Toyota Land Cruiser (2010) | Fuera de asfalto

25/04/2011 |Alfonso Herrero

Algo que distingue al Land Cruiser de la mayoría de vehículos con carrocería todoterreno es su capacidad para superar obstáculos fuera del asfalto. Además, y esto es una apreciación personal, da una sensación grande de robustez.

Uno de los motivos por los que eficaz es el recorrido de la suspensión. Es tan grande que permite que las ruedas permanezcan en contacto con el suelo incluso en desniveles grandes, situación en la que otros modelos dejan una o dos ruedas descolgadas y requieren del buen funcionamiento del sistema de tracción para poder pasar por ese mismo lugar.

Lo he conducido por pistas de todo tipo y por caminos resbaladizos por el barro. En las pistas rápidas transmite sensación de seguridad por la elevada capacidad de absorción de la suspensión y porque el control de estabilidad es un buen aliado contra las inercias en curva. En las que el suelo presenta poca adherencia resulta eficaz gracias al buen funcionamiento del sistema de tracción total.

La carrocería es algo más baja, larga y ancha que la del modelo anterior. El aumento de longitud se debe al nuevo paragolpes delantero que empeora el ángulo de ataque un grado (ficha técnica). La altura libre mínima es 220 mm. Toyota dice haber diseñado la parte inferior de los paragolpes y los bajos de la carrocería para que si entran en contacto con el suelo deslicen sobre el obstáculo sin causar daños.

La tracción es total permanente en todas las versiones. Tiene bloqueos —mediante dos botones— para el diferencial central (Torsen) y el trasero, éste último según el nivel de equipamiento (más información). La palanca para la selección de la reductora ha sido sustituida por un mando giratorio con dos posiciones (más información).

También según el nivel de equipamiento hay un sistema llamado «Multi-terrain Select» que varía la respuesta del acelerador, de los frenos y del control de tracción (más información). Hay cuatro selecciones posibles (imagen).  Es la primera vez que Toyota emplea este dispositivo —Land Rover fue la primera en hacerlo con el «Terrain Response»—.

Se manipula desde los mandos que hay en el lado derecho del volante. A mí me parece menos cómodo y rápido que la rueda que usa Land Rover. Se puede activar a menos de 12 km/h y, cuando está activo alguno de los programas, el coche inicia la marcha en segunda velocidad (esta particularidad también puede seleccionarse durante la conducción normal).

Al hacer la selección del programa deseado aparecen en la pantalla las indicaciones necesarias para activarlo (del tipo «poner la palanca en N», «activar el modo 4L», etc.).

Asociado a este elemento hay un sistema de cuatro cámaras  que muestran imágenes del frontal (190º), los laterales y la parte posterior del coche (imagen). Estas cámaras permiten ver los obstáculos que hay alrededor del coche durante la práctica del todoterreno o maniobrando en algún lugar angosto (vídeo). No siempre son de ayuda puesto que la deformación de la lente (gran angular) y la sombra que proyecta el propio coche dificultan interpretar correctamente la imagen mostrada en la pantalla. Las cámaras de los retrovisores funcionan incluso al plegarlos (esto no ocurre en un Volkswagen Touareg) y, como detalle curioso, la imagen se trata digitalmente para que aparezca orientada en la misma posición que cuando se giran.

Hay diversas posibilidades de visualización: cámara delantera, cámaras laterales mostrando de la mitad del coche hacia delante o de mitad hacia atrás y la cámara trasera. En la pantalla que hay en el cuadro de instrumentos es posible visualizar el ángulo en el que están giradas las ruedas delanteras.

Otro sistema interesante es el «Crawl Control», que sirve para avanzar por terreno complicado sin tener que preocuparse por accionar el acelerador ni el freno (vídeo). Su funcionamiento es muy bueno porque mueve al coche sin brusquedad aunque el terreno sea muy irregular. También puede servir para desatascar el coche (vídeo). La velocidad de avance se puede configurar desde las teclas «+» y «-» que hay en la consola en cinco niveles, desde 0,8 km/h hasta 5 km/h.


El ABS es capaz de reconocer la superficie sobre la que el vehículo está frenando y en función de ello modifica su respuesta. Hay otras ayudas electrónicas a la conducción como el asistente de arranque en pendientes o el control de velocidad durante descensos pronunciados (más información). Estos dos últimos sólo en la versión con cambio automático y sin «Crawl Control».

El Land Cruiser tiene un manual de instrucciones, además del normal, con indicaciones exclusivas para la conducción fuera del asfalto. Consta de varios capítulos en los que se indica cómo se debe conducir según la superficie por la que se circule (barro, nieve, piedras sueltas, rocas, maleza, pistas de tierra y vadeos). Da recomendaciones sobre la marcha que hay que llevar en el cambio, cómo se debe acelerar o dónde parar en una pendiente, por ejemplo. En general, no aconseja utilizar los bloqueos de los diferenciales en ningún caso, salvo para desatascar el coche.

En este manual hay datos valiosos, como que no se puede conducir sobre nieve si la profundidad es mayor de 600 mm y que la altura de vadeo es 700 mm.