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Presentación Dacia Duster. Marruecos es así. Y de mil formas más.

Jaime Arruz, currante como el que más de km77.com, estuvo hace unas semanas en la presentación a los medios del Dacia Duster. Hay ocasiones en las que una presentación permite conocer algo más que un coche; los periodistas, cuando eso ocurre, somos unos privilegiados. A su regreso, le pedimos a Jaimeque se escribiese algo, si le apetecía.  Seguro que algunos de ustedes (modo peloteo on), queridos lectores (modo peloteo off) han tenido la oportunidad de viajar a esas tierras. Aprovechen los comentarios para contar alguna anécdota o detalle que les impresionase. Nuestro Golf de la prueba de larga duración también estuvo por ahí ¿recuerdan?

Primer contacto con Marruecos. Mucho más que el Dacia Duster

A mediados de abril, el Departamento de Prensa de Renault y Dacia nos convocó a la presentación del Dacia Duster en Marrakech (Marruecos). Iba a ser mi primer viaje a tierras marroquíes, así que recibí el encargo de acudir a la convocatoria con muchas ganas.
Había oído hablar de Marruecos, de su gente, sus costumbres, sus tradiciones y su peculiar estilo de entender la seguridad vial. Además, actualmente, con programas como Españoles por el Mundo —y todas sus versiones regionales— o Callejeros Viajeros, tenía varias imágenes tópicas en la cabeza acerca de este país del Magreb. Pues bien, prácticamente todo lo que había escuchado y visto es así.

Una de las cosas que más me llamó la atención es lo delgada que resulta la línea que separa a los muy ricos de los muy pobres. Un ejemplo claro, la plaza Jamaa el Fna. En ella se reúnen comerciantes de todo tipo, restaurante de comida típica marroquí, vendedores ambulantes e innumerables tiendas. En ella, con dos minutos de diferencia, pude contemplar un Porsche Boxster con matrícula marroquí literalmente “tirado” en mitad de la plaza, sin nadie en su interior, y a un grupo de niñas, de entre 5 y 10 años, pidiendo limosna a todos los turistas.

En varias de las rutas que realizamos también pudimos comprobar cómo hay decenas de hoteles de lujo para turistas occidentales a escasos metros de viviendas semiderruidas en las que residen varias familias. Un contraste brutal.

No puedo dejar de hacer referencia a la forma de conducir de los marroquíes. Además de que para ellos un vehículo está homologado para tantos ocupantes como quepan —no es raro ver Mercedes-Benz Clase E de finales de los 70 (imagen) con 6, 7 u 8 personas en su interior o pequeñas motocicletas con 3 y 4 personas—, las normas de circulación son sólo orientativas. Adelantamientos por un carril central imaginario en carreteras de un único carril por sentido, giros e incorporaciones sin mirar, cambios de sentido en mitad de una autopista… Y pesar de todo ello, no vi ningún accidente en el día y medio que estuve en Marrakech y alrededores.

En esta primera vista a Marruecos también se me quedó grabado la variedad de olores y sabores de la cocina típica, así como los paisajes de toda la zona próxima al Atlas. Fueron sólo unas horas en el país, pero más que suficientes para saber que quiero volver. Eso sí, sabiendo de antemano que hay que llevar la precaución por bandera. Y luego dicen que el que conduce en Madrid lo puede hacer en cualquier parte….

Jaime Arruz

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