Smart cdi 41 CV (2000) | Cómo va en ciudad y en carretera

02/11/2001 |Juan Manuel Pichardo

Su tamaño hace posible que se aparque en donde otros coches no caben y esa es su principal ventaja en ciudad. Hay que tener en cuenta que los huecos para aparcar suelen ser tan grandes como un coche medio; la mayor parte de las ocasiones, el problema para aparcar es que no hay huecos, no que sean demasiado pequeños.

Circular por ciudad con un Smart no es mucho mejor que hacerlo con otros coches de tamaño pequeño. El diámetro de giro del Smart (8,7 m) es pequeño en términos absolutos, pero grande con relación a su longitud. Además, tiene una dirección lenta (cuatro vueltas entre topes); en consecuencia, para doblar una esquina —por ejemplo— hay que mover el volante más que algunos otros coches. La ventaja que tiene para moverse en ciudad estriba en que mide 1.515 mm de ancho, se puede meter por sitios por donde otros coches no caben (un Fiat Seicento o un Daewoo Matiz son aún más estrechos).

Para maniobrar entre las columnas de un garaje tiene una gran ventaja y varios pequeños inconvenientes. La ventaja principal es su tamaño; como es muy chico, el margen para maniobrar es amplio. Al principio puede ser difícil tomarle la medida, pero con el tiempo queda claro dónde están los extremos del coche, algo imprescindible para ahorrarse maniobras.

Los inconvenientes: la dirección es lenta y no muy suave (no tiene asistencia y sí un amortiguador de dirección). Entre el asiento y el grueso montante, la visibilidad en tres cuartos trasero es reducida. Para que el coche empiece a moverse hay que acelerar mucho, con lo que —cuando se mueve— lo hace más bien rápido. Es decir, es difícil mover el coche muy suavemente; por ejemplo, al acercarse a un obstáculo. Si se está aparcando en rampa o pendiente, muchas veces hay que ayudarse con el freno de mano, porque el coche cae antes de empezar a moverse en sentido elegido.

Hay dos tipos de cambio para el Smart. De serie en cualquier versión hay un cambio manual con mando secuencial, que tiene el automatismo de reducir hasta primera cuando el coche se detiene (pero no cambia a una marcha superior al llegar al límite de régimen). Este cambio (llamado «Softtip») es cómodo, por el tipo de cambio para seleccionar las marchas y porque no tiene pedal de embrague. Lo malo de este cambio es que es lento; cuando se circula en una marcha larga (y tiene hasta seis) y, si hace falta mucha aceleración de repente, tarda en llegar hasta la marcha que puede dar esa aceleración.

Opcionalmente en las versiones «pulse» y «pure» y de serie en la versión «passion» hay un cambio automático («Softtouch») que a lo anterior añade la función de cambiar automáticamente.

Me parece mucho menos práctico que otros cambios automáticos por dos razones: primera, es extremadamente lento, entre lo que tarda en «pensar» que marcha debe meter y lo que tarda en meterla. Hay ocasiones en las que hace falta aceleración (por ejemplo, al incorporarse a una vía rápida) y el coche se queda prácticamente clavado aunque el acelerador esté a fondo, porque el cambio no acaba de llegar a la marcha adecuada. Segunda, lleva al motor casi siempre a un régimen muy bajo. El manual del coche recomienda conducir con el motor entre 1.800 y 3.000 rpm, pero el cambio puede hacer que el motor vaya por debajo del 1.800 rpm, régimen en el que vibra mucho.

Que el cambio lleve al motor tan bajo de régimen es especialmente inconveniente en este Diesel, más suave de funcionamiento cuando va a un régimen medio. El motor tiene buen rendimiento, pero no es ni suave ni silencioso (información sobre el motor, prestaciones y consumo). La suspensión es dura y tampoco hace del Smart un coche cómodo.

En carretera va mejor de lo que podría parecer, a la vista de su tamaño y de las ruedas que tiene delante (135/70 R15). En carreteras rápidas se desenvuelve bien, siempre que se anticipe un poco el cambio de marchas para maniobras que requieren aceleración. En carreteras medias y lentas de doble sentido también va bien, porque apenas se balancea. No obstante, su límite de adherencia es inferior al de un coche «normal». Quien entre en una curva por encima de ese límite, verá que el Smart subvira (tiende a abrir mucho la trayectoria), obliga a girar más el volante y —en ocasiones— a desacelerar.

Tiene un sistema llamado «Trust Plus» que es realmente un control de tracción, no de estabilidad. En subviraje no actúa; en sobreviraje reduce la potencia del motor y lo desembraga del cambio, si es preciso. Es casi imposible que el Smart se vaya de atrás si no es acelerando mucho sobre una superficie muy deslizante; es en ese caso cuando actúa el «Trust Plus».