Volkswagen Passat 1.9 TDI 130 CV (2001) | El motor 1.9 TDI con 131 CV sigue marcando distancias

14/03/2001 |Víctor M. Fernández

Por más que el resto de los fabricantes se esfuerzan en ofrecer buenos motores turbodiésel de inyección directa no acaban de llegar al nivel de prestaciones y consumo del motor 1.9 TDi de Volkswagen, si bien las diferencias son cada vez más pequeñas. Para alcanzar sus 131 CV (comercialmente se denomina 130 CV) y 285 Nm de par, el más que conocido motor de cuatro cilindros con 1.896 cm³ y sistema bomba-inyector ha sido objeto de un buen número de modificaciones: se han reformado los orificios de los inyectores para mejorar la mezcla, se ha aumentado la resistencia de pistones, bielas, cigüeñal y bloque, la bomba de aceite tiene más capacidad y se ha variado el turbocompresor de geometría variable para conseguir un mayor flujo de aire hacia el motor. El resultado es un motor que destaca por su excelente elasticidad, enérgico tirón y contenido consumo.

Desde 1.400 rpm podemos sentir su empuje, estirando con fuerza hasta 4.700 rpm, punto en donde comienza la zona roja del cuentavueltas, si bien es capaz de llegar hasta 5.100 rpm. Su buena respuesta desde bajo régimen lo hace muy agradable de conducir y permite además utilizar las marchas más largas sin ningún problema. En autopista sorprende la facilidad con la que podemos mantener cruceros entre 140 y 180 km/h casi sin darnos cuenta. Basta comparar en nuestra tabla de mediciones la capacidad de aceleración y recuperación del Passat TDi 130 CV para darse cuenta del excelente funcionamiento de este motor.

Las cifras homologadas hablan de un menor consumo del Passat frente a sus rivales, con un consumo medio de tan sólo 5,6 litros/100 km. En nuestras mediciones, el consumo en un uso normal por carretera y ciudad ha sido de 7,1 l/100 km, mientras que el consumo máximo difícilmente puede ser mayor de 12,5 l/100 km.

Por otro lado, todo lo que tiene de bueno en prestaciones y consumo lo tiene de malo en elevada sonoridad y vibraciones. Tiene un «claqueteo» más típico de una furgoneta que de un refinado turismo. Afortunadamente, la cuidada insonorización interior filtra en buena medida su elevada sonoridad y en carretera tan sólo acaban resultando molestos los ruidos aerodinámicos que aparecen cuando circulamos a elevada velocidad.