Škoda Scout (2017) | Impresiones del interior

06/11/2017 |Fernando Ríos (@RiversChains)

El Scout deriva del Octavia Combi y, salvo por pequeños detalles de diseño (insignias decorativas y color de las tapicerías), tiene un habitáculo practicamente idéntico a este. Frente al Scout de 2015, los cambios tampoco son demasiado profundos y se limitan a la instalación de unos nuevos sistemas multimedia. Ahora hay tres disponibles: Bolero, Amundsen y Columbus. Cualquiera de ellos tiene una pantalla táctil —de 8 pulgadas en los dos primeros casos y de 9,2 en el tercero— y una conexión Bluetooth para el teléfono móvil, pero además, opcionalmente pueden ser compatibles con los sistemas CarPlay de Apple y Android Auto de Google o tener un receptor de radio digital (DAB).

El sistema intermedio «Amundsen», que es el que tenía instalado el Scout de pruebas, tiene un funcionamiento correcto tanto por rapidez de procesamiento como por claridad y facilidad de uso de los menús. La pantalla tiene muy buena resolución y su visibilidad no se ve muy perjudicada cuando la luz incide directamente sobre ella, pero como tiene una superficie brillante, las huellas de los dedos quedan marcadas con mucha facilidad y obligan a estar limpiandola de manera frecuente (imagen). 

Los botones físicos que tenían los sistemas multimedia del Scout 2015 han dado paso a unos táctiles —del mismo tamaño y colocados en el mismo lugar—, que bajo nuestro punto de vista obligan a apartar la vista de la carretera más tiempo que antes (a veces cuesta acertar a pulsar en el botón deseado). Además, para subir o bajar el volumen del sistema de sonido, ahora hay que pulsar dos botones destinados a tal fin, en vez de girar una ruleta (que se localiza rápidamente de un vistazo). No hay posibilidad de manejar ninguna de las funciones mediante comandos gestuales, algo que sí admiten los sistemas del Volkswagen Golf Alltrack.

En general, y como suele ser habitual en casi todos los modelos de Škoda, el Scout es un coche muy amplio: en las plazas posteriores, por ejemplo, hay mucho espacio para las piernas (hemos medido 73 cm) y para la cabeza (se pueden acomodar sin problemas personas de hasta 190 cm de altura, incluso si equipa el techo panorámico de cristal). Los 138 cm de anchura entre puertas son insuficientes para que tres adultos viajen cómodamente durante mucho tiempo, pero sí permiten que dos y un niño lo hagan con cierto desahogo.

El maletero, con 610 litros de capacidad, es el más grande de entre aquellos modelos contra los que compite (turismos familiares de entre 4,50 y 4,70 m de longitud). Pero más allá de por su capacidad, el maletero del Scout sobresale por la cantidad y variedad de elementos prácticos y de fijación que puede tener, ya sea de serie o acudiendo a la lista de opciones. De serie tiene cintas elásticas, huecos compartimentados en las paredes laterales, perchas escamoteables, ganchos metálicos o una toma de 12V. Las opciones, como hemos comentado anteriormente, son muy numerosas, pero tienen un precio contenido: puede tener una red que separa el espacio del maletero de las plazas posteriores (ubicada en el mismo carrete de la cortinilla cubre equipaje; 165 €), una alfombrilla reversible (por un lado es de moqueta y por el otro de goma; 50 €), un piso con posibilidad de colocarlo en dos alturas distintas (170€), un saco porta esquís (120 €) o una bandeja cubre maletero con bolsa multiusos incorporada (55 €). Por 385 €, el portón puede tener un sistema de apertura y cierre automático (imagen).

Los materiales con los que Škoda ha fabricado el habitáculo son muy agradables a la vista y al tacto y además están muy bien ensamblados entre sí (no se escuchan ruidos por desajustes). Quizá no transmitan la misma sensación de lujo que el Volkswagen Golf Alltrack, pero las diferencias no son grandes. Practicamente todos los huecos portaobjetos (que son muy numerosos, por otra parte), tienen el fondo tapizado o cubierto de goma. La guantera tiene un tamaño normal, pero está igualmente tapizada, tiene luz y una salida del sistema de ventilación (imagen).