Volkswagen Passat Variant (2015) | Impresiones de conducción

10/11/2015 |Alfonso Herrero (@alf_reguart)

A quien busque un coche que cumpla bien en todo lo relacionado con las cualidades dinámicas, el Passat Variant le agradará. Es cómodo, razonablemente ágil y no tiene reacciones bruscas que pongan en aprietos a quien lo conduce.

El Passat que hemos probado tenía la opción de la suspensión DCC que consta de unos amortiguadores cuya respuesta varía según las instrucciones de una centralita y según la selección hecha por el conductor (hay tres posibilidades, sport, normal y comfort). Creo que conviene probar el Passat sin ella porque, aunque hay una diferencia evidente entre los modos sport y normal, no la hay tanta entre la normal y la comfort. Es posible que quien no necesite esa firmeza extra, no necesite recurrir a esta suspensión que cuesta 1085 € en esta versión.

Si lo que se busca ante todo es un modelo cómodo, un Ford Mondeo lo es más por suspensión y por nivel de ruido. En la prueba del Passat berlina hay más información que es igualmente válida para esta versión familiar.

Lo que no sirve de esa prueba es lo relativo al funcionamiento del motor. El Diesel de 150 CV montado en el variant ha sido, con diferencia, más áspero en su funcionamiento. Es raro porque lo hemos probado en otros modelos de Volkswagen en los que funciona con más suavidad. En cambio, sus prestaciones y consumo sí han coincidido, con una pequeña diferencia desfavorable, a los de esa prueba. El Variant ha acelerado de 80 a 120 km/h en 8,1 s (0,6 s más) y ha gastado en nuestro recorrido comparativo  —144 km por autovía con desniveles frecuentes y haciendo una media de 120 km/h reales— 6,2 l/100 km (0,1 l/100 más), una cantidad normal que no es destable ni por alta ni por baja. No ha sido un coche rápido: un Hyundai i40 CW de 141 CV tardó 8,0 segundos y un Mazda6 Wagon, 6,6 s (que es un tiempo muy bueno para la potencia homologada). Listado comparativo de prestaciones con berlinas y familiares.

Ese consumo en la prueba por autovía no ha estado lejos del que hemos obtenido de media durante la prueba, en la que hemos hecho autovía, carretera y algo de ciudad. Haciendo un respostaje hasta que no entraba más combustible, la autonomía que indicaba el ordenador de consumo superaba los 1200 km. Por tanto, este Passat puede ser una buena opción si se viaja mucho y se prefiere disminuir las veces que hay que parar a repostar.

El cambio automático DSG me parece, como casi todos los cambios automáticos, una opción muy recomendable. Aporta confort y seguridad a la conducción, no sólo porque no haya que cambiar de marcha manualmente ni pisar un pedal de embrague, sino porque filtra un poco la aspereza del motor y hace su respuesta más homogénea. Es rápido cambiando de marchas y casi siempre suave. El momento en el que sería mejorable es el del arranque, donde no siempre desembraga con suavidad. También me parece mejorable la función de arrastre; este sistema está ideado para que el coche avance a baja velocidad sin pisar el acelerador, como ocurre en un cambio automático de convertidor de par, pero en este coche lo hace de manera impetuosa y dificulta, en ocasiones, maniobrar con precisión.

El sistema que para el motor cuando el coche se detiene actúa incluso con este frío (al menos con temperaturas no inferiores a 15 ºC). Lo detiene sin sacudidas, movimiento que sí produce cuando lo arranca. Esta puesta en marcha se produce con rapidez normal. Es un start&stop que no resulta molesto.