Suzuki Jimny (2019) | Impresiones del interior

15/02/2019 |Enrique Calle (@QuiqueCalle)

Como ocurría en el anterior Jimny (información), los plásticos que recubren el interior siguen siendo muy sencillos. También parecen robustos y fáciles de limpiar. Ahora, el diseño del salpicadero es un poco más moderno y puede tener elementos no disponibles anteriormente como una pantalla táctil similar a la que tienen otros Suzuki actuales desde la que se controla el sistema de navegación, de sonido y el teléfono (imagen). Es una pantalla muy básica, de calidad mediocre, pero que cumple su función. Desde ahí, se puede controlar el teléfono, la radio, los ajustes del coche, el navegador y es compatible con Apple CarPlay y Android Auto.

La posición de conducción es correcta, sin más. El asiento va muy elevado con respecto al piso y su banqueta muy cerca de la horizontal. Por ello, se puede tener la sensación de que se va sentado «como en una silla». No hay regulación en altura y puede que algunas personas la echen en falta. El respaldo presenta una superficie casi plana, con lo cual no se adapta perfectamente a las espaldas de quienes no se sientan bien erguidas. El volante (imagen) tiene regulación en altura, pero no en profundidad.

Desde el puesto de conducción se controla bien en perímetro de la carrocería, salvo hacia detrás. Como la rueda de repuesto, situada en el exterior, sobresale unos centímetros a veces es difícil calcular con total precisión hasta dónde se puede apurar en una maniobra de aparcamiento. 

En las plazas delanteras hay mucho espacio libre al techo. También hay mucho espacio para las piernas porque la regulación longitudinal del asiento permite alejarse bastante de los pedales, aunque se corre el riesgo de que el volante quede muy alejado, pues sólo tiene regulación en altura. La peor cota en las plazas delanteras es la anchura entre puertas. Por ello se va muy cerca de estas y del acompañante  (si lo hay). Los hombros no llegan a rozar entre sí, pero van cerca.

En las plazas posteriores (imagen) la altura libre al techo también es generosa y la anchura para los hombros mayor que en las plazas delanteras debido a que en la zona donde hemos tomado la medición (en la prolongación de los hombros) no hay guarnecidos. El espacio para las piernas sí es reducido a poco que los ocupantes de las plazas anteriores no vayan cerca del salpicadero.

Un Mahinda KUV100 tiene más anchura por dentro y más longitud para las piernas en la segunda fila, y un Suzuki Ignis tiene una amplitud parecida (tabla de mediciones comparativa).

Para acceder a las plazas traseras lo más recomendable es hacerlo desde el lado derecho del coche, pues el asiento del acompañante del conductor tiene un mando (imagen) que abate su respaldo y adelanta la banqueta, liberando un hueco de acceso relativamente amplio (imagen). Desde el lado del conductor se puede conseguir un acceso igual de amplio, pero hay que accionar dos mandos (el que abate el respaldo y el que adelanta el asiento). Ninguno de los asientos recupera su posición original.

El maletero sólo tiene 83 litros de capacidad (apenas hay 20 centímetros de profundidad en su base) y no hay bandeja ni cortinilla en la parte superior que limite su altura (imagen). En el suelo del maletero hay un cajón de plástico que da algo más de desahogo (imagen). Con el acabado Mode 3 hay una toma de corriente de 12V.

Los respaldos de las plazas posteriores se pueden poner en la vertical (imagen), con lo que se gana algo de espacio de carga. También se pueden abatir por completo (se hace con gran comodidad pues pesan poco) y dejar el suelo plano (imagen). Con esto, el volumen de carga asciende a 377 litros. La parte posterior de los respaldos así como el resto del maletero está recubierto de plástico, para que sea fácil de limpiar. 

El portón trasero es de apertura lateral, una solución muy habitual en los todoterrenos de antaño, pero no muy práctica cuando se aparca cerca de una pared o justo delante de otro vehículo.