Subaru Impreza 2.0 WRX Turbo (2001) | Más confort. Menor eficacia en conducción deportiva

17/11/2000 |Víctor M. Fernández

Nada más ponernos al volante del nuevo Impreza WRX, lo primero que percibimos es que las suspensiones son mucho más suaves que en el anterior modelo y el confort de marcha más elevado. Sin embargo, dicha suavidad también se deja notar en la estabilidad del WRX, que es menos eficaz que el anterior modelo.

He tenido ocasión de probarlo en el circuito del Jarama y compararlo con el anterior Impreza GT. Las diferencias son contundentes, el modelo al que sustituye era mucho más radical en su planteamiento deportivo: más duro, más eficaz, pero también más exigente. El nuevo Impreza tiene más balanceo y una tendencia más acusada a subvirar, pero el eje trasero se aguanta mucho más y lo hace más fácil de conducir.

Sólo en manos de una minoría de conductores, el antiguo Impreza GT es más rápido y eficaz. Para conductores normales, el nuevo Impreza WRX es mucho más fácil de conducir y sigue siendo un coche con una elevada estabilidad.

Las diferencias de estabilidad se pueden también apreciar muy claramente entre el nuevo Impreza WRX sedán y el Sport Wagon. Los cambios introducidos en el Sedan respecto al Sport Wagon (mayor vía, brazos inferiores de aluminio en la suspensión delantera y elevación del centro de balanceo trasero) lo hacen más directo y eficaz. Sin llegar, desde mi punto de vista, al nivel del anterior modelo pero mucho más fácil de meter en las curvas que el WRX Sport Wagon, que «arrastra el morro» con bastante facilidad.

La dirección, con 3 vueltas de volante, tiene un buen tacto, pero me ha parecido algo lenta en un coche de estas características. El manejo del cambio es rápido y preciso, con un escalonamiento correcto entre las marchas, que ahora tienen un desarrollo ligeramente más corto que en el anterior modelo.

Los frenos del Impreza no han podido aguantar un trato tan duro como el que se exige sobre un circuito. Realmente no recuerdo ningún otro coche de calle que aguante una prueba sobre circuito que no sea un Porsche o un Mitsubishi Evo, ni siquiera los BMW M3 o Chrysler Viper. El WRX tiene buen mordiente y en condiciones de carretera abierta estoy seguro que su resistencia y eficacia está a un buen nivel, si bien no hubieran venido mal unos discos de freno algo más grandes en el nuevo modelo (otros deportivos de menor potencia tienen discos más grandes, como el Peugeot 406 V6 Coupé o el Audi S3).