Volvo S80 (2006, 2009 y 2011) | Impresiones de conducción

26/05/2011 |Redacción km77.com

Hemos conducido el S80 D5 de 185 CV y la nueva versión D5 de 205 CV, ambos con llantas de 18". El D5 de 205 CV lo hemos probado con suspensión de serie («Chasis Confort») y con la deportiva opcional («Chasis Sport»). En los dos casos, el S80 es un coche ágil para su tamaño y con una suspensión que, aunque confortable, lo es menos que la de otros turismos de su tamaño.

La suspensión de serie del D5 del año modelo 2009 es ligeramente más cómoda que antes, no obstante sigue siéndolo menos que la de otros modelos semejantes. Por su capacidad de absorción y la fuerza con que transmite las irregularidades al interior, el S80 se encuentra en un término medio entre un BMW Serie 5 (más duro y seco) y un Mercedes-Benz Clase E.

Si la calzada tiene ondulaciones amplias, el S08 las absorbe con gran eficacia, permitiendo que la carrocería haga pequeños movimientos verticales que no perjudican el confort. Con la suspensión deportiva, se notan algo más las irregularidades de la carretera (sin llegar a ser un coche incómodo) y la carrocería queda muy bien sujeta, además, el tiene un tacto de conducción ligeramente distinto, más preciso.

Al menos con la medida de llantas y neumáticos que llevaba, unos Pirelli Pzero Rosso 245/40ZR18, el S80 va muy bien en carreteras lentas. Entra con facilidad en las curvas y, si es necesario, podemos redondear las curvas ahuecando con el coche apoyado.

En el S80 D5 de 185 CV nos sorprendió el funcionamiento del control de estabilidad. porque admite un deslizamiento de las ruedas mayor de lo normal en coches de este tipo, antes de que entre en funcionamiento.

El nuevo motor Diesel D5 de 205 CV mejora al de 185 CV en sonoridad, suavidad de funcionamiento y prestaciones. No obstante, sigue siendo mejorable en lo referente a ruido y suavidad. Aunque no tanto como antes, al ralentí, vibra y transmite esas vibraciones al interior, algo que se puede percibir en el asiento, el volante y en el salpicadero.

Si es algo ruidoso se debe al propio motor, pero también a que el aislamiento del no es perfecto; hay otros coches con un motor ruidoso en los que desde el habitáculo no se percibe con tanta nitidez el ruido. No resulta molesto, pero quizás haya gente que prefiera un coche algo más silencioso, como un Audi A6 2.7 TDI o un Peugeot 607 2.2 HDI.

Como la versión de 185 CV, la nueva de 205 CV no parece particularmente rápida teniendo en cuenta la potencia. No obstante, sus prestaciones son suficientes para mantener un ritmo de viaje a una velocidad muy alta y adelantar a otros vehículos con mucha facilidad. Además, ahora sale mejor desde parado y tiene algo más de fuerza cuando circulamos con el motor a un régimen bajo.

En general, el consumo que medimos en el D5 de 185 CV es bajo. En el recorrido por autovía gastó 8,2 l/100 km, algo menos que un Audi A6 3.0 TDI o un Jaguar S-Type 2.7d (que son más potentes). En recorridos mixtos por ciudad (con mucho tráfico) y alrededores el consumo fue inferior a 12 l/100 km. Conduciendo cuidadosamente es difícil llegar a gastar muy poco, pero también lo es gastar mucho. Cuando probemos más intensamente el de 205 CV, comprobaremos si el consumo ha disminuido (como comenta Volvo).

El cambio automático de seis marchas es lento en términos absolutos, pero suficientemente rápido y suave para un coche de este tipo. Tiene dos modos de funcionamiento, uno automático y otro en el que seleccionamos manualmente la marcha.

En el modo automático siempre usa la marcha más larga posible, por lo que en carreteras con muchas curvas o fuertes pendientes es interesante utilizarla manualmente. En este modo, pasa automáticamente a una marcha superior si el motor alcanza el régimen de giro máximo. De igual modo, si se reduce la velocidad excesivamente, el cambio baja las marchas necesarias para que el motor no se cale. Fuera de estas dos situaciones, el cambio no modifica la marcha que ha sido seleccionada por el conductor.

La dirección tiene tres niveles de asistencia (baja, media y alta). A diferencia de lo que nos ha sucedido en el Ford Focus, que también lleva este dispositivo, en el S80 sí que hay diferencia apreciable entre las selecciones (al menos entre la mayor y la menor asistencia). En ese sentido, hemos echado en falta un ajuste algo más duro, para que dé algo más de precisión a la dirección cuando circulamos a una velocidad alta.

Los frenos detienen al S80 en una distancia normal para un coche de sus características. Conduciéndolo de una forma más exigente de la habitual pero sin forzarlos de forma extrema, han aguantado bien el esfuerzo (con una persona y sin carga).

Los faros opcionales de doble xenón (para cortas y largas) iluminan la carretera satisfactoriamente. El sistema de lavafaros funciona de forma alterna, es decir, primero actúa el de un lado y luego el del otro. De este modo la disminución de la luz, al interponerse en el haz la pieza que proyecta el agua, no es tan grande.