Subaru XV (2012) | Impresiones de conducción

15/10/2012 |Jaime Arruz

El Subaru XV tiene un buen equilibrio entre comodidad y estabilidad. La suspensión, como en otros modelos de Subaru, es firme pero no llega a resultar incómoda. En carreteras en buen estado filtra bien las pequeñas irregularidades del asfalto, no así en las bacheadas, donde no aisla bien a los ocupantes del estado del piso. Un Volkswagen Tiguan o un Toyota RAV4son más confortables en carreteras y caminos irregulares. Tiene una estabilidad lineal elevada.

Es un coche agradable para viajar aunque podría estar mejor aislado acústicamente, el ruido de rodadura es claramente perceptible en el interior aunque no me ha parecido que llegue a ser molesto.

El Subaru XV no parece un vehículo alto porque responde con agilidad en carreteras de curvas. Transmite seguridad a quien lo conduce en toda circunstancia. La dirección tiene buen tacto e informa correctamente al conductor de lo que sucede bajo las ruedas.

Fuera de la carretera, permite superar obstáculos con mayor facilidad que algunos modelos con carrocería de todoterreno. Su ventaja: tiene más altura libre al suelo (22 centímetros) —un KIA Sportage tiene 17 centímetros y un SsangYong Korando 18 centímetros— . Además todas las versiones tienen tracción total y unos neumáticos que no son específicos para rodar por asfalto —Yokohama Geolandar G95 de tipo «M+S»—.

Aún así, no está concebido para superar obstáculos difíciles como un todoterreno puro. Sí es adecuado para pistas o zonas de baja adherencia como nieve o barro.

En carretera, esos neumáticos Yokohama Geolandar G95 dan poca adherencia. Para quien vaya a utilizar el XV la mayor parte del tiempo por asfalto, serán más recomendables unos neumáticos específicos para carretera que den más agarre.

La visibilidad es buena en todas direcciones, a lo que ayuda el hecho de que los espejos retrovisores exteriores son de tamaño grande.

2.0D de 147 CV

Hemos probado con detenimiento la versión Diesel del XV, con motor bóxer de 2,0 litros y 147 CV. Este motor responde muy bien al acelerador por encima de 1800-2000 rpm —por debajo de ese régimen, la respuesta es pobre—. Tiene fuerza para mover con agilidad al XV, realizar adelantamientos en pocos metros o incorporarse a una vía rápida en poco tiempo.

Es suave y no transmite vibraciones al habitáculo. Quizá su mayor problema es que es ruidoso, especialmente a bajas vueltas. En el Legacy, que estrenó este motor en 2008, nos pareció más silencioso.

Según nuestras mediciones, da unas prestaciones buenas. Así, acelera de 80 a 100 km/h en 6,8 segundos, un tiempo similar al de un Nissan Qashqai de 150 CV o un BMW X1 de 177 CV. Un Toyota RAV4, un SsangYong Korando, un Citroën C4 Aircross, un Nissan Qashqai+2 o un Volkswagen Tiguan, todos con motor Diesel de 140 a 175 CV, son algo más lentos (tabla comparativa). Las recuperaciones en marchas largas también son buenas, especialmente en sexta tabla comparativa).

Gasta poco. Realizando una conducción normal, el consumo es entre 6,0 y 7,0 l/100 km según el ordenador de viaje. Se da la circunstancia de que éste marca de más, por lo que el consumo real es menor del indicado, algo poco usual.

En nuestro habitual recorrido para medir el consumo, un trayecto de 143 km por autovía con varios puertos, ha gastado 6,6 l/100 km. Es un cifra baja en comparación con otros modelos de similar tamaño y potencia que hemos probado. Un Mazda CX-5 de 150 CV gasta igual que el XV, mientras que el resto de todoterrenos ligeros a los que hemos medido el consumo gastan más, como se puede ver en la siguiente tabla.

Datos de consumo. Mediciones de km77.com
Modelo
Velocidad media (km/h)
Consumo (l/100 km)
Subatu XV 2.0D (147 CV)
120
6,6
Mazda CX-5 2.2D 2WD (150 CV)
120
6,6
Citroën C4 Aircross HDi 150 4WD (150 CV)
120
7,6
BMW X1 xDrive20d (184 CV)
121
7,6
Volkswagen Tiguan 2.0 TDI DSG 4Motion (140 CV)
122
7,8
SsangYong Korando D20T 4x2 (165 CV)
117
8,1
SsangYong Korando D20T 4x2 Aut. (165 CV)
120
8,4
Land Rover Freelander 2 TD4 4x4 (150 CV)
121
8,6

Quizá, uno de los motivos por los que el XV gasta poco es porque su peso es bajo. La versión Diesel pesa 1510 kg, menos que casi la totalidad de los todoterrenos parecidos. Así, por ejemplo, el Mazda CX-5 y el BMW X1 pesan 45 kg más en sus versiones de tracción a un solo eje. Un Škoda Yeti, notablemente más pequeño y de tracción delantera como el CX-5, es el que más próximo está al XV (ficha comparativa).

El motor Diesel va asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades. Tiene un tacto duro al que uno se acostumbra con el paso de los días. Algunos recorridos son poco precisos —en más de una ocasión inserté la quinta velocidad al querer pasar de segunda a tercera—. La marcha atrás se inserta tirando hacia arriba de un gatillo y llevando la palanca a la derecha y hasta el fondo. En ocasiones no es fácil: hay que hacer mucha fuerza. El tacto del cambio me ha recordado a las transmisiones manual de BMW (aunque sin las vibraciones al ralentí que tienen éstas en algunos modelos).

Nuestra unidad de pruebas transmitía sensación de frenar correctamente pero la medición de frenada no ha sido buena: necesita 56,2 metros para detenerse por completo partiendo de 120 km/h. Es una cifra claramente superior a la de algunos modelos similares, como por ejemplo un BMW X1, un Audi Q3, un Mazda CX-5 o un Nissan Qashqai+2 (tabla comparativa).

Es posible que con unos neumáticos específicos de carretera y no los Yokohama Geolandar G95 de tipo «M+S» que llevaba el XV que hemos probado la frenada sea mejor. Entre los todoterrenos que hemos sometido a la prueba de frenada, sí frenan peor que el XV, con casi 60 metros de 120 a 0 km/h, el Hyundai ix35 y el Renault Koleos (tabla comparativa).

Nuestra unidad de pruebas tenía unos errores del velocímetro y el cuentakilómetros normales. Como decíamos anteriormente, a diferencia de lo que suele ser habitual, el ordenador de viaje marcaba de más en lo que a consumo se refiere, en concreto un 6% más de lo que gasta en realidad (más información).