casa y mostrar públicamente qué significa el amor por el conocimiento, por el patrimonio histórico y por la patria aceiteña.

Galería de fotos – La historia es la historia de las herramientas