Toyota RAV4 (2016) | Impresiones de interior

06/05/2016 |Alfonso Herrero (@alf_reguart)

Si busca un coche más alto que un turismo porque entrar y salir de estos no le resulta cómodo, el RAV4 puede ser una alternativa porque los asientos (imagen) no están especialmente alejados del exterior ni muy altos. En cualquier caso, como siempre, aconsejamos probarlo con tranquilidad en el concesionario para estar seguros de que la altura no es un inconveniente en el uso diario.

La postura de conducción es ligeramente distinta a la de un turismo ya que en el RAV4 se va sentado más erguido, aunque la diferencia no es acusada, y la amplitud de los reglajes del volante nos ha parecido suficiente para que la mayoría de conductores encuentren una posición adecuada. Toyota utiliza una palanca (la superior de las dos que aparecen en esta imagen) para liberar el bloqueo del respaldo; con este sistema es más complicado ajustar la inclinación de este que mediante una rueda que lo va haciendo paso a paso.

En el RAV4 no existe esa sensación abrumadora inicial por un exceso de mandos. Los que hay son fáciles de utilizar por su tamaño y, casi siempre, por su ubicación. Las excepciones a esto último son, por ejemplo el botón de la apertura automatizada del portón —escondido junto a la columna de la dirección (imagen)— y en el caso del híbrido, los de los distintos programas de funcionamiento del sistema híbrido —en una zona de la parte inferior de la consola que obliga a despegar la espalda del respaldo para alcanzarlos—.

Sería de agradecer que Toyota iluminase todos los mandos de los elevalunas y, especialmente, los de ajuste de los retrovisores, que están en el lateral izquierdo del salpicadero (imagen). Resulta muy incómodo tener que plegarlos en un garaje porque haya una columna, por ejemplo, en la plaza y que haya que estar palpando a ciegas esa zona hasta encontrar el botón del plegado. También me ha llamado la atención que el único elevalunas con función de un solo toque es el del conductor (en el Prius 2016 lo son todos).

La ausencia de luz en algunos mandos es una de las cosas que parece no cambiar en Toyota. En cambio, habrá gente que quizás eche en falta el reloj que había en el salpicadero. Un reloj que siempre parecía diseñado una década o dos antes que el coche pero que cumplía estupendamente su función y que era visible para al menos dos de los ocupantes. Ahora sólo el conductor puede saber la hora si la busca en los menús de la pantalla del cuadro de instrumentos.

En el volante (imagen) hay mandos para manejar el equipo de sonido, utilizar el teléfono, navegar por los menús del cuadro de instrumentos y gestionar el control de velocidad. La pantalla del sistema multimedia (imagen) se usa para eso mismo, el sistema multimedia, y también para visualizar información del histórico del consumo y el esquema de funcionamiento del sistema híbrido (que también se puede ver en el cuadro de instrumentos).

Esta pantalla es táctil y, además, tiene botones en los laterales que facilitan el acceso a las secciones principales de los menús. En general es fácil atinar con el dedo en la pantalla sobre la opción que se desea porque la zonas seleccionables son amplias. Las dos cosas que habría que mejorar son la rapidez de respuesta en algunas ocasiones y que se viese mejor cuando el sol incide sobre ella.

La dotación de tomas de corriente es normal. Hay tres tomas de 12 V (dos en la fila delantera, una para los pasajeros traseros y, por tanto, ninguna en el maletero) y una toma USB. También hay una conexión auxiliar de tipo mini-jack para el equipo de sonido.

Las plazas traseras resultarán idóneas para quien piense llevar niños pequeños en sillas que ocupan mucho espacio longitudinal: la distancia hasta los respaldos delanteros es grande (el RAV4 es uno de los mejores) y no será sencillo que un niño pueda llegar a patearlo.

El espacio entre puertas es parecido al de la mayoría se sus alternativas. El único que es claramente más ancho es el CR-V (tabla comparativa). Por la forma del asiento trasero (imagen), en el RAV4 pueden ir tres adultos. No disfrutaran de mucha comodidad pero sí irán mejor que en otros modelos en los que la zona central está abultada. Además, el piso es casi plano (hay solo un pequeño abultamiento, mínimo) y no supone un obstáculo para colocar los pies ni para pasar de un lado al otro del coche.

La colocación de una silla con ISOFIX y del niño en ella es cómoda porque no hay que agacharse pero se agradecería que la puerta trasera se abriese más. Los anclajes ISOFIX no van enmarcados en plástico pero son fáciles de encontrar para colocar la silla. Un Honda CR-V es peor en esto último pero mejor porque sus puertas traseras se abren casi noventa grados.

Si se colocan dos sillas con ISOFIX, el espacio entre ambas es insuficiente para acomodar un adulto durante un viaje. En un Hyundai Tucson y un KIA Sportage hay 4 cm más, aunque el preferible en este aspecto es el Ford Kuga, modelo que ofrece 8 cm más que el RAV4 entre medias de las dos sillas.

En la consola (imagen) es donde está la toma de 12 V para alimentar algún dispositivo electrónico pero no hay ninguna salida de ventilación (tampoco las hay en los pilares de las ventanillas). Los cristales pueden estar oscurecidos para aumentar la privacidad y, sobre todo, para reducir las molestias produce el sol en los días calurosos.

El maletero (imagen) tiene una capacidad grande para el equipaje normal de una familia de cuatro miembros. Con 547 litros, es el segundo más grande, tras el del Honda CR-V, y por delante del Volkswagen Tiguan (520 l), el Tucson (513 l), el Sportage (503 litros), el Renault Kadjar (472 l) y el Mazda CX-5 (463 l) y el Kuga (456 l). La versión menos equipada (nivel denominado Business) tiene menos capacidad de maletero (475 l) que el resto porque lleva una rueda de repuesto del mismo tipo que las otras cuatro en vez de una de menor tamaño para ser usada temporalmente.

El maletero del híbrido (imagen) es menos capaz (501 litros) porque al final del maletero, en los últimos 23 cm, hay un obstáculo. Este ocupa todo el ancho y se eleva desde unos dos centímetros sobre el piso del maletero hasta unos cinco según se aproxima a los respaldos. Esta irregularidad impide meter una maleta aprovechando toda la profundidad del maletero. O al menos, dejándola plana y su superficie descansando sobre la del piso.

El RAV4, incomprensiblemente desde mi punto de vista (y no es el único, en el CR-V ocurre igual), carece de elementos de anclaje que permitan colocar una red verticalmente para aprovechar el espacio del maletero hasta el techo y así disponer de una mayor capacidad de carga.

En cambio, tiene un sencillo sistema de dos barras y una red (imagen) que se puede colocar a modo de hamaca por encima del equipaje y que resulta útil para dejar los abrigos (sin que se manchen, por ejemplo, con el carrito de un niño) o bolsas que no sean muy voluminosas pero cuyo contenido no queremos que se desplace por el maletero.

 

Para ocultar el equipaje hay una cortinilla enrollable que no tiene asa para tirar de ella ni se desplaza por unas guías que hagan más cómoda su colocación. Para cubrir el espacio entre el carrete donde se recoge y los respaldos traseros (cuya posición varía si se cambia la inclinación) hay dos piezas de tela que se sujetan a las guías de los apoyacabezas (imagen).

La iluminación del habitáculo es suficiente, sin más. Delante, hay dos puntos de luz que sirven tanto de lectura como de alumbrado general (imagen) y sobre las plazas traseras hay un plafón —sin luces de lectura—. En el maletero hay un punto de luz en el lateral izquierdo (imagen), que da una luz pobre y hace echar en falta un segundo en la parte superior —en el techo—.

Considero suficientes los huecos que hay para dejar cosas en la parte delantera del habitáculo, tanto por número como por tamaño. Se puede echar en falta que las bolsas de las puertas delanteras permitiesen llevar botellas de agua grandes. En las traseras, en cambio, el hueco es suficientemente grande para ello (imagen).

Los materiales de recubrimiento son de aspecto sencillo. Hay plástico blando en parte de la zona superior de las puertas y una superficie cubierta por cuero (o símil) en la zona central del salpicadero (imagen). El resto de plásticos son duros. No he encontrado piezas mal ajustadas ni filos en las de plástico que puedan hacer daño al pasar la mano pero se echa en falta un poco más de atención a ciertos detalles: el fondo de la mayoría de espacios destinados a dejar cosas no están recubiertos de goma ni material textil para evitar que, por ejemplo, si se dejan unas llaves, éstas vayan haciendo ruido al vibrar. Esto también sucede en la guantera (imagen), que tampoco está iluminada ni refrigerada, aunque sí cuenta de cerradura con llave. Otro detalle pobre es el botón que hay en el marco del portón para accionarlo (si tiene el mecanismo eléctrico): en otros modelos, todo ese marco va cubierto de plástico mientras que en el RAV4 va la chapa a la vista (imagen).